Llego él día que Maria se marchaba. Me levante mas temprano que nunca, a las cinco de la mañana, para llegar con tiempo de sobra.
Aunque no podía apartar de mi mente, los pensamientos de como se las apañaria Sara. ¿ Dejaría de ir ail instituto? ¿ Se lo contaría al padre de esa criatura?
¿ Y de mi futuro? ¿ Que habría?
Me quedaría sin mejor amiga, al menos no como la tenía ahora. Ella estaría ocupada cambiando pañales y dando biberones.
¿ Y mi único amor? Se iba.
Pero todos mis pensamientos desaparecieron cuando te vi Maria.
Te habías dejado crecer él pelo, y ya no era rojo volvía a ser de tu color natural, rubio.
Ibas tan guapa, sencilla, pero perfecta, llevabas unos pantalones cortos y una camiseta negra.
Llevaba una libreta en la mano, como solía hacer, apuntaba sus pensamientos, así de especial era ella.
Iba tarareando una canción, cantada como los ángeles, me hacia transportar a otra dimensión, donde todo era paz, donde todo estaba bien.
Los ojos se me empañaron de lágrimas, lágrimas de recuerdos, ¿ donde quedo todo lo que fuimos Maria? Aunque nunca fuimos nada, pero siempre fuimos todo.
-¡ Maria!- Grite, me abalanze hacia tus brazos,mi lugar favorito del mundo.
- Te quiero- Susurré empañada en lágrimas.
Y era verdad, la quería, ahí fue cuando me di cuenta que ni él tiempo, ni la distancia lograrlas apartar mi corazón de esa chica. Me cambiaste él mundo Maria, no podías hacer eso, no podías cambiarlo todo, no podías hacerme esto, hacerme conocer él paraíso, para luego llevártelo, fuiste un huracán en mi vida, un huracán que dejó daños irreparables.
- Te quiero- Contesto ella, también empañada en lágrimas.
Su padre, que contemplaba toda la escena, decidio apiadarse, tener un poco de corazón.
- Voy a tomarme un café, estaré en diez minutos, después te iras y te alejaras de todo esto- Sentencio.
- Mi padre piensa que eres una mala influencia para mi- Dijo muy bajito.
- Maria, siempre te esperare, nunca te olvidare-
- No, Ari, no te puedo pedir eso. No se cuando volveré, no me iré tranquila si se que no vas a ser feliz. Yo no podre estar ahí cuando me necesites Ariana, tienes que ser fuerte, y aunque me duela tanto decirte esto, tienes que olvidarme, te quiero, pero nuestro amor es imposible, seguro que llega alguien capaz de hacerte mas feliz que yo, alguien con quien las cosas sean mas faciles. Ariana te amo, pero tenemos quince años, siempre te recordaré como mi primer amor, siempre me acordare de ti con cariño, nunca te olvidaré, pero, debemos rehacer nuestras vidas.-
No pude contestarle a eso, no quería que nadie me hiciera feliz sino fuera ella. Podría a gente mejor, pero a nadie como ella, no quería querer a nadie que no fuera Maria.
Maria me rompías él corazón.
Chica de pelo rubio y ojos azules, te echaría tanto de menos. Nadie nadie lograría entenderme como tu, me querrán mas personas, yo querré a otras, pero nadie te sustituirá jamas. Te amaba, te amo y te amare.
Continuara