El Artista Y La Bestia

1- Belleza y Tristeza

Había una vez...

Una mansión muy hermosa... Llena de cuadros, flores, luces y bellos vidrales en las paredes, los cuales dejaban entrar los pacíficos rayos del sol...

En esta mansión vivían cientos de sirvientes, los cuales estaban dispuestos a hacer excelentemente su trabajo hacia su amo, el dueño de aquel "hogar"

En aquella mansión, aunque se diría que existiría pura felicidad y alegría irrebatable... Había una gran razón por la cual nadie vivía tranquilamente... Esa razón por desgracia era el dueño de la gran casa

Y su nombre era Error

- ¿¡donde esta mi abrigo!?

- ¡a-aqui esta mi señor! - dijo uno de los sirvientes corriendo por un pasillo - disculpe el retraso, e-es que

- ¡¡no me intereza!! - le arrebato aquel abrigo - ¿¡y el entretenimiento!?

Su egoísmo y odio eran sus mayores sentimientos, aunque tuviera todo lo que una persona podría tener en ese entonces... Para él...

No era suficiente

- para usted mi señor, le hemos traído la mejor orquesta de todo el país - presenta uno de sus sirvientes

- ¿otra vez una orquesta?, eso es muy aburrido - se quejo y alguien toco la puerta - maldita sea, ¿quien es en esta infernal brisa?

Una noche de invierno... La nieve azotaba las ventanas, techo y paredes dejando una brisa fría en las rendijas de estos

- yo abriré - dice una de sus criadas

- ho no, de esta insolencia me encargo ¡yo! - dijo Error con ira caminando a la puerta principal

Una noche... Cuando no pensarías que nadie se atrevería a vagar entre el frío y la oscura noche... Una niña algo pobre llego a la puerta de la mansión y toco la gran puerta de roble

- ¿¡quien es!? - dijo el esqueleto

- ... Buena noche mi señor - hablo la dulce niña de piel y cabellos grices con mirada bacía, dando una lijera sonrisa

- ¿¡que quiere usted en mi mansión!?

- por favor... Me he perdido en el bosque y... A comenzado una horrible tormenta... Quería saber si usted me permitiría - dio un estornudo - pasar aquí la noche

- ¿usted cree que la dejare manchar mis sabanas?

- por favor... Al menos hasta que pase la tormenta... No causare problemas

- no, claro que no los causara porque ¡no la dejare pasar! - cerro de golpe la puerta - que molestia - murmuro entre dientes y se ollen mas toques a la puerta - Dios... - se giro a la puerta de nuevo - ¡le dije que-

- ¡¡SILENCIO!!

Aquella puerta se abrió de golpe y una figura grisácea entro por ella, llena de luz con un vestido blanco y unas alas imponentes, la cual fue empujada por una gran ventisca

- ¿¡U-USTED QUIEN ES!? - grito asustado el amo de la mansión

- ¿yo?... Ja... Eso debería preguntartelo yo a ti, ¿¡quien te crees que eres para tratar hací a alguien!?