LUCHA CONTRA EL FRÍO

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Sadie caminaba helada de pies a cabeza, luchando contra el frío mientras Patricia trataba de mantenerse a su lado. Delante de ellas, Pepe andaba con determinación contándole los detalles del caso a Raquel.

-No me pagan lo suficiente.-murmuró Sadie helada.-La próxima vez hare caso a mi madre y trabajare en un Burguer King para pagarme las clases, seguro que allí hay calefacción y no me obligan a caminar durante horas en la nieve mientras el viento me apedrea la cara con nieve.-dijo bien alto para que Pepe la oyese.

-¡Relájate y no pares de andar!-la contesto.-Además te pago mucho mejor que ellos y es un trabajo mil veces más interesante.-dijo sonriente agarrándose el sombrero.-Y la verdad, no sé de qué te quejas, solo es nieve.

-Sí, podría ser...-empezó a decir Patricia y Sadie se abalanzó sobre ella.

-¡No digas eso!-la gritó desesperada.

-...Peor.-terminó de decir mientras ambas caían a suelo. La pareja de adultos se giró y las miró.

-Levantad del suelo, vais a coger una hipotermia.-las dijo Pepe mientras miraban a su alrededor. Sadie y Patricia se levantaron con cuidado, pero según se pusieron en pie, empezó a granizar con fuerza.

-¡Bocas!-la gritó Sadie a Patricia furiosa y el granizó aumento al tamaño de uvas.

-¡Nos acribillan, correr a poneros a cubierto!-gritó Pepe agarrándose el sombrero. Los tres corrieron a una cafetería cercana mientras Sadie gritaba con fuerza al cielo.

-¡¿Con que esas tenemos eh?! ¡Pues no vas a derrotarme tan fácilmente, tenlo presente!-le gritó furiosa alzando el puño.

-¡Sadie, metete dentro!-la gritó Pepe mientras el granizo se volvía del tamaño de pelotas de golf.

-¡De eso nada! ¡Voy a dejarle bien claro que no pienso parar! ¡Llegare a ese hotel haga el tiempo que haga, aunque sea lo último que haga! ¡No podrás conmigo!-gritó mientras Pepe la agarraba y la metía en la cafetería ante la fuerza del granizo.- ¡No, suéltame, pienso demostrarle que nadie puede conmigo!-gritaba furiosa tratando de soltarse. Pepe la agarró con fuerza mientras la ventisca ganaba fuerza ante los gritos de Sadie.

-¡Te vienes a la cafetería con nosotros!-la gritó y logró meterla a rastras en el local, dónde los únicos cinco clientes los miraban con curiosidad.

-¡No, déjame salir!-gritó revolviéndose.

-¡Para de revolverte, harás que llamen a un manicomio!-la gritó.

-Apuesto por mi padre.-dijo Patricia mientras Raquel se reía.

-Seguro que es muy capaz, pero mejor le ayudo.-la respondió Raquel y se puso frente a Sadie, que se revolvía histérica.

-Sadie, mírame.-la dijo chasqueando los dedos. La chica levantó la mirada y Raquel la miró fijamente.-Duerme.-la dijo autoritaria golpeándola en el hombro. La chica cayó dormida sobre los brazos de Pepe, que cayó de culo contra el suelo.

-Maldita sea.-dijo Pepe echándola a un lado. Se levantó y tras cogerla en brazos la depositó en una silla.-Gracias.-la dijo a Raquel mientras Patricia se sentaba a la mesa divertida y empapada.

-Para que luego preguntes si he perdido facultades.-le restregó por la cara sentándose en la mesa.

-¿Y ahora qué hacemos? Con esta tormenta estamos atrapados en este local hasta que el sol derrita la montaña de nieve.-dijo Patricia mirando por la ventana.

-No pienso quedarme aquí atrapado, tenemos que llegar al hotel como sea.-dijo Pepe tozudo.-Pero necesitamos un plan. Tiene que haber una manera...-dijo cuándo la camarera se acercó.

El  Caso de los personajes perdidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora