Cuando regresé a mi casa intenté dormir pero me era imposible, en mi cabeza no paraban de darme vuelta las imágenes de esa luz viniendo hacia mí, no podía dejar de pensar en eso, y si a eso le sumaba que al día siguiente iba a tener una cita con un chico sexy, y que ese chico sexy era nada más y nada menos que Nathan, dormir no era una opción, pero sea como sea debía dormir, no podía ir a una cita con uno de los chicos mas sexys de la PSU, con ojeras.
Luego de dos horas intentando sin éxito dormir, fui a la habitación de mi madre a buscar un CD que ella usaba para yoga que supuestamente era para relajarse, volví a mi habitación y puse el CD, y luego de una hora escuchándolo al fin me dormí.
...
Me desperté con el sonido de mi celular y el timbre de mi casa sonando, miré mi celular y tenía llamadas perdidas de Sarah y Emily, creo que ya sabía quién estaba en la puerta, me levante, bajé, abrí la puerta y me di vuelta para volver a mi habitación.
− Hola, no me importa lo que hagan, solo no hagan ruido y déjenme dormir.
− No, no volverás a dormir, debemos arreglarte para tu cita-Dijo rápido Sarah.
− Todavía falta mucho, tengo tiempo para dormir un rato más.
− Leia, son las 4 de la tarde, ¿Qué haces todavía durmiendo?
− ¿Las 4 de la tarde? -Pregunté alterada. Las dos asintieron- Mierda! Ok, plan de acción: yo me baño y ustedes me eligen opciones de ropa.
Cuando salí de bañarme tenía tres conjuntos que habían elegido para mi, uno era un short de jean con las rodillas rasgadas, un top blanco y una camisa a cuadros azul y roja, otro era un jean negro con las rodillas rasgadas y una camiseta cuello alto a rallas blancas y negras y el tercero era un pantalón de jean con una musculosa negra y una camisa a cuadros blanca. Opte por el jean negro y la camiseta a rallas con unas botas negras. Agarré la ropa y volví al baño a vestirme y volví a salir.
− Wow, cuándo Nathan te vea se caerá desmayado.
− Si fuera hombre saldría contigo, eres una bomba.
− Gracias chicas, ahora confío en ustedes para que me peinen y me maquillen, pero no se pasen.
Me pusieron de espaldas al espejo para que no vea lo que hacían y empezaron su trabajo.
Cuando terminaron me volteé y ni yo misma me reconocía, estaba hermosa, me habían laceado el pelo y me habían maquillado un poco. Me di vuelta y las abracé.
− Gracias chicas, las amo sabían?
− Lo sabemos, pero ahora nos vamos que ya debe estar por llegar tu príncipe azul.
− No es cierto, falta media hora
− No importa, tal vez llegue antes.
− Ok, como quieran
Las acompañé hasta la puerta y volví a mi habitación, tomé mi bolso, guardé lo necesario y bajé, aún faltaban 20 minutos para que llegara así que me puse a mirar una serie en la televisión.
Estaba tan concentrada que apenas escuché el timbre de la casa, apagué la tele y fui a abrir, cuando lo vi, casi se me cae la baba, vestía un pantalón de jean negro, un buzo gris y una chaqueta de cuero, su vestimenta daba un aspecto de chico malo, pero su cara era de un ángel. Vi que él me estaba mirando igual que yo lo miraba a él.
- Hola Nathan
- Hola, estas...Hermosa-Mi cara se transformó en un tomate
- Gracias, tu igual
- Oh si, sé que soy hermosa –Dijo imitando la voz de una chica, creo que para quitar tensión. No pude evitar reírme
- Soy chica ¿Sabías?, no sé si seré de tu agrado, tal vez debería reconsiderar lo de aceptar tu cita, tal vez tus preferencias no son lo que creía- Le seguí el juego, intentando ser seria, para que crea que hablaba en serio. Él se puso serio.
- Ok, no haré más bromas de ese tipo, no soy gay, todo lo contrario, tú me gustas mucho, y debes salir conmigo, ya es tarde, no puedes retractarte. –No pude evitar reírme nuevamente.
- Sólo estaba bromeando, ni loca me retracto de algo así después de estar dos horas arreglándome.
- O sea que no te retractas, porque estuviste dos horas arreglándote y no porque quieras salir conmigo-Se hizo el ofendido. –Lastimas mi ego
- También quiero salir contigo, y tranquilo, nada podría dañar tu enorme ego
- Eso es cierto, mi ego es enorme, igual que otras cosas de mí, pero eso lo hablaremos en otro momento, ¿Nos vamos?
- Claro –Fingí que no había captado el doble sentido de sus palabras.
Tomé mi bolso y salí, el estaba esperándome junto a la puerta del copiloto con la puerta abierta, subí y esperé a que él se subiera del otro lado.
- Todo un caballero
- Siempre, con una bella dama como tú no podría ser de otra manera
- Sabes que no es necesario que seas un caballero para que yo guste de ti ¿No?
- Si, pero prefiero no arriesgarme a que dejes de gustar de mi.
- Yo no dije que gustara de ti, y de todas formas créeme que tendrás que hacer mucho para que ya no me gustes
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El bosque de los misterios
Teen FictionLeia Crawford de 21 años tenia una vida tranquila, estudiaba fotografía en la universidad de Portland State University, siempre manteniendo perfil bajo, hasta ese lunes que Nathan Matthews apareció en su clase de fotografía, parecía un chico normal...