Capítulo 2: Borremos esta noche

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Contiene Lemmon

Sus labios se separaron con brusquedad cuando el castaño chocó contra la cama. Sentía como el ambiente se había calentado. Su cuerpo estaba cubierto de una ligera capa de sudor. Cada parte que el rubio apretaba ardía por varios segundos después de la retirada de sus manos. Sintió como las manos contrarias se colaban bajo su camiseta y subían acariciando todo su torso hasta su pecho, acariciando también entonces sus botones con los pulgares, apretando y restregándolos con algo de fuerza.

Sus labios jadearon el nombre del de ojos grisaceos por instinto mientras su espalda se arqueaba, chocando ambas entrepiernas, cuales empezaban a endurecerse. Más y más, con cada roce.

Pronto su camiseta fue innecesaria y el chico sobre él la quitó con prisas (y torpeza propia de un borracho)

Las manos del más moreno se movieron hasta el pecho contrario, desabotonando aquella apretada camisa para poder rozar a su gusto el abdomen ajeno, ligeramente más marcado que el propio (Apesar de que aquello no era especialmente dificil o costoso).

No había palabras, no había siquiera miradas debido a que sus cuerpo se aferraban al contrario con ansiedad. Simplemente actuaban en pro del máximo placer.

La ropa estorbaba, el sudor amentaba y el calor los iba obligando aún más a despojarse de aquello que ahora parecían trapos inservible. Estos acabaron por el suelo cuando ambos jovenes se encontraron en ropa interior dejando que sus pieles rozasen con ímpetu e inasana necesidad. Jadeos, gemidos y el olor a sudor y saliva mezclados, embueltos en el suave olor a lavanda de las sábanas. El olor a sexo llenaba la estancia haciendo todo más íntimo e impulsando a llegar más allá a los ebrios muchachos.

Los labios del castaño bajaron al cuello ajeno momentos después de voltear al rubio, quedando sentado sobre él. Un suave y ronco jadeó salió de los labios del rubio, que no tardó en llevar sus manos hasta las nalgas del castaño, metiendolas por dentro del bóxer azulado, apretando aquella blanda zona del chico sobre él, obteniendo de este un gemido y su espalda arqueándose.

Besos húmedos, caricias y mordiscos. Los dedos del rubio dentro de la boca ajena amenazaron de lo que pronto iba a llegar. La lengua del castaño humedeciéndolo como si su vida dependiese de ello lo confirmó.

Aquellas impuras caricias le estremecieron e hicieron temblar, pero su mente no estaba como normalmente, así que a él no le importaba, no, más bien lo estaba deseando. Gimió con fuerza al sentir la primera presión dentro de él, no se sentía mal, no... Le gustaba... Le gustaba mucho.

[...]

– Freddy... Quiero mo-moverme... – Masculló el rubio en su oido, lamiendo un poco su cartílago.

– N-No lo hagas... G-Golden, d-duele – Susurró, arañando su pálida espalda. El rubio suspiró, resignado.

Probablemente llevaban así un par de minutos, que al más pálido se le había hecho una eternidad. Su miembro había entrado a presión y por completo dentro del castaño, y apretaba tanto que sentía que podría correrse en cualquier momento. La necesidad lo estaba corrompiendo y cada vez más sentía la necesidad de empujar sus caderas contra el otro.

Un minuto después la necesidad pudo con su cordura y sus caderas empezaron a balancearse despacio.

– G-Gah... Golden... E-Espera... E-Espera. –Rogó el castaño, apretandose contra él aún más.

– Lo siento... E-Esque se- se siente demasiado bien. –Masculló entre dientes el de ojos dorado-grisáceos.

Freddy no contestó, arañó con fuerza sus hombros, y mordió el lóbulo de su oreja, el rubio gimió de forma ronca en su oido, cosa que calentó más al castaño.

Mitades [FreddyxGoldenxFred] FNAFHS #SAVEGOLDDY [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora