Capítulo 27

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Me dolía la cabeza y todo mi cuerpo.
Siento como unos brazos cálidos me toman, acarician mi cabello. Escuchaba gritos y llantos, pero uno sobresalía del resto, no sé cuál.

Quería hablar, o al menos moverme, pero no podía hacer nada, mi cuerpo no respondía a mis mandatos.

El calor se esfumó, los lamentos aumentaron y el mundo volvió a moverse, me golpee la cabeza y perdí la conciencia.

(...)

Abro los ojos, todo está oscuro y silencioso, el único ruido que había a mi alrededor era el de la lluvia.

Me siento y mi cabeza da vueltas, sostengo mi cabeza y siento algo cálido en mi mano, la observo y veo sangre en ella. Mi pulso comienza a acelerarse.

Me siento algo desorientada, y me apoyo en algo blando, miro para abajo y comienzo a tener más miedo aún.

Cuerpos. Cuerpos de personas muertas estaban botados a mi alrededor, desangrados y algunos con poses que ningún ser humano podría lograr jamás en su vida, ni el mejor contorcionista del mundo.

Asustada trato de levantarme para salir de aquí, pero me veo atascada. Miro mi pie derecho y un asiento estaba sobre él, dificultando mi salida.

Tiro de él y pego un grito, no tan alto, pero lo suficientemente alto.

Veo como entre los cuerpos algo se mueve, tenía miedo, no mentire, na sabía que hacer. Una mano sale primero la tomo para ayudar a quien esté ahi, después se asoma una cabeza y luego el cuerpo de una chica.

-Gra-cias.- Dice apenas jadeante.

Asiento como respuesta.

Ella ve mi pie atrapado y luego a mi, se levanta algo torpe, y cuando pensé que me dejaría se acerca y me mira.

- Yo lo levantaré y tú sacarás tu pie, ¿entendido? - Me dice tomando desde abajo el asiento. Yo asiento.- A la cuenta de tres. Uno, dos, tres.

Ella comienza a levantarlo con todas sus fuerzas, faltaba poco para poder sacar mi pie, cuando un sonido llamó la atención de ambas.

Era el sonido de un cristal agrietandose.

Nos miramos nerviosas.

Con asco y pena corro los cuerpos a mis lados y veo dónde me encuentro exactamente sentada; sobre un vidrio.

La chica me pide perdón con la mirada, suelta el asiento haciendo que el cristal debajo de mi se agrietara más.

-No me dejes por favor.- le suplico apenas. Me sentía agotada, pero no quiero perder aún mi vida.

Ella comienza a tropezar mientras avanza hacia adelante dejándome sola.

-Por favor.- suplico con lágrimas de desesperación en mis ojos.

Me mira por última vez.

-Perdón.- Y sube por un asiento, para luego salir por una ventana.

Sudor cae por mi frente, era sudor frío. Lágrimas de desesperación salían, pero me las limpio como puedo.

No puedo rendirme ahora, siempre existe una salida.

Comienzo a empujar el asiento pero al hacerlo un dolor horrible se asomó por mi pie. Traté de levantarlo pero el cristal comenzó a agrietarse.

El autobús se movió y solté un gruñido por mi pie, ya que el asiento se movió aplastandolo más.

Miraba a mi alrededor, a todos los cuerpos por si encontraba algo.

Confesiones de una mestiza [Percy Jackson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora