Me engañaste Sirius Black

Despertares

Los dos jóvenes que fueron secuestrados, ya habían aparecido. Pero ello trajo consigo muchos problemas. Regulus Black, uno de los jóvenes secuestrados, había sido encontrado en las puertas de Hogwarts casi moribundo. Samanta Suterland se había "caído" de la Torre de Astronomía junto con Remus Lupin, ambos, milagrosamente habían sobrevivido. Pero estaban en un estado de coma permanente, y como únicos testigos Sirius Black (hermano de Regulus, gran amigo de Remus y novio casi formal de Samanta) y Abigail Suterland (novia de Regulus, compañera de Remus, y prima de Samanta). Un grupo numeroso de jóvenes Slytherins se habían escapado.

Todo el mundo hizo sus suposiciones, ¿cómo no? Y les preguntaban lo que había ocurrido una y otra vez. Ambos se pasaban la mayor parte de su tiempo en la enfermería. Había veces en las que incluso dormían allí. Y cada vez más eran los alumnos de Hogwarts que se iban por el peligro inminente que se avecinaba.

En El Profeta no hacían más que ocultar la verdad, día tras día desaparecían muggles. Y muchos querían tomar acción; se negaba, a que un loco chiflado con ansias de poder, obsesionado por las Artes Oscuras y con el sobrenombre de "Lord Voldemort" , acabara con el mundo que tanto les había costado crear a los magos y brujas de siglos anteriores. No sólo eran muggles los que desaparecían, muchas otras personas pro-muggles y de importantes cargos políticos en el ministerio de Magia había desaparecido junto con toda su familia. Y el Ministerio alegaba que "Por éstas fechas muchas familias se iban de vacaciones". Casi nadie se tragaba semejante patraña.

Y ya eran cientos y cientos los que se sumaban a las largas filas de seguidores de Lord Voldemort. También había quienes se hacían aurores. Cualquier cosa si así podían refrenarle los piel a ese mago tan chiflado. Quedaba poco para que los exámenes comenzaran, y Remus y Sam aún no había despertado. Al menos no la muchacha.

- ¡Madame Pomfrey, Madame Pomfrey! -Gritaba un chico bajito y gordo- Tiene que ver ésto -la enfermera del colegio fue enseguida en su búsqueda. Peter se había quedado en el hospital para vigilar si despertaban, porque ninguno más podía. Tenían que descansar.

- ¿Qué ocurre señor Pettigrew? -Madame Pomfrey iba ataviada con un delantal manchado de alguna sustancia con la que estuviera haciendo una poción, y los pómulos algo colorados- ¿A qué vienen tantos gritos?

- Remus ya ha despertado Madame Pomfrey -la cara de la enfermera se iluminó.

- ¡Cielo santo, que alegría! -En seguida se dirigió hacia la cama donde se encontraba Remus- Señor Pettigrew, vaya a avisar al director Dumbledore.

- Sí -quince minutos después llegaba un Peter muy agitado y el director Dumbledore.

Remus se había despertado por un extraño olor que notó. Era una mezcla entre nauseabundo y tranquilizador. Y nada más abrir los ojos vio como Peter se emocionaba y a Madame Pomfrey venir corriendo hacia él. Le echó una rápida mirada a la enfermera y averiguó de donde provenía ese olor nauseabundo, pero tranquilizador. La poción que debía estar haciendo tenía ese olor, y ella misma desprendía ese otro olor tranquilizador. Lavanda, ese era el olor de la enfermera.

- Señor Lupin, ¿cómo se encuentra? -El anciano director se sentó en la silla que antes había ocupado Peter, mientras Madame Pomfrey le daba una poción relajante para su nerviosismo. Remus se encogió de hombros- Si la señora Pomfrey me lo permite, me gustaría hablar contigo sobre lo ocurrido -la enfermera asintió a regañadientes y se marchó a su despacho mientras mascullaba a saber que cosa-. Muchas gracias Poppy.

- Profesor, yo... es un tanto difícil. No se cómo explicarlo -el profesor se acomodó en la silla mientras buscaba algo entre lo pliegues de la túnica algo. Varios minutos después, sacó una pequeña bolsa de tela abultada.