Mejores aliadas.

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Al llegar a la cabaña de chicas todas entramos y nos acomodamos. Algunas corrían por el lugar para escoger la mejor cama o habitación. Y puedo decir que me sorprende como sea que lo hayan hecho porque yo no podría hacerlo con esos tacones que la mayoría llevaba puestos. De ésta manera fue que al instante pude identificar a esas chicas que eran de las que sólo querían beber y volverse locas, acostarse con un chico y ganar más de mil dólares por haberlo hecho, pero la cuestión no era esa.

-¡Oye, tú! La oriental.- Abrí los ojos al escuchar esas palabras, pues hace tanto tiempo que nadie me había llamado así.
-Jacklyn.
-No. Soy Jessica.- Ésta sí que estaba difícil. Lo noté desde el momento en que vi su cabello rubio y sus ojos claros. Era bonita pero lo tonta se le notaba hasta en el aura.- ¿Por qué no haces algo bueno y traes un par de bebidas?- me sonrió, y debo admitir que tenía unos dientes hermosos.
-No.

Ella me miró desconcertada, pero yo para su disgusto no estaba de humor. Y la verdad no había nacido con el humor suficiente como para aguantar la manera en la que ésta me había tratado. Luego de pronunciar aquel monosílabo oí una pequeña risa detrás mío a lo que no aguanté y traté de girar para saber de quién se trataba. Pero no alcancé a ver pues..

-Oye, ¿qué es lo que te crees? Te pedí unas bebidas y quiero que me las traigas ya.
-Tienes piernas, hazlo tú.
-Okay. Creo que aún no sabes con quién te estás metiendo.- arqueó sus cejas y debo admitir que me estaba empezando a asustar. Comenzó a acercarse cada vez más y recordé lo mucho que odio que la gente se acerque a mí.- Me traerás lo que te pedí.. Ahora. O ya verás de lo que soy capaz.- sonrió.

La miré con desprecio y fui hasta la cocina. No quería problemas, o al menos no ahora que el campamento apenas comenzaba. Abrí la nevera y saqué unas cuantas botellas de lo que sea, ni siquiera me fijé en lo que había tomado, sólo se las daría y si no era lo que ella quería, pues que se pudra. Al tomar las bebidas iba a girarme para continuar caminando y dirigirme hacia donde se encontraba esa fastidiosa mujer. Pero algo interrumpió mi paso. Una chica estaba justo detrás mío. Ella también tenía el pelo rubio pero era, sin embargo, más bonita que la otra. Al verla me sorprendí de sobremanera y di un salto que casi me hizo perder el equilibrio y soltar todas las bebidas.

-Oh, lo siento, en serio.- dijo la chica con vergüenza.
-Descuida.
-¿Necesitas ayuda?- Esperen, ¿eso iba en serio? ¿alguien estaba siendo amable conmigo?. Impresionante.
-¿Qué?- me mostré confundida.
-Mejor dame unas cuantas y te ayudo a llevarlas.- sonrió, o al menos trató de hacerlo, de seguro había visto como me había tratado la chica pero se notaba a leguas que ella no era una de esas chicas que acompañaban a la otra en sus fechorías.
-Te lo agradezco.- ella me guiñó un ojo y yo no pude evitar sonreír.

Y así llegamos hasta la sala en donde se encontraba la rubia mandona. Ella nos miró a ambas de manera extraña y luego tomó algunas de las botellas sin decir una sola palabra al dejarme con los brazos vacíos. No agradeció ni se quejó, aunque creo que todo era más tranquilo sin tener que escuchar su voz. Por mí estaba bien.

-Puedes irte.- Y tenía que hablar..
-Lo estoy haciendo, gracias.

Pude oír como esa misma persona que antes se había reído lo había vuelto a hacer. Ésta vez sí tuve tiempo de mirar hacia atrás y, pude notar que se trataba de la chica que me había ayudado, era ella a quien le causaba gracia lo que yo decía. Genial. Luego de entregar las bebidas ambas salimos de allí y fuimos a una de las habitaciones.

-Me gusta como la tratas.- volvió a reír.
-¿En serio?- pregunté, sonriendo.- Ésa es una buena noticia, porque no pienso tratarla de otra manera.
-Pues ella no merece que lo hagas.- reímos.
-¿Cómo te llamas?
-Soy Emma Gordon.- sonrió. Era tan agradable. Ésta si que era la mejor rubia que había conocido en la vida.- ¿Y tú?
-Jacklyn Johanson. Mucho gusto.
-No seas formal- soltó una pequeña risa.- Somos aliadas ahora.

Me había conformado con que ella utilizara la palabra "amigas", pero esto era un tanto mejor y podría acostumbrarme a hacer más aliados que amigos en un lugar como este. Quién sabe si las circunstancias podrían requerir más de aliados que de otro tipo de personas. El futuro aquí es bastante incierto y, a juzgar por todo lo que ha pasado desde que llegué, pienso que hasta el propio presente aquí es igual de inesperado.

Sonreí ante las palabras que había mencionado Emma. Somos... aliadas, eso era lo más lindo e inquietantemente satisfactorio que me habían dicho allí, y lo más amable que alguien me había tratado en toda la jornada. Asentí y ella sonrió. Luego de esto nos sentamos en las camas que habían en la habitación que elegimos.

El motivo de que hayamos escogido dicha habitación es porque era la que menos maletas tenía dentro. Noté que dos de las cuatro camas estaban ocupadas. Agradecimos entre nosotras porque no estaban ocupadas por las odiosas chicas con las que nos habíamos topado hace un rato.

La noche iba transcurriendo bastante tranquila lo cual ayudaba en gran cantidad a mi estado de ánimo y a mis ganas de estar en aquel lugar. Emma y yo comenzamos a conocernos mucho más lo cual hizo que cada vez me vaya sintiendo mejor y dejara de pensar en todo lo que había ocurrido anteriormente.

Ella era buena, tenía una gran actitud y eso me reconfortaba. Me agradaba estar con ella, pues sentía que me entendía realmente. Me había contado sobre su familia que la habían apoyado para que ella pudiese llegar aquí, instándola a conseguir el premio, pues lo necesitaban.

Sentí algo raro en el momento en que me lo comentó, pues yo no pertenecía a aquel lugar. Recordé que estaba allí por equivocación y no necesitaba en lo absoluto aquel dinero. Tal vez en lugar de hacerlo por mi hermana ella debería ser la razón por la que no me quede atrás en este lugar, pues creo que conseguir pareja puede ser un tanto complejo pero nadie está pidiéndome que aquello dure toda la vida.

-Comamos algo.- dijo sin arruinar su perfecta sonrisa. Yo asentí, pues moría de hambre.

Ambas fuimos caminando de nuevo hasta la cocina, pero antes de llegar volvimos a pasar por la sala en donde aún se encontraban las chicas malas, por así decirlo. La cuestión es que oímos algo peculiar en la conversación que ellas mantenían. Bueno, en realidad fui yo quien supo exactamente de lo que estaban hablando apenas lo escuché.

-Mi primo.- dije mientras ya nos estábamos dirigiendo a la cocina de vuelta.
-¿El chico lindo es tu primo?- parecía un tanto emocionada, pero a la vez no se le notaba tanto placer en los ojos.- Se ve un tanto arrogante.
-Lo es.- le sonreí.

Oficialmente amo a esta chica. Y a pesar de que Thomas no era en sí una persona arrogante se veía como una. Y él no me agrada así que no tengo porqué defenderlo de las ofensas de los demás. Pienso que lo que a mí me divierte no es algo que haga daño a otros por lo que me dedicaré a reír de lo que Emma diga sobre mi primo y no me opondré a aquello. Él no tendría por qué saberlo ¿O sí?.

Nos pusimos a revisar lo que había en la nevera y sacamos unos cuantos ingredientes para una cena de las mejores que habíamos tenido en mucho tiempo. Yo, por mi parte, tomé varias verduras, cuatro rodajas de jamón y la misma cantidad de queso. Coloqué todo sobre la mesa y luego corté el pan en ocho rebanadas. Mientras yo hacía lo mío en la mesa de la cocina, Emma tomó dos naranjas y preparó un delicioso y refrescante jugo para las dos.

Cuando ya hubimos terminado nuestra preparación de una excelente cena para dos personas, todo pagado e incluido con la reservación del hotel cinco estrellas, llamado Are You The One?; cenamos. Y cabe agregar que no estaba haciendo ninguna exageración cuando mencionaba el hecho de que este lugar era un hotel, pues metafóricamente lo era.

La cena se basó sobre todo en risas y chistes no muy buenos. Sólo piensen en la cita de sus sueños, esa que quisieran tener algún día con ese chico o chica especial, pues esa era la descripción exacta del momento que yo estaba viviendo. Y allí entendí aquello a lo que la gente llamaba.. amistad o alianza, en este caso es igual.

Sinceramente hablando, nunca había conocido a una persona como Emma y ahora que lo había hecho finalmente no la dejaría pues es la única buena compañía que tendría durante unos tres meses ya que está en este grupo conmigo. Y vaya que lo agradezco. Al menos la tengo a ella para hacer hasta las más grandes locuras, ya que no estaba con..

Mi hermana..

Me había olvidado de ella. Espero que la esté pasando bien con su grupo, que no tenga el mismo problema con el que yo me había enfrentado. Aunque lo dudo mucho. Ella es una chica con un carácter esrupendo, cuyo lado más oscuro no es recomendable conocer, así que puedo confiar en que, en el caso de una discusión, ella ya tenía ganada la pelea.

Are You The One? © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora