~4~Raquelle

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Will sabía que se podían vivir cosas peores, aunque al menos ya tenía alguna justificación para el comportamiento extraño de aquella chica, Alex no tenía la culpa de pensar erróneamente de ella, cualquiera que no conociera esa parte de su vida podría decir lo mismo, aunque había otra duda invadiendo su mente.

-Oiga... Pero, ¿Por qué la gente piensa que es una psicópata y no la ven como, simplemente alguien con un pasado horrible?

Melody se incorporó, no espera aquella pregunta, ni ella misma lo sabía, simplemente comienzaron a discriminarla, de la nada... Aunque si tenía alguna idea para explicarlo.

-No, no lo se realmente... Aunque, tal vez... Sea porque, cuando nuestra madre murió, ella decía que todas las noches la escuchaba cantando canciones de cuna y acariciandola para luego decirle «Buenas noches Rally» Como ella la llamaba, pero por más que le explicaramos que su madre ya no estaba... Ella seguía diciendo que por la noche escuchaba su voz cantándole y deseándole buenas noches, nuestro padre la llevó con un psicólogo infantil, él trato de explicar que su madre ya no estaba y que era su imaginación la que le hacia creer que su madre le cantaba, pero ella lloraba y decía que no era cierto, que ella lo escuchaba y que no era mentira... El psicólogo dio su testimonio diciendo que Raquelle había sufrido un trauma y esto había afectado si mente... A pesar de todo, yo no lo creo... Pero mi padre ahora solo la ve como una herramienta, y siempre busca la forma de mantenerla lejos, pero ahora que esta en un viaje de negocios... Bueno, no es tan difícil, aunque todos los que la conocen la ven como «La chica demente de los ojos verdes» Esa es la mayor diferencia física entre ella y yo.

Will escuchó atentamente cada palabra de la mayor, sí creía que se podría decir que tiene algo provocando un daño psicológico en ella, pero no una verdadera demencia ¿o si?

-Entonces- Continuó la chica -La gente dijo que comenzaba a notar comportamientos muy extraños en ella, como saludar a los aviones, mirar la árboles detenidamente o hablar sola... Y llegaron a la conclusión de que mi hermana es una demente, y hasta Alex a corroborado la idea.

Melody se secó las lágrimas y miró al castaño que aún analizaba lo escuchado.

-Quiero... Hablar con ella.

-No te lo negaré, seguramente debe de estar en el parque ahora, ve a buscarla si quieres... Y-yo aún tengo cosas que hacer...

El joven asintió con la cabeza, se despidió y salió de la casa dirigiéndose al lugar favorito de los niños pequeños, efectivamente, allí estaba sentada en la misma banca, con su cabello oscuro callendo sobre su espalda, sus manos descansando en su regazo y sus ojos perdidos en el horizonte. No quiso acercarcele mucho, aún no, solo quiso contemplarla un minuto tratando de descifrar lo que escondía esa mirada, soñadora pero fría, alegre pero nostálgica, como si se tratase de la mirada más hermosa, pero a la vez, más indiferente del mundo... Pero de pronto vió como su atención se desviaba bruscamente hasta un par de niños que trataban de subir a un árbol, uno cayó pero quiso disimular ante su madre caminado como si no hubiese pasado nada, la joven soltó una lleve risa y volvió a ver el horizonte con expresión indecifrable. El joven castaño sintió que era el momento justo y se acercó lentamente hasta sentarse junto a la chica de los ojos de esmeralda , contempló cada detalle de su rostro, sus labios en una sonrisa triste, sus ojos fijos en el paisaje, su cabello oscuro que caía, sus mejillas levemente rosadas y su expresión confusa.

-¿H-hola?- Pronunció el joven tratando de captar su atención, la chica volteó a verlo con una sonrisa

-Hola, ¿Te conozco?

La joven lo miraba interrogante, sin perder aquella pequeña sonrisa, con sus mejillas rosadas y sus ojos carentes de timidez.

-Algo así, nos vimos hace poco en tu casa, yo estaba con Alex.

La chica recordó de inmediato y su sonrisa creció.

-Es verdad, tu eras quien no dejaba de mirarme esta mañana, ah, perdona mis modales, soy Raquelle, Raquelle Jones.

La joven de los ojos de esmeralda extendió su mano para que el chico la estrechara y se presentara también, el castaño la estrechó dudoso y articuló palabras simples

-Soy William, William O'connor...Pero puedes llamarme Will.

-Es un nombre común... ¡me gusta!

-Ja! Gracias...

La joven cada vez llamaba más la atención del muchacho, quería saber más sobre ella, tal vez hasta generar confianza para luego poder hablar con ella sin dudar si acercársele o no.


perfectamente imperfecta


Sólo así pudo describirla físicamente, se veía amigable, se notaba su carisma y no es veía para nada tímida, pero... ¿Realmente era ese el carácter de alguien que ha vivido tantas desgracias? Algo había notado ya en ella, no era como cualquier otra persona que conociera, era totalmente distinta pero al mismo tiempo era igual, en cierto modo le interesaba saber que lo pasaba con ella, pero por ahora debía conformarme con saludarla y hablar de cosas comunes, pero esto era demasiado aburrido para su gusto...

***

Ojos De Esmeralda, Mente De PerlaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora