Enamorando a mi sexy jardinero (2Min)

Parte 16: Reencuentros (parte I)

Minho no respondió nada, por un instante muchas emociones cruzaron por su rostro. Y no podía evitarlo, tenía frente a él a la persona que una vez creyó sería el amor de su vida, y quizás fue por eso, o por la sorpresa, pero cuando Kibum comenzó a acercarse lentamente a sus labios, Minho se vio acortando la distancia y uniendo sus labios a los del otro chico, fundiéndose en un beso que poco a poco fue volviéndose intenso y húmedo.

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Minho parecía estar noqueado debido a la sorpresa de ver a Key después de tantos años, y quizás habría seguido así de no ser por la lengua del rubio intentando colarse cada vez más profundamente en su boca, lo que sirvió para que el moreno al fin reaccionara y se apartara del chico.

-Basta, deja de aprovecharte de la sorpresa que me causó tu regreso! –gritó Minho.

-Me estabas respondiendo el beso, no intentes negarlo! –exclamó el rubio intentando llegar a Minho nuevamente.

-No lo niego, pero fue solo porque no estaba preparado para verte, me tomaste por sorpresa Key, y eso no quiere decir nada –dijo el moreno poniendo suficiente espacio entre ellos.

-Minho...

El pitido del ascensor avisando que habían llegado al piso de destino interrumpió cualquier cosa que habría querido decir Kibum. Minho observó al rubio salir hacia el pasillo, pero no se movió, rápidamente la culpa por lo que había pasado con su ex comenzó a embargarlo y la imagen de Taemin era lo único que llenaba su mente.

-Minho, por favor... -rogó Key.

-No, me voy, al parecer fue mala idea venir hasta aquí.

-No, claro que no fue mala idea! –dijo rápidamente el rubio-. Por favor, ven conmigo...por favor...yo...yo te prometo que no intentaré nada más.

Minho observó a Key sosteniendo con impaciencia las puertas del ascensor, y aunque su sentido común le gritaba por alejarse y mantenerse al margen de cualquier cosa que se relacionara con su ex, una parte de él, y no sabía decir con exactitud cuán grande era, quería quedarse y escuchar lo que Key tenia para decir, habían tantas preguntas sin responder, tantos sentimientos, que a pesar de haber desaparecido, nunca habían tenido el cierre que les correspondía. Y quizás fue eso lo que llevó a Minho a aventurarse y seguir al rubio a su departamento.

-Ponte cómodo, voy a buscar algo congelado, ¿quieres tomar algo o comer? –dijo el rubio cuando estuvieron dentro del lugar.

-No, gracias.

Key se perdió en una habitación separada de la sala de estar, y Minho aprovechó para observar con mayor detenimiento el espacio que actualmente definía a su ex. Para ser un lugar lujoso, el apartamento estaba amoblado con un estilo minimalista, que Minho nunca habría atribuido a Kibum, ya que el Kibum que él recordaba era pintoresco, acogedor, amante de los detalles, del color, de las cosas llenas de vida, y ahora, todo lo que veía a su alrededor eran frías paredes blancas, y algunos muebles grises que daban una sensación de elegancia y soledad, todo al mismo tiempo.

A los pocos minutos, el rubio salió de aquella habitación, la cual Minho asumió era la cocina, con un paquete congelado de guisantes en la mejilla, y un vaso de refresco en la mano.

-Ten, sé que dijiste que no querías nada, pero me tomé la libertad de traerte una gaseosa, imagino que aún es lo que bebes.

-Imaginas bien.

-Estoy feliz de poder verte y hablar contigo al fin...he esperado demasiado tiempo por este momento...he preparado demasiado tiempo este reencuentro –dijo Key sorprendiendo a Minho.