Tuyo | LARRY STYLINSON

8.

Se agitó entre sudores fríos, buscando el pijama de Louis con los dedos, dándose cuenta de que aún con los ojos abiertos no veía nada. Una luz incandescente entraba por-lo que parecía ser- un ventanal en su costado izquierdo.

-Maldición, ¿dónd- Ahogó un gemido de dolor por el repentino torrente que le atravesó el brazo derecho. Miró hacia todos lados, sin localizar el origen de ese dolor, le hormigueaba, le torturaba, pero él lo sujetaba con fuerza y no estaba seguro de que no había nada, ni siquiera sangre. Se percató de que estaba poco incorporado sobre un suelo de moqueta suave, hundió los dedos en ella y se concentró en apoyar su peso sobre el otro brazo para levantarse. Terminó teniendo que apoyarse en un escritorio completamente blanco, ¿un escritorio? Tenía un gran cajón en el hueco de la silla, y estaba destrozado. ¿Lo habían forzado? Ni siquiera sabía dónde estaba.

-Concéntrate Harry.- Susurró, se frotó los ojos bruscamente intentando obtener un vista más nítida de algo,-de lo que fuera-.

Un instante antes de caer de rodillas se escuchó el sonido de un cristal rompiéndose contra el suelo, ¿un marco?. Gritó, el dolor del brazo ardía y comenzaba a marearse, todo se volvió negro poco después de poder observar a quién pertenecía la foto del suelo.

Inspiró profundamente y comenzó a jadear, su flequillo estaba pegado a su frente y sus mejillas sonrojadas, y a Louis se le hubieran ocurrido un par de cosas para decir si no fuera porque Harry había pasado diez minutos gimiendo de dolor en sueños y le había despertado a él. Le dejó espacio para que se incorporara apoyado sobre el cabecero. Le observó sujetarse la cabeza un instante y despejar su frente de rizos, ignorante de la mirada curiosa que le dedicaba Louis, casi desesperada.

-Harry.

-Cariño.- Insistió tras no ver cambio en su semblante.- Mírame, mírame.- Abrió sus brazos hacia él cuando el rizado consiguió mostrarle una mirada clara, agotada.

Harry se escondió en su pecho, y, rodeado por las piernas y los brazos de Louis, se sintió tranquilo como nunca antes.

-Sólo ha sido una pesadilla.- Respondió el rizado con voz cascada.- Siento si te he asustado.- Levantó el mentón hacia él y el castaño le besó la frente y después los labios por un rato. Se concentró en el ritmo pausado que le ofrecía y, pese a tener la ropa húmeda del calor, ambos buscaban el contacto del otro como si fuera lo único.

¿Lo era?

-¿Quieres una ducha?- Volvió su atención a él, llevaban un rato tumbados sin hacer nada más que mirarse y sonreírse poco tiempo. Asintió embobado y siguió con la mirada a Louis, quien se dirigía al baño quitando su camiseta.- ¿Hazz? Sé que te gusta esto.- Señaló su torso y sonrió arrogante.- Pero si me miras así ya no me concentro en ducharnos.

Harry se notó sonrojarse furiosamente y terminó por levantarse.- Idiota.- Cerró la puerta del baño seguido por el castaño, quien se reía mientras observaba al rizado desnudarse.

El castaño se mordió el labio y alcanzó sus caderas cuando terminó de retirarse la ropa interior, haciéndole apartar la mirada y cerrar sus manos en puños sobre el pecho desnudo del más alto. Él sabía lo vulnerable que Harry se sentía siempre con su desnudez, y no había vez que no quisiera dedicarse a intentar quitarle los miedos con él.

Suspiró ante el destello de remordimiento en sus ojos, estaba demasiado pensativo, como si lo que ocupara su mente no fueran ellos dos en ese momento.- Sigues dándole vueltas a lo que pasó el otro día, ¿verdad?-Se centró en la mirada verdosa que le observaba casi con temor desde abajo.