Capítulo 13:

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Vale, ahora a volver a casa... Necesito descansar para poder hacer feliz a mi Helena mañana en nuestra cita, aunque no dejo de pensar en como puedo seguir ayudando a Meiby a superar su malestar actual. Y se me olvido pedirle un analgésico... Dios este dolor de cabeza me matará, en estos momentos me pregunto que pasara por la mente de aquel criminal...que es lo que le paso para que haya empezado a cometer tales actos, ¿sera que le paso algo malo en el instituto? ¿le acosaban mucho los estudiantes, y por lo que podría notar las chicas son la que lo acosaban? ¿sera que la chica que le gustaba lo rechazo de una muy mala manera? ¿ o sera que lo hace solo por placer y por gusto? todas esas preguntas son posibles maneras de ver la mente de esta persona pero son tantas a la vez que no puedo deducir cual seria la mas viable, aunque podría decir que es la tercera debido a que es la que tiene un poco mas de sentido con  todo esto, pero todo es posible... pero... ¿ y si es alguien ajeno al instituto? ¿es alguien que secuestra a una estudiante a la hora de la salida, hace lo que sea que le haga y luego la deja en el instituto que ya esta cerrado hasta el día siguiente donde encuentran a su victima en estado critico? y el dolor de cabeza se intensifica con tantas preguntas bombardeando mi cabeza.

Paro un momento para sacar mi teléfono y colocar una canción de mi repertorio, esta vez me decido por escoger Ride, de Twenty One Pilots, aunque generalmente esta banda de dos integrantes usualmente no esta en mi lista de canciones por escuchar, debido a que preferencialmente escojo canciones con algo mas de intensidad, como sucedió anteriormente con Doomed, aunque bueno tal y como dije antes, mis gustos son muy variados y por ende no me quejo de ellos.

Llegando a mi casa mi padre se percata de mi llegada, preguntándome por que no decidí quedarme en casa de Meiby, aunque yo estoy lo suficientemente cansado como para no poder oírlo y afortunadamente mi padre logra entender eso, haciendo un simple asentimiento después de ver mi rostro cansado y con una ligera expresión de dolor debido a mi migraña a causa del bombardeo de preguntas que me hice de camino hasta acá. Entro a mi habitación, me quito mis zapatos y me lanzo directamente a mi cama, el cansancio es tanto que con solo cerrar mis ojos me quedo dormido.

La luz del sol entra por mi ventana, justamente llegando hacia donde están ubicados mis ojos. Instintivamente los abro y quedo cegado por algunos segundos debido a la intensidad con que este brilla inusualmente el día de hoy.

Como odio los días soleados... hay calor, mosquitos, luz cegadora como la de hace unos segundos, sudor... diría que muchas de las cosas que no me agradan están en los días soleados.

Luego de recuperar la vista, aunque aun parcialmente cegado por ella cojo mi teléfono para ver la hora y para hacer una llamada.

Son las 8:30 de la mañana, Dios me levante temprano... supongo que a esta hora ella estará dormida así que mejor la llamo a mediodía. Así que no tengo nada que hacer por los momentos, así que solamente jugare un poco en mi computadora aprovechando que a estas horas el internet es lo suficientemente rápido para poder jugar sin tener interferencias.

Las horas pasan como si fueran segundos, cuando vuelvo a revisar mi teléfono ya es casi las 11:30 de la mañana, bueno creo que ya es suficiente holgazanería por los momentos

Mi estomago resuena como si de un oso gruñiendo se tratase, el hambre me ataca de nuevo, asi que bajo inmediatamente a la cocina para prepararme un sandwich o un plato de cereal, lo que encuentre primero.

Al bajar las escaleras inspecciono la cocina para ver lo primero que encuentro, por algun extraño motivo mis padres hicieron el almuerzo temprano, bueno no puedo quejarme ya puedo comer sin necesidad de tener que preparar algo por mi cuenta asi que tomo un plato de su sitio y me sirvo algo de la comida y regreso a mi habitacion, con la bebida en la otra mano.

El Efecto SinclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora