Capítulo 17

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Thomas se sentía... extraño, no le parecía correcto estar lejos de Dylan después de estar tanto tiempo separados. Sin embargo, tampoco se sentía con las agallas para volver porque después de parar de correr se dio cuenta de que sus palabras habían herido a Dylan.

Quizá no había sido la mejor manera de decirle lo que pensaba y menos cuando Dylan no había parado de repetirle cuanto lo ama, sin mencionar que lo cuida como si le fuese la vida en ello. ¿Y cómo le responde Thomas a eso? Ocultando que ya podía hablar, llamándolo crédulo en su cara y huyendo.

«¿Qué pensarían mis padres de verme ahora?»

Se le hizo un nudo en el estómago ante aquel pensamiento. Sería una decepción segura lo que Thomas se ha convertido después de la buena educación de los padres. Una mueca triste se formó en sus labios.

Antes de que alguna otra idea deprimente cruzara por su cabeza, escuchó una voz.

- Debí imaginar que estarías aquí -era Eugene.

El rubio solamente se encogió de hombros mientras seguía observando la ciudad de Seattle bajo sus pies, estaba sentado en la marquesina del techo de un restaurante, y Eugene se sentó a su lado.

- Dylan me contó que alguna vez lo trajiste para demostrarle como funcionaba lo de absorber neón -continuó.

Thomas lo miró de reojo un tanto sorprendido. No se imaginaba a Dylan y Eugene conversando sobre él.

- Te extrañó mucho, Thomas, y yo también pero sabemos que él lo hizo de manera diferente.

- ¿A dónde quieres llegar con el sermón? -preguntó de repente.

Eugene lo miró dolido ante el comentario, por lo que Thomas se disculpó en seguida. Luego el Conductor con poderes de video prosiguió.

- No sé que tienes, amigo, pero te aseguro que no está bien que lo trates así, él fue quien hizo todos los planes con los que intentamos sacarte. Probablemente no te lo haya dicho pero hubo veces que no dormía con tal de seguir pensando en alternativas y muchas veces Shailene tuvo que mandarlo a dormir, aunque era en vano la mayoría del tiempo porque lo escuchaba llorar en su habitación.

Thomas se sentía pésimo al escuchar eso pero no es como que él se la hubiera pasado de fiesta.

- Al menos no era torturado por el DUP -soltó.

- Pero él no te trata como mierda, es más, casi te da la comida en vajilla de oro.

- De acuerdo, entiendo -suspira- Dime donde está para ir a disculparme.

Eugene se tensó al escucharlo, no creía conveniente decirle pero sabía que no tenía escapatoria.

- Eugene... -insistió.

- Dylan está en el hospital.

- ¿Cómo que en el hospital? -preguntó alterado.

- Después de que te fuiste lo encontramos inconsciente en el pasillo -Eugene mordió su labio inferior, no estaba muy seguro de estar usando las palabras correctas.

Thomas se levantó con los puños cerrados.

- Llévame con él.

- Solo lo haré si prometes disculparte de cualquier tontería que le hayas dicho y no lo lastimes más, solo cálmate.

Sangster suspiró y aceptó los términos que le dio Eugene. La verdad es que también quería eso, evitar lastimar a Dylan. Sin embargo ahí estaba esa voz de desesperanza que le hacía decir cosas que no debía.

Los dos amigos se pusieron en marcha entre las calles de Seattle, ambos dejaban un leve rastro pero por ello procuran ir por los lugares más recónditos de la ciudad. Tardaron unos 15 minutos en llegar a la edificación grisácea. Después de decir a la recepcionista a quien iban a visitar, fueron a la habitación de Dylan. Afuera estaba sentado Brydon, quién no estaba muy contento con Thomas, aunque igual se guardó sus regaños y mejor dijo:

- Quizá esté dormido, la cabeza aún le duele.

Thomas mordió su labio inferior mientras asentía, después entró en la habitación. Dylan estaba acostado con una venda en la cabeza y una expresión ligera de dolor. Quizá sus ojos estén cerrados, pero no estaba dormido, estaba seguro de ello.

Se acercó con cuidado hasta el castaño y luego se sentó a su lado. Al escuchar el rechinar de la silla, Dylan abrió los ojos ligeramente.

- Tommy -susurró.

- Hola, Dyl.

Escuchar la aún voz ronca de Thomas lo hizo recordar todo lo sucedido antes.

- Perdón, no debí decir todo eso -prosiguió el rubio después de un momento de silencio.

Dylan lo miró y después estiró su mano para que Thomas la tomara. Sangster lo hizo, al sentir el apretón de Dyl se dió cuenta de dos cosas: lo perdonó y estaba cansado.

- Deben decidir -susurró O'Brien- les quedan pocas horas y Augustine podría hacer una locura si no le dan una respuesta.

- No voy a dejarte aquí.

- Estaré bien, no me necesitan para patear el trasero de esa anciana.

Thomas sintió una chispa que hace tiempo no sentía: diversión. Estuvo a punto de soltar una risita.

- No será lo mismo sin ti.

- Tommy, es un ligero golpe, no estoy en mi lecho de muerte.

- Estuviste inconsciente, Dylan.

- Pero ya no lo estoy, no tengo curación rápida pero soy un hueso duro de roer.

- No lo niego.

Otro silencio, solo permanecieron mirándose. Dylan quería decirle con ello que había esperanza, que confiara en que podían ayudar, que después de eso ya podrán irse.

- Corre, ve con ellos -insistió Dylan.

- Vendré en cuanto pueda, Dyl -se acercó a él y plantó un beso en su frente, tan cuidadoso, como si pudiera dolerle ese simple tacto.

- Haz lo que te parezca correcto, Thomas. Que no te importe ni mi opinión.

Oh pero cuánto tiempo. Lamento eso, de verdad, pero no sentía las palabras correctas para seguir con esto. Pese a que he tenido un nos cuantos problemas espero no tardar tanto de nuevo. Gracias a los que siguen leyendo.

Tu brillo me guiará [2a Temporada] (Dylmas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora