Carta "1"

58 5 0
                                    


Es ambiguo cuando tengo las imágenes en mi cabeza y mil veces me pregunte ¿eso es todo lo que puedo recordar?, sé que sucedieron en la realidad, la problemática es cuantas de aquellas escenas fueron hermosos momentos y cuantas fueron pesadillas; por una temporada excavaba en mi memoria lo más que podía para darle un orden y sentido, y se me era imposible... lo que para alguien intensa como yo puede ser tan frustrante, provocando episodios de histerias y alimentando la desesperación.

Puedo decir que soy una experta en cuanto a la impulsividad de mis emociones. Lo sé. Porque cuando veía la realidad y hurgaba en ella una y otra vez aquella voz interior gritaba: "huye, corre, donde sea pero escapa ahora... no le digas a nadie y solo vete", fueron muchos los gritos internos, los que intente callar para dar lugar a mi yo racional, haciendo el esfuerzo inhumano por controlarlo todo.

La mayoría (y me incluyo) creció, vivió y aún vive con los protocolos sociales de la rectitud, de los estereotipos sociales de hombre y mujer, de los deberes que se nos asignan desde siglos atrás, la sociedad lo plasma en nosotros , y para no sentir nuestra existencia tan obsoleta, predecible y de poco sentido nos aferramos emocionalmente a algo superior y divino, porque no soportamos este mundo caótico (Debo aclarar que no estoy en contra de la fe en la deidad, es más, como seres humanos debemos tener algo en que creer).

Entonces es cuando cuestiono el papel de las heridas, las personas quieren soluciones rápidas a sus problemas, apagar el incendio y enterrarlo para continuar su camino porque no soportan seguir sufriendo, pero ¿qué sucede si la cura solo fue un placebo y resulta que la herida enterrada paso a ser una llaga y con el pasar del tiempo un estigma eterno?; sé que cada persona reacciona y funciona de manera diferente ante las dificultades (lo que me parece maravilloso), pero ¿cada quien se conoce a sí mismo lo suficiente como para decidir el momento?

Nunca lo sabré a profundidad, ni de mi familia quienes pasaron junto conmigo día a día esa temporada; solo puedo conocer el mundo interno que represento, y es verdad que nunca se termina de conocer a una persona, en mi caso nunca termino de conocerme, por las situaciones que pasan todos los días en las que me pregunto con entusiasmo: ¿Qué estoy haciendo? ¿En serio lo estoy haciendo? Y juro que son todos los días.

Después de tanta resistencia por el miedo al cambio termine aceptando el proceso que yo llame: "contemplación de la quemadura"; tal vez no puedan compartir la filosofía que llevo en esta etapa debido a que no está aceptado como una decisión "sabia"; lance mi perturbada vida al supuesto vacío, donde deje de luchar por "mi vida ideal" y abrace esta realidad poco predecible, ame cada parte imperfecta sin presión ni lastima, y deje que el mundo me consuma tanto como yo a él sin desesperación ni dolor, en soledad, sin limitar las voces para apreciar lo caótico de mi nueva vida y luego dejarlos libres, sobretodo aprendiendo de cómo funciona el mundo y su humanidad, y de manera tan mágica y casi inmediata fue donde termine descubriendo que más allá de ver todo lo negativo existía a su espalda ese mundo maravilloso e inesperado que es real; transportándome en el lugar donde estoy... y me sentí tranquila.

Muchos podrían interpretar de esto mi inmadurez y la poca claridad del futuro, algo que para mi propia sorpresa no lo niego; no pretendo ser una adulta prefecta, ni clavar mis ojos en el sueño natural de una mujer madura y normal, porque no estoy loca por aquel papel....

Cuando trabajaba para el ejército era indispensable hacer la pregunta a los nuevos voluntarios para el servicio militar: ¿Cuál es tu propósito en la vida? A lo que un 90% me respondía: "quiero ser un buen profesional, quiero estudiar, quiero trabajar, quiero tener familia, quiero servir a mi patria"; no son malas respuestas pero me parecieron tan monótonas esas aspiraciones y no los culpo, ellos entendieron desde pequeños que así debe ser, porque es lo correcto y la sociedad lo espera; pero más tarde conversando con mi colega nutricionista ella me hizo la misma pregunta, a lo que respondí: QUIERO VIVIR TODO LO QUE PUEDA.

Quiero cometer errores, quiero hacer cosas buenas, mirar cada oportunidad y tomarla dejándome en situaciones que me pongan a prueba, quiero hacer feliz y lastimar a mi corazón... pero solo a mi... porque la soledad no ha sido tan mala conmigo, apreciar lo malo para después de toda esta aventura mirar atrás diciendo: "todo esto viví y estoy lista ahora" si vivir es seguir las metas impuestas, esperándote para llegar lo más rápido en ese caso no quiero esa vida.

Cuando me disponía a hacer mi primera "mochileada", fui acompañada de mi madre hasta el terminal, ella y mi familia todo el tiempo trataron de detenerme, ponían trabas y excusas: "¿iras sola?, ¿con qué dinero? ¿Dónde te quedaras? ¿A dónde iras?, Tienes aquí una familia que te apoya... no nos dejes"... los entendía, porque les fue muy difícil verme afrontando a mis demonios yo misma... sola... y por eso trataban de proteger a su hija.... Deduje que ellos estaban muy resentidos por mi decisión pero aun así continúe con mis planes; con mucho miedo (realmente mucho miedo) y la voz de mi madre "aún podemos volver a casa" desde que empaque hasta que llegue al bus, pero justo antes de abordar ella me sujeto de la mano y dijo algo que hasta hoy puedo recordar:" hace tiempo yo quise hacer lo mismo que tú estás haciendo ahora... amo a la familia.... Pero quisiera ir"; entonces entendí que lo que más le molestaba no era el hecho de que yo me fuera o que estaba preocupada por mí, sino que ella nunca pudo, ni podrá ser libre.

En conclusión, no quiero forzarme a ordenar y controlarlo todo porque sería presionar la herida que todavía se cierra, podría hacerla sangrar y hasta hacerla crecer, aun cuando no tengo muy claro sobre la historia sobre dicha herida, solo sé que este paso me ha llevado a muchas situaciones inesperadas donde sentí experiencias de todos los sabores y con el alma abierta, como para escudriñar la realidad, y al fin pude comprender que estoy iniciando un camino que Dios me destino y consistirá en lo mismo: perderme y encontrarme una y mil veces, para lo que me preparo... quiero estar lista...me estoy salvando y necesito tiempo para entender el camino. Entonces vida, no huyo más, ¿Qué me quieres enseñar?

Jocabed (J7)

Cartas Desde la Hermosa SoledadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora