Recuerdos en desorden

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-¿por qué me tenía que pasar esto a mí?- se lamentaba un chico de piel blanca, delgado y con el cabello color azabache, el cual se encontraba en pleno anochecer ingresando a su escuela.

-recién empieza el primer semestre y ya olvidé mi billetera en el salón, ¿puedo tener peor suerte?- se repetía intentando buscar algún interruptor que iluminara los pasillos, sin embargo y al no encontrarlo suspiró pesadamente y sacó su celular, a lo mejor  este alumbraria algo, en medio del silencio y para matar el tiempo se puso a pensar en sus nuevos compañeros de clase.

"desagradables" fue el primer adjetivo que se le vino a la mente, a los pocos segundos otro calificativo llegó "hipócritas" y luego otro y después de ese otros más invadieron su mente, siendo todos negativos y llenos de desprecio.

-hablan de ser amigos pero luego los ves hablando mal de los demás a sus espaldas, además siempre están haciendo alguna tontería y nunca se callan, son irritantes-

tras tantas críticas destructivas a sus propios compañeros a los que ni siquiera dirigía palabra sólo pudo llegar a la conclusión de que era mil veces mejor leer algún libro a que estar un día con ellos.

Siguió caminando convenciendose de que el problema eran ellos sin tomar en cuenta de que talves él era igual que sus "desagradables compañeros", probablemente se hubiera dado cuenta de eso si hubiera tenido más tiempo para reflexionarlo sin embargo nunca lo sabría pues todos sus pensamientos se cortaron cuando su única fuente de luz se apagó.

-¿eh?, ¿pero que rayos?, ¡enciende maldita cosa!- susurró poniéndose nervioso, pero al poco tiempo desistió de intentar seguir prendiendolo pues era evidente que el celular se había descargado.

-¿por que justo ahora?, ¿no podías esperar a que saliera de aquí?- maldijo al aparato, lo guardó en su bolsillo e intento apresurar su paso, lamentablemente para él la oscuridad no le permitía ver ni sus propias manos  y el  hecho de que fuera un cobarde de primera no ayudaba.

Cada mínimo ruido lo hacía saltar y dar unos gritos muy femeninos, si alguien lo hubiera visto se convertiría sin dudas en la burla de todos, pero para su suerte estaba completamente solo, o almenos eso quería creer.

-¡las escaleras alfin!- se dijo aliviado subiendolas lo más rápido posible, casi podía jurar haber visto alguna mano intentando agarrarlo, siguió subiendo hasta el tercer piso, por fin había llegado al pasillo dónde se encontraba su sala, solo tendría que dar 16 pasos y llegaba, podía verla perfectamente, su tortura había terminado, pero para su desgracia al dar el primer paso escuchó otros 3 más los cuales no le pertenecían.

-¿fantasma?- se dijo temblando y con el corazón a mil, sabía que las pisadas se oían más adelante, talves provenían de alguna de las aulas, talves de la suya propia.

-¡maldita sea, deja de seguirme!- gritó horrorizado y acto seguido corrió hacia su sala para esconderse, sin embargo, al abrir la bendita puerta chocó con algo haciendo que casi callera al suelo.

-perdón, perdón, perdón, perdón, perdón, perdón- imploró el pobre chico sin despegar la vista del suelo con la esperanza de que el espectro lo dejase en paz.

-¿disculpas?, ¿por que?-

El azabache levantó la mirada encontrándose con una chica de cabello castaño la cual se encontraba igual de confundida que él en ese momento.

-¿shintaro... kun?-

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Bueno me gustaría aclarar que para escribir este fanfic tomé como ejemplo el CD drama que hay por youtube sobre como Shintaro y Ayano se conocen, obviamente cambie y agregué algunas cosas para que no sea exactamente lo mismo, ¿sería aburrido un copia y pega no?, aún así no se preocupen porque la idea principal se mantiene, y si no han visto aún el video vallan a hacerlo, yo no soy gran fan de la pareja pero este cd es muy tierno :3

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