Es.. supongo que era un nuevo comienzo. Una academia alejada, en medio del mar y con pocos estudiantes. Era una de las mejores instutuciones en el mundo, mi sueño anhelado,entonces, ¿Por qué no estaba feliz?
El Mejor♥: ¿Entonces solo huiste? Me lo esperaba de ti.
O por quién.
Me daba vueltas ese mensaje en la cabeza.
Quizás no era el correcto para estar allí pero lo estaba, así que que más daba lo demás. La beca de estudio para ir a un internado isla al otro lado del mundo era suficiente para todo, cubría varios agujeros en mi vida.
— Buenas noches, les habla su capitán, estamos a punto de arribar asi que agradeceríamos el debido cuidado de sus pertenencias, gracias. — sujeto mi único maletín y me reacomodo en el asiento por milésima vez. El barco está casi vacio a excepción de unas tres almas que paseaban por alli.
— Buenas noches, esperamos que halla tenido una confortable experiencia, agradecemos su elección y lo esperamos para la siguiente, gracias. — todos son realmente agradables conmigo, supongo que su cultura así lo demanda. Nunca me esforcé en aprender japones, hasta hace tres meses. Cosas de último minuto.
Intenté visualizar algo pero la poca luz de la luna y de ese especie de faro no ayudaban nada, estaba de más decir que toda esa enorme instalación frente a mi estaba totalmente obscura. Tiritar de frio no sirve de nada. Reviso la hora en mi celular: 2:00 de la madrugada. Una hora más y seria la hora de los muertos, ¡Tiritar ahora no servirá de nada!
— ¿Gabe-san? — salté hacia un lado al oir esa voz casi de ultratumba, por poco y me hecho a correr si no fuera porque aquel anciano prendió una linterna que calmó un poco mis nervios.
— ¿S..Si? — respondí entrecerrando mis ojos para acostumbrarme a la luz. Oí un suspiro de parte suya y fue ahi cuando note sus rasgos orientales.
— Que bueno que sea usted, sígame. — el anciano comenzó a caminar poniendo la linterna por delante. No queria seguir a un extraño anciano pero era eso o sumergirme en la tenebrosa oscuridad. — Lo hemos estado esperando ¿sabe? los estudiantes nuevos no suelen llegar una semana antes de la apertura así que realmente nos sorprendio su confirmación para esta semana...
— Fue... algo de último minuto, lamento los inconvenientes.
— -¡P.Pero no se preocupe! Un director siempre debe estar alerta a todas estas situaciones....
— ¿Es usted el director? — pregunté avanzando un poco para quedar a su lado y que los espiritus de la oscuridad no me absorvieran.
— ¡Ah! Lo olvidé. Soy Tamaki Souhiro, pero puedes llamarme Hiro. ¿Es tu japones básico?— preguntó el abuelo adormitado. Seguro lo saqué de su cama.
— Yo... — primero presentación. — Soy Gabe , Gabe Espinoza.— le dije haciendo una reverencia. — mi japonés... digamos que es básico.
El asintió con una sonrisa amable — ¡Eso es bueno! Pero no te preocupes, no eres el único estudiante latino aquí.
El viejillo paró en seco.
—Este es el campus. Más allá estan las aulas y por allá estan las habitaciones.— dijo Hiro con orgullo. Atravesabamos un especie de estadio.
— Es... ¿Es un campo de béisbol? — pregunté señalando un cuadrado enorme de tierra con rejas alrededor.
— Si, si. ¿Juega béisbol?— Negué lento con la cabeza. — Mi nieto es el capitán del equipo.
Hiro ingreso a la cancha y luego me miró como si quisiera que le siguiera. Caminé algo lento y con desgano, las canchas de béisbol no me traian precisamente buenos recuerdos.
— Es un buen chico, solo que él...
—Viejo, ya me estoy yendo. Regreso cuando el sol salga. — Giré mi vista con algo de molestia hacia donde provenia esa voz oriental. Era un chico con mechas rubias pero claramente su cabello era negro. Estaba caminando hacia la entrada en medio de la oscuridad con una tranquilidad increible.
— E-Espera Kaoru, llevas abrig...
— Ya te dije, vuelvo cuando salga el sol. — respondió seamente y ¿molesto? Esa actitud de malcriado ya la habia visto antes, era el típico chico rebelde que quiere llamar la atención.
—¿Acaso no le debes más respeto a tu abuelo? — Solté sin pensar. Él se quedó en su sitio de espaldas a mi.
— Kaoru...— dijo su abuelo llamando su atención. Él giro con una mirada helada. Sí. Helada. Heladísima, sin exagerar. Uff... la temperatura de una mirada, ¿qué cosas no?
Se acercó muy rápido a la reja y el muchacho 'Kaoru' saltó sobre ella y se aproximó hacia mí. Yo con el ceño fruncido.
— ¿Y bien? — hice como si no hubiera visto ese grandioso salto y lo ví a la cara. Esos dos ojos café claro me examinaron. No me inmute hasta que oí la voz de Hiro.
Mierda.
El maleducado aquí estaba siendo yo.
Tremendo metiche.— Bueno, Kaoru, él es Gabe san, quiso apartar habitación desde una semana antes. — dijo tranquilamente, casi sin sentir este ambiente pesado. — Llévate bien con él.
— Gusto en conocerte. — dijo extendiendo una de sus manos hacia mí.
— Un gusto. — no habia dejado de mirarme ni un segundo, esos ojos me hacian sentir algo inseguro asi que quite mi mirada hacia Hiro.— Por favor, ¿Podria enseñarme mi habitacion, señor Hiro?
— Oh! No hay razón para que agregues el 'señor' — pensó un segundo antes de salir por la reja.— Ah! Dime 'abuelo' 'abuelo Hiro...— continuó balbuceando mientras le seguia. Giré por curiosidad y... no estaba. El malcriado no estaba. Intenté tranquilizarme, mi respiración no habia quedado bien después de esa mirada. Hiro me llevó hasta un edificio rectangular y enorme. Entramos por unos pasillos hasta llegar al frente de la puerta.
—Aqui estan tus llaves, aún no hemos terminado de preparar los horarios así que te los daré unos días antes del inicio de clases. — sonrió y me entregó esas cosas tintineantes.
— Gracias.— sonreí.— Es usted muy amable.
—Oh, no te preocupes.— amabilidad pura.— Disfruta tu estancia.— añadió antes de alejarse. Entré a mi cuarto, un lugar muy bonito por cierto, y me tiré en una de las camas. Era tan suave que me hundí en ella y de inmediato empecé a dormitar.
—Disfrutar mi estancia, eh. — balbucié cada vez cerrando más mis ojos.— Lo intentaré... Eric.
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Idiota
Roman pour AdolescentsUna instituto en medio del mar. Ninguna salida, ningun entrada. No parece un lugar malo, ¿o sí? Claro, dependiendo con quien te alies. Típico chico promedio, malo en nada, bueno en.... nada. Enano. Terco de clóset... y de otras cosas más. No soy e...