—Amy...no os sintáis mal, no es su culpa, un Caballero como Lancelot fue entrenado y preparado para evitar estos percances —habló Galahad con tranquilidad, mostrando comprensión—, sin embargo, las cosas salieron mal y ahora si se encuentra fuera de posición y todo empeora...tanto tú como él estarán en un grave peligro.
Amy ya no podía decir nada, no porque no quisiera hacerlo, sino porque su llanto le impedía hablar y soltar un gran y arrepentido "lo lamento".
Galahad mantuvo el silencio, no sabía que más decir para buscar un consuelo.
—...Te repito que no me incumben estos asuntos, sólo os doy, como ya le han dicho el resto de caballeros, una advertencia, diciendo el asunto y las posibles consecuencias... Amy, si vos quiere seguir con esto, adelante, yo no la detendré, ni a usted ni a Lancelot porque sé perfectamente que en asuntos de corazón nadie manda, así que, si necesita algo, puede contar conmigo.
Esas palabras de Sir Galahad hicieron sentir a Amy no sólo confundida, sino reconfortada por fin, y mientras miraba al caballero plateado con agua en los ojos, dijo:
—¿V-vos está dispuesto a...?
—Lo que se aproxima es horrible, tremenda y pura dualidad, así que debo tomar una postura y decisión de "bando"...me dais mucha confianza, Amy, demasiada, más que las palabras de progreso que Arthur repite en estos últimos soles.
—N-no sé cómo responderos ante eso... —Era increíble oír a un caballero estar ya en contra de su Rey, ¿Por qué ella? Sin duda no dejaba de comprenderlo.
—No es necesario, sólo... —Aguardó el caballero, mirando con determinación a la eriza—. Prometedme que seguirá sus instintos y decisiones de vuestro corazón.
Dudó por un momento, pero expulsó al final: —...lo haré.
Esta vez podía ver en Galahad una seguridad increíble, un enfoque decidido y sobre todo, pudo darse cuenta que tenía a un aliado.
—Es necesario que...empecemos con esto del entrenamiento de tu energía blanca, mientras más pronto sepas defenderte y seas capas de usar todo tu potencial a vuestro favor estarás más segura y también Lancelot.
—Bien...—suspiró la eriza, mientras recordaba lo acontecido en la sala—. Hace un rato cuando estaba en la sala, Percival y Lancelot estaban afrontando sus indiferencias y...Percival iba a atacar a Lancelot y yo se lo impedí empujándola con...con mi energía a la lejanía, quiero creer.
—Telequinesis... —murmuró el erizo con sorpresa, pero recobró la postura una vez más para mirarla—, definitivamente debes conocer muy bien vuestras capacidades y también vuestros límites —Galahad se puso de pie y, extendiéndole la mano a Amy, continuó—. Hay que iniciar en este momento con el entrenamiento.
Amy afirmó limpiando sus ojos y enseguida tomó la mano de Galahad. Ambos ya muy decididos salieron para dirigirse al sitio más adecuado: la torre de entrenamiento; no sería bueno que utilizaran el espacio reducido del cuarto de Amy para entrenar, era más pertinente tener un espacio amplio y suficiente para poder emplear todo tipo de técnicas y estrategias.
Luego de un par de horas después, los otros tres caballeros ya habían terminado su comida servida anteriormente por Amy, tanto Lancelot como Gawain y Percival se encontraban serios, todo lo ocurrido estaba causando una gran desestabilización entre los caballeros y sus vidas que, de por sí, no eran gratificantes.
–Deja tu rencor y andad a trabajar en el asunto, eso es lo que haría el Lancelot que conozco – Percival había roto el hielo en la mesa y el nombrado erizo veteado la miró con tanta ira contenida en sus ojos...esa ira no era exactamente para ella, era para él mismo por ser tan tonto en sus acciones con Amy, pero tenía que expulsarla con alguien.
—Es un incordio el que sepas detectar problemas en el aura de los demás... —gruñó casi con asco.
—No me cambiéis el tema, sólo toma y realiza las acciones que indiquen vuestra mente...vuestro corazón...
Lncelot rio ante esas palabras—Vos nunca me diréis eso... —expulsó todavía con burla en los dientes— ¿También cambió la Sir Percival que conozco?
—Sos un maldito soez, ¿ya estás de acuerdo en que soy la misma?
—No, pero sé que en el fondo me comprendéis y sabéis lo que siento, así que no veo problema alguno —Esa confianza y burla discreta casi le cuestan las púas al erizo, pues la mirada lacerante y envenenada de Percival decía todo.
—Sea como sea nada evitará que vos y Amy paguen lo que están haciendo, y como dije ya...no meteré mis manos por las vuestras.
Percival se levantó de la mesa y salió al jardín, Gawain que aparentaba estar dormido con las manos cruzadas a la altura de su pecho, expulsó:
—Si "amáis" a la eriza rosa con todo lo que tenéis, ¿Por qué tú y ella no huid de Kamelot?
Por primera vez Lancelot vio a Gawain con coherencia y razón, aunque...
—¡ja! Eso es de cobardes —Bufó con grandeza Lancelot.
—¿Y no es de cobardes hablar mal del Rey a sus espaldas? —Lancelot se levantó de golpe de la mesa al oir aquella indirecta desafiante, el equidna no se inmutó ante ello.
—Maldito equidna... —expulsó Lancelot, mirando al dichoso con repugnancia.
Gawain dirigió una burla y luego, siguió—Andad, Lancelot, sólo intento ayudaros a ti y a esa eriza, no es bueno que quieras causar estragos nada más porqué sí.
—Todo aquél que se meta conmigo será el último error que cometa en su vida.
—Ese es el Lancelot que conozco, pero yo en vuestro lugar evitaría que se metieran conmigo, a sabiendas de que pueden hacerlo.
Lancelot le daba la razón en el fondo al caballero del sol, pero no pensaba decírselo y que tomara postura creída, le bastaba con estar consciente y tener en cuenta las palabras de Gawain.
—Puede que toméis tus comentarios como importantes, pero ahora no pensaré en nada de eso más que en la comida de mañana.
Gawain se encogió en hombros y al cabo de segundos se puso de pie, para tomar sus pertenencias e irse directo a sus aposentos. Lancelot todavía pensativo no sabía si buscar a Amy o dejarla tranquila por el día de hoy, habían sido muchas cosas y definitivamente él también necesitaba un descanso, así que decidió dejar el comedor sin alzar y al igual que el caballero del Sol, salió en dirección a sus aposentos.
*EN LA TORRE DE ENTRENAMIENTO*
Estaban en el segundo piso, fue algo corto pero vaya que sirvió para que Amy aprendiera lo básico de sus energías y como utilizarlas a su favor. Ahora también conoce la técnica para evitar que vean/lean lo que siente a través de sus ojos; todo estaba saliendo bien durante ese momento y vaya que se sintió bastante reconfortada.
—Buen trabajo, Amy —habló Galahad mientras se colocaba su casco—, al menos te ha quedado claro los principios básicos de esto y poco a poco con la práctica, no será muy necesario que os de clases específicas.
—Me siento muy tranquila con esto que me ha enseñado, le debo ya mucho, Sir Galahad. —No dejaba la cortesía de lado, por lo que Amy hizo una pequeña reverencia al terminar su frase.
—Andad, ya os dije que confío en vos y si puedo ayudarla en algo más, será todo un placer.
Amy sentía una extraña confusión, no podía dejarla de lado y se preguntaba: ¿Por qué el caballero de plata la trataba con tanta delicadeza? Era como si fuera alguien importante o...como si fuera de su nivel...no comprendía realmente esa gentileza en un caballero de la mesa redonda.
—Bien, Amy, ya casi cae el anochecer y yo debo regresar a mi fortaleza, cuidaros del peligro y manteneros a cubierto por vuestra relación... No os fiais de nadie.
—Sí, Sir Galahad, gracias por todo, iré con cuidado —contestó sonriendo.
—Buena noche, Amy, espero y todo se arregle.
El caballero acomodando todavía su armadura comenzó a caminar lejos de Amy y dirigiéndose a la salida, la eriza rosa subiría a sus aposentos a descansar y meditar sus aprendizajes...mañana tendría que ir a esa comida real con el caballero del Lago, no tenía alternativa.
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Cuando te Tuve a mi Lado... (Shadamy) •|REEDITANDO|•
Fanfiction-ESTA OBRA ESTÁ EN RE-EDICIÓN, POR LO QUE, ENTRE CADA CAPÍTULO SE ENCONTRARÁN VARIACIONES EN NARRACIÓN- Hace tiempo en un reino donde habitaban distintas clases, una eriza plebeya de la tribu más marginada se halla en problemas a causa de terceros...