Con el Lucky Charm y el Cataclysm, acabaron con Hawkmoth y le arrebataron su prodigio. El hombre detrás de la máscara oscura fue arrestado y condenado a muerte sin pensarlo dos veces, después de todo lo que hizo. Ladybug y Chat Noir seguían en la guarida de Hawkmoth, exhaustos después de la batalla.
-Bueno, gatito, ¿bien hecho?- dijo Ladybug, todavía recuperando la respiración.
-Y tanto, mi Lady- le contestó Chat Noir, cogiéndola de la mano. Ella sonrió y se apoyó en su hombro.
-¿Te das cuenta de que al no haber akumas, no nos veremos tanto como antes?- dijo Ladybug, algo deprimida.
-Podemos hacer guardias más a menudo, ¿no?- sugirió Chat Noir.
-Pero no será lo mismo... A ser sinceros, voy a echar de menos los akumas. Me lo pasaba bien. Me hacías pasármelo bien.
Chat Noir sonrió, y Ladybug le abrazó.
Cuando salieron afuera, no se encontraron reporteros ni cámaras, solo a un anciano que los miraba a los dos.
-¿Maestro Fu?- preguntaron los dos a la vez.
-¿Qué hace usted aquí?- continuó Ladybug.
-Estoy aquí para deciros una... mala noticia- contestó él.
Ladybug y Chat Noir se miraron preocupados.
-Poseer los prodigios y sus poderes tiene un precio. Una vez que Hawkmoth ha sido derrotado, París no corre peligro. Entonces, cuando os destransforméis, el precio es que perderéis todos los recuerdos de ser Ladybug y Chat Noir.
Los dos abrieron los ojos como platos.
-¿QUÉ?- gritaron los dos asombrados.
-Todo París perderá cualquier recuerdo de vosotros. La estatua desaparecerá, el Ladyblog también. Vuestra vida no cambiará; solo que vuestros recuerdos de estas aventuras... ya no estarán.
A Ladybug se le saltaron las lágrimas. De repente, en un abrir y cerrar de ojos, el Maestro Fu había desaparecido.
-No... no puede ser...- murmuró entre llantos. Los dos estaban abrazados fuertemente, llorando, pero sobre todo Ladybug.
-No te quiero olvidar. No te puedo olvidar- dijo Chat Noir.
-Ni yo- le contestó Ladybug.
Bip bip bip, hicieron sus prodigios.
-1 minuto juntos...- dijeron los dos a la vez.
-Este es el momento para decirte todo lo que te he querido decir desde el día que te conocí- dijo Chat Noir entre lágrimas.
Ladybug le miraba, lágrimas corriendo por sus mejillas.
-Ladybug, te... te quiero.
Ella sonrió. Fue como si su amor por Adrien se hubiera desvanecido.
-Yo también te quiero, mucho- le contestó, le agarró del cuello y le dio un beso. Estaban llorando los dos, pero era el mejor momento de sus vidas. Ninguno iba a soltarse de los labios del otro. Hasta que...
¡Bip bip bip!
-¡TE QUIERO, CHAT!- gritó Ladybug milisegundos antes de que saltara un gran flash, donde los dos desaparecieron.
Marinette y Adrien despertaron aquella mañana como cualquier otra. Aunque los dos se sentían raros; sabían que les faltaba algo, pero no sabían qué era. Solo sabían que se sentían raros y vacíos por dentro. Caminaron hacia el instituto. Marinette se encontró a Alya por el camino.
-¡Hola, Mari!- le saludó Alya.
-¡Hola, Alya!- le saludó Marinette de vuelta.
-No llegas tarde por una vez en tu vida, ¡estoy orgullosa de ti!
-Ja ja, me parto.
La limusina de Adrien se paró en la puerta del colegio, y él se bajó.
-¡Hola, Marinette! ¡Hola, Alya!- las saludó.
-¡Hola!- saludaron de vuelta.
-Mmm, qué raro, no te has sonrojado, ni has tartamudeado al ver a Adrien... Mari, ¿estás bien?
-Sí, perfecta. ¿No puedo haber aprendido a controlarme delante de él?
-Em, sí, por supuesto.
Obviamente, Marinette no le diría a Alya que sí que se encontraba rara. Seguía buscando lo que le faltaba dentro de ella, pero por más que lo hacía, no encontraba nada.
Durante el resto del día, Marinette y Adrien estuvieron muy distraídos, intentando encontrar esa pieza de ellos mismos que estaban convencidos de que faltaba. Cuando sonó la campana de irse a casa, Marinette fue distraída por un gatito negro que le pasó entre las piernas. De alguna extraña manera, Marinette sintió que tenía que seguirle, y eso hizo. Al mismo tiempo, Adrien se encontró con una mariquita que se le posó en su nariz. Él también sintió que la debía seguir. El gato y la mariquita dirigieron a los adolescentes a una cueva. No lo sabían, pero estaban los dos en el mismo sitio. Los animales se pararon cuando llegaron al final del camino. En el lugar de Marinette, el gato se paró al lado de unos pendientes, y en el lugar de Adrien, la mariquita se paró junto a un anillo. Los dos sintieron que debían ponérselos, eso hicieron. Y cuando lo hicieron, encontraron la parte que les faltaba. Todos los recuerdos les volvieron a la mente de golpe, tan de golpe que los dos cayeron al suelo.
Sus kwamis aparecieron delante de ellos.
-¡Tikki!- gritó Marinette, casi llorando de la alegría.
-¡Plagg!- gritó Adrien en el pasillo paralelo de la cueva, abrazando al bichito en sus manos.
-Pensaba que nunca te vería otra vez, y que todo lo que hay en mi mente ahora nunca lo volvería a estar...- dijo Marinette, con una sonrisa de oreja a oreja.
Adrien no había dicho otra cosa demasiado diferente.
-Siento que Ladybug está aquí, cerca de mí- dijo Adrien después de otro abrazo con Plagg.
-Siento que Chat Noir está aquí, cerca de mí- dijo Marinette simultáneamente.
Los dos se transformaron, Chat Noir hizo Cataclysm contra la pared de piedra y allí se la encontró. A su Lady, tal como la recordaba.
-¡Chat Noir!
-¡Ladybug!
Corrieron el uno hacia el otro, y se dieron un abrazo enorme. Los dos estaban riendo. Se miraron, con una sonrisa.
-Pensé que nunca te volvería a ver- dijo Chat Noir.
-Yo también- replicó Ladybug.
Se volvieron a abrazar.
-De verdad, no me creo lo que está pasando- dijo ella.
Chat Noir se rio.
Se volvieron a mirar, seguían riendo. Hasta que Ladybug se puso seria por un segundo.
-Em, Chat, ¿tú recuerdas el beso?- le preguntó.
-Cada segundo de él- le contestó él.
Ladybug sonrió pícaramente.
-Hmm, entonces, si es así...
Volvió a agarrarle del cuello y apuntó hacia sus labios para otro beso. Los dos se unieron en ese beso con el que acabaron en el suelo, donde pasó de beso a abrazo risueño. Ladybug se puso encima de Chat Noir.
-Te quiero mucho, no lo olvides, ¿vale?- le dijo ella.
-Lo mismo te digo, Mi Lady.
Sorprendentemente, los recuerdos de Ladybug y Chat Noir no se habían restablecido en la ciudad; la gente seguía sin recordarles. Entonces, los dos quedaban todos los días en esa cueva, haciendo los prodigios su pequeño secreto. Un secreto que perduraría hasta el fin de los tiempos, una relación que también lo haría, y un amor mutuo que nunca se rompería.
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Recuerdos Desvanecidos [MLB AU]
FanfictionLadybug y Chat Noir por fin han vencido a Hawkmoth y cumplido la misión que tenían desde el principio de los tiempos, pero se enterarán de que ser superhéroes prodigiosos tiene un precio... · · · · ¡Espero que os guste mi novela! La escrib...