Capitulo 8

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Hola queridos lectores por qué lo prometido es deuda al fin tendremos Kataang.
Y romance ya que hasta ahora le eh echo la vida de cuadritos a nuestro atractivo príncipe desterrado.
Que lo disfruten.

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Después de haber enfrentado alado de las guerras Kioshi tres intentos de asesinato. Al fin todo el mundo parecía estar de acuerdo con su reinado. Aang y los Reyes de la tribu agua del Norte y del reino tierra se habían reunido en la nación del fuego al ser invitados por el a una reunión.

-Señores-dijo Zuko haciendo una reverencia a todos los mandatarios.

Detrás de él las brazas del trono proporcionaban calor ya que aunque solo había nieve en el piso aún se sentía frío.

-El Señor del fuego Zuko, ah propuesto una idea que creo que podrá unir aún más a las naciones. La creación de Ciudad Republica-dijo el Avatar que ya tenía 15 años y comenzaba a dejar atrás ese cuerpo de niño flacucho.
-Ciudad Republica?-preguntó el rey de la tribu agua frunciendo el ceño
-Así es; Ciudad Republica sería un lugar en donde las personas de diferentes naciones puedan convivir de manera armoniosa y pacífica-explicó el peli negro
-Y donde sería esta Ciudad?-preguntó el rey tierra
-Pensábamos que podría ser en el reino tierra por su gran extensión cerca de la costa-dijo el monje muy emocionado por la idea
-Así podrían llegar en barco los habitantes-exclamó el rey de ojos azules
-Y que me asegurara de que no intenten conquistarnos?-preguntó el rey Kibu (creo que ese era el nombre del rey de Ba Sin See si alguien sabe me puede decir por fa )
Zuko sabía que lo decía por su pueblo-Pondremos muros que delimiten la ciudad y no se podrán cruzar-
-Además yo estaré ahí constantemente-dijo el oji gris
-De acuerdo me parece una buena idea-

Todos se dieron la mano cerrando el acuerdo y así comenzó Ciudad Republica.

🔥🔥🔥

17 de Marzo de 1723

-Querido sobrino-gritó el general Iroh corriendo a abrazar a Zuko-Mírate nada más como has crecido-dijo alejándolo para mirarlo con sus ojos ámbar.

Y tenía razón Zuko había cambiado mucho ya era todo un hombre de 18 años de edad. Su cabello negro había crecido un poco por debajo de los hombros y su figura resultaba de lo más llamativa para las señoritas.

-Tu no has cambiado nada tío-dijo el volviendo a abrazarlo con fuerza

-Tenemos mucho de qué hablar siéntate-dijo mientras le daba una taza de té -Y dime querido sobrino como van las cosas en la nación del fuego-
-Van muy bien tío y estamos delimitando el territorio de Ciudad Republica-
-Oh si es de lo que todo el mundo habla, cosas buenas, cosas malas pero eso no importa, en fin hay alguien especial en tu vida?-dijo lanzándole una mirada de lo más picara
Las mejillas del joven se pusieron rosas-...Si la hay...pero ella no lo sabe...-comenzó a decir el moviendo nerviosamente su pie
-Si quieres yo puedo ayudarte. Tengo muy buenos consejos para hablar con las mujeres-

Zuko sabía de sobra que su tío era mejor con las mujeres que él, de echo gracias a él tuvo su primera cita.

-Es que llevo mucho tiempo sin verla y creo que lo arruine...-
-Zuko eso es imposible pero dime quién es?-
-...Es...pues ella es...es Toph-dijo rezando que su tío no lo tachara de asalta cunas*
-La pequeña Toph?-dijo Iroh frunciendo el ceño y el maestro fuego asintió sonrojado-ella suele venir a veces aquí-

Aguarden un segundo Toph visitaba a su tío y durante dos años nunca le pudo mandar una nota con el. Es decir lo único que sabía de ella era gracias a la única carta que le había mandado hace meses atrás.

-Te visita? Por qué nunca me dijiste!-
-No pensé que te gustara...eso explica porque pregunta por ti-
-Ella quiere saber de mí?-preguntó sorprendido
-Claro que lo hace...deberías de quedarte tal vez venga-le aconsejó.

El maestro fuego no lo pensó dos veces y decido quedarse.

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En el Dragón Jazmín una larga fila de señoritas esperaba lugar todo por ver al atractivo mesero. Todos estaban infestados por la fiebre del amor. Zuko se sentía incómodo puesto que todas las chicas ahí presentes que el lograba contar que eran más de 10 no le quitaban él ojo de encima. Sujeto una bandeja de té con galletas y se giró cuando escucho el grito de "Chispitas" una chica salió corriendo hacia sus brazos casi tirándolo la tomo de la cintura y giro para dejar la bandeja en una mesa y evitar que se rompiera. Bajo la mirada para verla tenía el cabello negro recogido en un chongo traía un vestido blanco de manga larga. ( chicos no tienen ni idea de cuanto extrañaba escribir Chispitas )

-Toph?-la chica alzó la cabeza estaba ligeramente sonrojada y sus ojos verde grisaseco lo "miraban" con un brillo especial-Y que otra maestra ciega conoces Chispitas?-le preguntó

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-Toph?-la chica alzó la cabeza estaba ligeramente sonrojada y sus ojos verde grisaseco lo "miraban" con un brillo especial
-Y que otra maestra ciega conoces Chispitas?-le preguntó

Pudo notar que en su tono de voz había cierta amenaza. Sonrío al pensar que estaba celosa por él. La alejo un poco para mirarla mejor. Ya no era una niña sin duda había crecido que ya le llegaba a la altura de los labios, se le habían marcado las caderas y el pecho le había crecido. Ya era toda una señorita de 14 años.

-Toph!-se escucho un grito escandalizado y ambos se separaron de golpe.

Vio a una mujer de cabello negro y rizado recogido en un chongo que vestía finas ropas del reino tierra de color verde olivo. Sus ojos café los veía amenazantes aunque no sabría decir si la mirada era para él o para ella. Fue hasta entonces que cayó en cuenta de que era la madre de Toph y sintió como su rostro ardía.

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Aang y Katara se encontraban en el templo aire del Este en lo que sería un paseo romántico de no ser por qué venían a reconstruir el templo del anterior ataque de Azula.

-No puedo creer que también este templo se destruyera-dijo el monje con tristeza
-Descuida Aang lo reconstruiremos juntos-dijo Katara abrazándolo por detrás
-Sabes Katara creo que debería de dejar de mirar el pasado-dijo girándose hacia ella-y ver el futuro-

Ambos se sonrieron como bobos y se acercaron al otro para besarse dulcemente.

-Gracias por siempre confiar en mí Katara-dijo Aang acariciando suavemente la mejilla de su novia.
-Te amo Aang-dijo volviendo a robarle un beso-pero creo que es hora de trabajar-dijo ella agarrando un poco de agua del aire para crear arcilla para restaurar las paredes.

Sin duda alguna pronto el templo aire del Este quedaría hermoso; tan hermoso como su amor.

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Sé que él Kataang fue súper chiquito pero me pareció súper cursi.
Esta es la actualización creo que de la semana o no lo sé.
Nos leemos pronto.

P.S. El examen de Mate me jode.

Toko: El Señor del Fuego (P.1) [#Wattys2017]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora