01: Victoria Frey

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Capítulo 01: Victoria Frey

– Claire, ya termino la clase.

La femenina voz de la maestra saco a Claire de sus pensamientos, al mismo tiempo que sus labios sacaban un suspiro al ver el salón de Español totalmente vacío en pocos segundos; solo se encontraba la maestra y ella.

Sin decir alguna palabra, tomó sus cosas y las guardo en su mochila morada con tonalidades negras y decoraciones azules. Cargo su mochila en su espalda y se levanto de su asiento tomando con una de sus manos el único libro que yacía en la mesa, y a pasos tranquilos se dirigió al escritorio de la maestra para dejar aquel libro verde con los otros.

Un suspiro se dejó escuchar por parte de la maestra.

– Deberías juntarte con los demás, Claire –comentó la maestra viendo los hermosos ojos amarillos como el oro de la menor – Deberías socializar con las personas que estar siempre sola, no es bueno – se acomodó sus lentes viendo con más autoridad a la joven, como si con esa simple mirada fuera a obedecerla.

– Prefiero estar sola que estar con esos calenturientos – murmuró dirigiéndose a la puerta para salir – Además, estar sola siempre me ha ayudado, no comprendo el problema – sentenció antes de salir del salón.

Claire suspiro con pesadez y empezó a a atravesar el pasillo lleno de adolescentes hablando ruidosamente, algunas chicas bailando provocativamente con los chicos, algunos saltándose las clases o algunos solo caminaban distraídamente con sus miradas en sus teléfonos.

Caminaba ignorando a todas esas personas, en especial a las que se consideraban "calenturientas" según todos los antisociales, ósea, a todas esas personas con mayor vida social y una reputación que proteger. Aunque sabía que no todas las personas eran así, ella no había conocido a alguien que sea amable con ella o que por lo menos la recuerde o acepte.

Entro rápidamente a su respectiva clase y se sentó en su lugar; en una esquina hasta atrás del salón. Poco a poco sus compañeros de clase empezaron a llegar dejando sus cosas en su lugar para luego empezar un nuevo escándalo en el salón.

Nada cambiaba, seguía siendo ese apestoso salón lleno de perras e idiotas que solo se preocupaban por si mismo, burlándose de los demás aún si ellos mismos están hechos un desastre por dentro.

Lo odiaba.

La mirada fija del maestro de Historia se hizo presente en todo el salón, mirando a cada alumno parado, dándoles con una simple mirada el castigo que recibirían si no cumplían lo que él quería. Y como si fuera por arte de magia, cada alumno se sentó en sus respectivos asientos sin dejar de hablar.

El maestro, aún enojado por el ruido en el salón causado de sus alumnos, da un largo suspiro y toma con una de sus manos el pomo de la puerta, abriéndola solo para que su cabeza se asomara por unos momentos al pasillo. Se veía claramente que hablaba con alguien que no era visible para Claire.

Esta trata de hacer un ridículo intento levantando su cuello y moviéndolo de un lado para otro lo más que podía tratando de divisar aquella persona con la que el maestro hablaba. Y al no lograr nada, dejo caer su cara a la fría mesa blanca, ignorando todos esos griteríos que la aturdían.

Marcos, el maestro de Historia, ahora con una sonrisa en su moreno rostro, se hizo a un lado abriendo la puerta completamente dejando paso a la persona con la que anteriormente hablaba.

– Guarden silencio alumnos, tenemos una nueva compañera de clase – tan rápido como el maestro dijo aquellas últimas palabras, todos los alumnos dirigieron su mirada hacia en frente, callándose al instante y empezando a prestar atención. Marcos asintió en forma de felicitación hacia los revoltosos alumnos por guardar silencio – Muy bien señorita, preséntese – indicó alejándose un poco de ella.

Se escuchaban algunas risillas por parte de las alumnas, y uno que otro comentario fuera del tema por parte de los chicos. E ignorando todo aquellos susurros, la chica suspiro relajándose antes de poner una sonrisa nerviosa y forzosa en sus rosados labios.

– H-hola, mi nombre es Victoria Frey, tengo 17 años, y e-espero llevarme bien con todos ustedes – dijo con un ligero y tímido tartamudeo, demostrando lo incomoda que estaba al sentir todas las miradas sobre ella.

Claire levantó su cabeza por unos momentos. Viendo a lo que sería la nueva compañera de clases: cabellera rubia amarrada en una coleta alta, donde en las puntas terminaba de un color azul cielo, ojos marrones oscuros casi negro,cuerpo estilizado, que gracias al uniforme escolar no se podía apreciar muy bien sus curvas, y si te fijabas muy bien, te podías dar cuenta que en sus dientes de abajo habían frenillos pasando por desapercibido gracias a la sonrisa forzada en sus labios.

Esa era Victoria Frey.

– Muy bien señorita, no dudes en preguntar si se te ofrece algo, ya sea a los maestros o a tus nuevos compañeros – Marcos sonrío – Puede tomar asiento aquí – dijo señalando la mesa blanca hasta el frente de la clase.

Aquella rubia bajo ligeramente su cabeza tímidamente y se sentó a toda prisa en su nuevo lugar, donde agacho aún más su cabeza al sentir todas las penetrantes miradas encima de ella como si fuera algo nuevo que acababan de descubrir.

– Muy bien chicos, como ya saben, cada alumno nuevo tiene que tener a un guía por lo menos una semana hasta que este se haya acostumbrado a su instituto – miro a todos con una sonrisa – ¿Quién quiere ser el guía de la señorita Victoria?

Todos los alumnos levantaron sus manos rápidamente como si su vida dependiera de ello. Algunos dando pequeño saltos en su lugar para llamar la atención del profesor, otros solo gritaba su nombre con el mismo propósito, y como siempre; el salón antes callado se lleno de gritos desesperados por ser la guía de la nueva.

Claire suspiro y recostó de nuevo su cabeza sobre la fría madera pintada de la mesa, cerrando sus ojos y tratando de ignorar todos esos gritos.

El maestro miraba a todos los alumnos como buscando al indicado. Sin embargo, sabía perfectamente que clase de grupo era este, y era un tanto arriesgado dejar a Victoria en las manos de las chicas, y con los chicos no iba a ayudar para nada.

Sin poderlo evitar, sus ojos se enfocaron en aquella chica de cabellos castaños con su cara recostada en la mesa blanca y claramente irritada por todo el escándalo. Tal vez ella no era la más indicada, pero era la correcta para que Victoria se instale en este instituto. Además de que aquella castaña no era como las demás calenturientas.

– ¡Bien chicos, ya elegí a la nueva guía!

A pesar de que todos callaron para escuchar la respuesta de Marcos, aún los demás mantenían la mano alzada aún con la esperanza de que los eligieran.

– Muy bien, señorita Knightly, usted será la encargada de mostrar el instituto a Victoria y ayudarla en lo que necesite.

Claire no pudo evitar golpear la mesa con su mano en forma de puño al escuchar su apellido dicho por el maestro.

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