Capítulo 3

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Eso de ser secretaria era más difícil de lo que parecía.

Había que cargar cosas, seguir a Steel de aquí para allá, cargando carpetas con fotografías, ver modelos con poca ropa, servir cafés y el humor de Harry regresando a ser el frío para regresar e irse con esas sonrisitas...

Eso por horas. Era exhaustivo.

Harry había estado sonriéndome por un rato y "tratándome mal" intermitentemente, hasta que regresamos a "Style". Ni siquiera veía mi camino desde que bajé del auto, por la montaña de carpetas llenas de fotografías que yo llevaba y el muy generoso señor Steel no fue capaz de tomar siquiera una para ayudarme.

-Son las dos de la tarde, señorita Steel. Luego de que deje esas carpetas en el escritorio de Michael, lleve mi almuerzo a mi oficina. Me apetece comer una pierna de pollo, ensalada de lechuga y tomate, con aderezo. No picante por favor.- ordenó e intenté que todo quedara en mi cabeza.- Ah, y una botella de jugo de manzana.

-Claro señor Steel, trataré de no olvidar nada.- reí, intentando recordar eso y las puertas se abrieron en nuestro piso. Intenté caminar fuera, detrás de Harry y pronto sentí unas manos aligerando mi carga. Michael...

-Déjame ayudarte...- murmuró Michael tomando, quizás, más de la mitad. Le agradecí silenciosamente y levanté la mirada a él para sonreírle.- Señor Steel, Giselle llamó y dijo que espera verlo para cenar.- Harry asintió con la cabeza, pff, y yo era la que no respondía.- Caroline aseguró que todo estará listo para el viernes, y que en estos días entrarán los suéteres y las faldas para la temporada de otoño, así que ya están encargados.

-Bien, llama a Charlotte y dile que mañana llegue aquí a las tres de la tarde y que no llegue tarde.- dijo Harry tan brusco como antes. Dejé mi resto de carpetas sobre el escritorio y suspiré, exhausta, fue cuando él me vio con seriedad.- Señorita Edwards, mi almuerzo.

-Por supuesto, discúlpeme, por favor.- pedí respirando profundo una vez más antes de voltear hacia el elevador.

-¡Señorita Edwards!- gritó suavemente, haciéndome detener. Volteé hacia él y la tonta sonrisa que tenía en su rostro me puso nerviosa.- Sus botones se soltaron y... Me temo que su escote es más sugestivo de lo que era antes.

Bajé mi mirada a mi pecho y me encontré con mi sujetador negro debajo de cinco botones desabotonados de mi camisa. ¿¡Qué!? ¿¡Qué demonios...!? ¿Hace cuanto estaba así? ¿Por qué él no me dijo antes?

-Recuerde, es mi secretaria, no zorra de ninguna otra persona.- remarcó con esa sonrisa ahora más crecida. ¿Qué le parecía tan gracioso?

-Sí, lo siento.- me disculpé volteando hacia el elevador, mis manos arreglando mi camisa lo más rápido que ponía justo antes de meterme en elevador.

No quería ponerme agresiva, pero si yo había estado así desde hace tiempo y él no me lo dijo, estaba segura de que lo mataría. ¿Habría sido luego de ese gran detenimiento en el que debí voltear hacia el asiento trasero porque las carpetas se habían caído? ¿Habría sido cuando me atoré en el cinturón de seguridad y tuve que pedirle que me volviera a atar? ¿Habría sido luego o antes de que lo descubrí viéndome el trasero cuando recogí las carpetas al llegar a esta empresa?

Era un machista, de eso no había duda. Un machista, seductor y cambiante cubo de hielo quien tenía a decenas de modelos posando en ropa interior frente a él pero que prefería observar a su secretaria nueva que, accidentalmente, se había puesto en poses incorrectas y a la que se le había abierto la camisa.

Preferí ignorar a mi feminista orgullosa una vez más y pensé en su sonrisita, eso me distraía más. Bajé a la cafetería, donde Jeff, un amable empleado de la cafetería que ya me había reconocido como la secretaria de Steel y me había dado una bandeja de plata, con una pata de pollo en un plato, junto con la ensalada y condimentos y aderezos a un lado. La botella de jugo estaba junto a ellas, con los cubiertos, el vaso, un portavaso y servilletas.

Crazy Little Things In My Head (Crazy Little Things #1) [TERMINADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora