El hermoso atardecer resplandecía en la ciudad cristalina. La luz naranja bañaba cada uno de los tejados de las casas. Parecía que había sido hace siglos que Atlantis había sido destruida a mano de Lumian y sus demonios. La ciudad había sido reconstruida y parecía como si nunca hubiese sido atacada. Y para cuando cumplía un año de aquel horrible acontecimiento, se veía más hermosa que nunca.
A esa hora de la tarde se podía visualizar cómo las personas y los niños salían por las calles a pasear. Era primavera, así que Atlantis estaba vestida galantemente con las flores más hermosas que se podían encontrar en el mundo, la brisa era fresca y tenía un dulce aroma a vitalidad.
― Mira como te sonríe ―dijo Ashira con los ojos brillantes mirando a la pequeña personita que tenía en brazos. El pequeño bebe reía dulcemente mientras tomaba el dedo de su padre.
― ¿Quién quiere una espada angelical? ¿Quién la quiere? ―dijo Yesher sonriéndole a al bebé.
― ¡El no usará una espada angelical! ―dijo Ashira frunciendo el ceño. Yesher la besó en los labios sonriéndole.
― Entonces que sea un arco, o un hacha o...―Ashira lo fulminó con la mirada haciendo que Yesher riera―. Está bien, no usará armas... ¡Será el mejor ninja de Atlantis!
― Ya madura, Sky ―dijo Ashira besándolo―. Vamos, nos están esperando.
Ambos caminaron del balcón de su casa hasta el Palacio, donde se llevaría a cabo la ceremonia de juramentación.
El palacio estaba decorado con hermosas guirnaldas y telas blancas y doradas. Parecía un lugar de ensueño.
― ¿Por qué eres tan difícil, mujer? ―dijo Rolan por los pasillos del Palacio. Llevaba un hermoso traje formal.
― No lo diré otra vez Rolan ―dijo Kynna caminando delante de él mientras la perseguía.
― Por favor, muñeca. Una sola vez ―dijo Rolan alargando las palabras.
― Ya te lo he dicho muchas veces, deja de molestar ―dijo Kynna sonriendo.
― Una más y ya, Kynna ―dijo tomándola por la cintura.
― Ash, está bien. Te amo, Rolan. ¿Feliz? ―dijo Kynna riendo mientras lo besaba.
― Ya lo sabía, no puedes vivir sin mí.
― Eres un idiota.
― Eso no me decías hace un año cuando aceptaste por fin que estabas loca por mí.
― Lo hice porque estabas muriendo. No lo decía en serio.
― ¿Terminaron su sesión de empalagamiento? ―dijo Lyra detrás de ellos.
Kynna se separó de Rolan e intentó inútilmente hacer como si no había pasado nada.
― Hola Lyra ―dijo la rubia.
― Se nos hace tarde ―dijo Lyra mirándolos.
― Ya íbamos para...―Kynna se calló de golpe y abrió mucho los ojos cuando sintió una mano dándole una nalgada―. ¡ROLAN! ―gritó Kynna ruborizada.
― Se nos hace tarde chicas, dejen de demorarse tanto ―dijo caminando en frente de ellas.
Las trompetas reales sonaron llamando la atención de todos los presentes en la sala. Con paso elegante salieron los nuevos integrantes del Congreso de Atlantis: Lynn Phoenix, Bastian Arnett, Carsten Deckyv, Trider Sherman y Gwen Lukahj. Los presentes se levantaron en señal de reverencia.
― Se les da la bienvenida a nuestro pueblo atlante ―dijo la nueva líder― Es un placer tenerlos nuevamente en esta corte sagrada. Ésta vez, tenemos el placer de reunirnos aquí para juramentar a nuestros nuevos mentores Yesher Sky, Rolan Brunnet, Shajor Winley, Camille Fixhaut y Lyra Brunnet.
Los cinco mencionados caminaron hasta la nueva líder y luego de una larga y conmovedora ceremonia, donde se presentó un especial en conmemoración a los guerreros caídos de la Noche Sangrienta. Igualmente se inauguró un jardín en memoria a todos los asesinados esa noche.
La vida en Atlantis había mejorado totalmente desde que la nueva líder, Amira Dietrich había tomado el lugar de Achim Lenuke. Quien había sido asesinado por su nieta. Sekora... Nadie sabía que había pasado con ella, no estaba muerta, puesto que nunca se encontró su cuerpo así como no había rastros de su paradero.
Mi madre, se había ido a vivir a Bibury. Había dicho que necesitaba un respiro de toda Atlantis y que su vida ya no estaba en New York, así que volvió a nuestra antigua casa y terminó quedándose. Aunque igual visitaba Atlantis una que otra vez.
Carabelle se había postulado para ser un ángel guardián. Así que se iría por unos meses a estudiar a los humanos, y en unos años le otorgarían un humano que proteger. Ella si vivía en Atlantis, aunque trataba lo mayor posible estar por el mundo viajando para encontrar a su protegido.
Aiden, había vuelto a su casa en New York. A pesar de que sabía que podía quedarse y vivir en Atlantis. Decidió que lo mejor era irse. Seguíamos amándonos pero el amor no era suficiente para mantenernos juntos. Yo tenía mis nuevas responsabilidad como guardiana y el debía hacer su vida y tratar de ser feliz sin vivir atado a alguien que no podía darle todo lo que el necesitaba.
Probablemente lo más duro fue esa última noche que estuvimos juntos, un día antes de que se fuera. Nos dijimos todo lo que teníamos que decirnos y todo lo que necesitábamos expresarnos.
Suspiré melancólica mirando desde mi balcón como el atardecer daba paso a la noche mientras abrazaba mi vientre. Extrañaba estar con todos mis amigos, pero era aquí a donde ahora pertenecía. Ahora era dueña de mi futuro. No en New York, ni en Domilux ni en Bibury.
¿Quién sabe? Quizás mi camino y el de Aiden se vuelvan a cruzar, al fin y al cabo tenemos más que una historia de un amor imposible en común.
FIN
¡Y hasta aquí llega ésta historia! Hoy se cumple un año de haberla publicado. Espero que les haya gustado y hayan disfrutado leyendo mi obra. Mis espectativas eran un poco más altas, pero estoy conforme con el acabado. Gracias por todo, quizás nos leamos luego. ✌️
Eryn Rage.
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La Guardiana de Atlantis | INLUSTREM #1 Copyright ©
Teen Fiction"Soy hija de un arcángel. Soy mitad humana, mitad ángel, vivo entre mundanos desde que tengo uso de razón. Desde tiempos anteriores han existido personas como yo, nefilims, así nos llaman; somos guerreros entrenados arduamente para matar demonios, n...