sipnosis

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No recuerdo bien en qué momento comencé a correr, pero sé que lo hice, y lo empecé a notar cuando mis piernas empezaron a dolorerme. Tuve que parar, sino, me hubiese caído, y eso habría sido peor.

¿Desde cuándo tengo que correr para salvar mi vida? Padre dijo que no había problema si le ayudaba a hacer una tarea que le podría parecer sucia a mucha gente.

Él solo quiso guardar un cuerpo de un ángel que estaba herido, e incluso aunque parezca loco, casi muerto, que encontró en el suelo del templo, ¿qué hay de malo en eso?

Leyla, debes escucharnos —una voz se hizo presente en susurros en mi oído, e instintivamente, me quedé quieta.

El Señor se hizo presente, junto a otros ángeles, ellos me miraban decepcionados. Yo trataba intentando escapar de lo inevitable; ellos íban a expulsarme del Reino Divino.

— Leyla... ¿qué hiciste? —dijo el Dios, al que después de 16 años, me había acostumbrado a llamar Señor.

— No hice nada Señor, lo prometo, debe creerme —dije arrodillándome frente a él.

— Callaste que tu padre había escondido un cuerpo de uno de nuestros hermanos, ¡él está herido, tu padre lo hizo, y tú lo consentiste!

— No Señor, él dijo que lo encontró en el templo, solo dijo que yo debía callar hasta nuevo aviso —dije al borde de las lágrimas.

Señor no consentía que en el Reino Divino se cometiera ningún error, los ángeles somos seres perfectos, así que si alguno comete algún error... significa que no merecemos estar aquí.

— Leyla, esto no es un simple error... No sé si entiendes la gravedad del asunto —dijo Señor— Le dimos una oportunidad a tu padre, y demostró no estar capacitado para esto. La última vez se desizo de 26 ángeles.

— ¿Qué quieres decir? —pregunté.

— Tu padre... ha sido desterrado al infierno, al Fuego Eterno.

Me quedé paralizada. A penas podía articular ninguna palabra. Era el segundo familiar mío que mandaban al infierno, primero fue mi tío Dasio, a quien enviaron allí por traición y supuesta matanza. Ahora mi padre Sean, por ¿asesinato?

— A ti no te mandaremos al infierno, Leyla, es cierto que cometiste un gran error, pero sé de sobra que el infierno no es tu lugar, —dijo— pero el cielo tampoco.

Le miré fijamente. Estaba atemorizada ahora mismo. ¿Qué quería decir? Pero mi terror todavía crecio más cuando vi a sus dos ángeles acompañantes ponerse a cada uno de mis lados.

— Leyla, yo, en nombre de todos los seres celestiales, te destierro a la vida mortal en la Tierra —dijo— De ahora en adelante, aunque posiblemente una vez abajo no lo recuerdes, tu consejero celestia será Diel.

Los ángeles se acercaron más a mí.

— Y recuerda... —suspiró— vas a tener que volver a aprender a controlar tus poderes, y por favor, no te dejes llevar por el aura oscura. Allí abajo, eres vulnerable.

Y fue lo último que escuché, porque seguido, los dos ángeles hicieron presión en mis hombros, impulsándome hacía abajo, cayendo del hermoso mundo celestial, a lo que ahora sería mi hogar.

El mundo.


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¡Bienvenidos a mi nueva novela!

ACTUALMENTE HAY SPOILERS EN ESTA NOVELA. Yo la empecé a escribir antes de que sacasen la última temporada de Teen Wolf, y la terminé después de acabar la serie, por lo que hay spoilers. Asegúrate de ver la serie antes de leer esta novela si no quieres leer algo que pueda fastidiarte.

Muchas gracias por empezar a leer la novela. ¡Nos vemos en el próximo capítulo!

ángel caído » liam dunbarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora