La nueva reina.

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Narrado por Merida.

Ni si quiera recuerdo cómo había llegado hasta aquel castillo, supongo que aquel chico extraño me había traído. De verdad no entendía por qué el chico llamado Hiccup me mirara como si realmente me conociera, era muy molesto verlo mirándome de reojo de vez en cuando y por si fuera poco él continuaba diciéndome Merida...¿Cuál era su maldito problema conmigo?

Entonces iba caminando mientras miraba aquel castillo y por un momento sentí como si lo reconociera...pero aquello era imposible, ni si quiera sabía cómo había llegado hasta ahí.

Cerré mis ojos y suspiré, sonreí.

-Este lugar no está mal-dije acercándome poco a poco a la puerta.

Entonces choqué mi puño unas cuantas veces contra la puerta, escuché la voz de una mujer.

-Un momento-dijo ella desde dentro del castillo y no tardé en escuchar las cerraduras abrirse poco a poco.

Fue cuando una mujer algo mayor de lacios cabellos y ojos reconfortantes abrió la puerta, tenía unas pequeñas marcas por la edad al rededor de sus ojos pero no estaban tan marcadas, al verme sus ojos se cristalizaron un poco y se abrieron de par en par. Su rostro, por un momento lo reconocí...No. Solo estaba imaginando cosas.

-Merida-dijo ella suspirando y llevando su mano a su pecho...otra vez estábamos con lo de Merida, tal vez las personas de aquí se confundían muy seguido-Hija.

Y de un momento a otro sus brazos me rodeaban y aquello me pareció muy molesto, no me gustaba que nadie estuviera tan cerca de mí, era asfixiante y ni si quiera conocía a aquella mujer.

Fruncí el ceño, sentí que mi vestido comenzaba a empaparse de uno de mis hombros, aquella mujer estaba llorando sobre mí...debía de sufrir un tipo de memoria de corto plazo y a de haberme confundido con alguien que conoció en el pasado...Dios, patético...La alejé de mí y ella al ver mi reacción frunció el ceño un poco, tenía sus ojos algo hinchados gracias a la escenita que había montado pero por lo demás parecía incluso algo molesta pero eso era todo.

-Ya-dijo ella- Sé que no te gusta que te abrace así, Merida. Solo que no sabía nada de ti y de tu padre y había comenzado a asustarme.

Yo puse los ojos en blanco, tal vez debería seguir con su juego.

-Si...mi padre-empecé, ni si quiera recordaba que tuviera un padre-si, él dijo que volvería más tarde.

La mujer pareció aliviada.

-Pero ya...entra de una vez por todas-dijo ella alegre-pareciera que no reconocieras tu casa.

La miré extrañada. Que gente tan rara tenía este lugar.

-Si, claro-dije y entré, tal vez simplemente debía deshacerme de aquella mujer, sería muy fácil y no parecía haber nadie más en casa...

Le sonreí a la mujer.
-¿Estas bien? - dijo la mujer mirándome de reojo.

Asentí lentamente.

-Lo estaré-le dije sonriendo- Lo estaré.

La mujer me devolvió la sonrisa.

No sabía lo que la estaría esperando...

I just need an answerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora