Comienzo a toser y despierto.
-Al fin despiertas Danielle.- dice Percy mientras sobaba mi espalda, porque al despertar me senté encorvando mi espalda.- Pensé que no despertarias.
Comienzo a recuperar la respiración.
-¿Qué pasó?- pregunto con la voz ronca.
-Caímos a un río, te desmayaste y te llevé hasta la orilla.- contesta mientras se encoge de hombros.- Ahí está el autobús... O bueno una parte de él. - Señala detrás de él, dónde se veían unos pedazos de metal, asientos y algunos cadáveres. Al ver lo último me estremecí.- Hey, ¿estás bien? - Me toma por los hombros y yo asiento algo torpe.
-Si, no es nada.
Lo miro y veo que no tiene los cortes que le había visto cuando me encontró y estaba seco.
-¿Hace cuánto que salimos del río? - Pregunto.
Se rasca la nuca mientras mira al cielo tratando de contar hace cuanto tiempo fue, o eso supongo.- Como hace unos veinte minutos aproximadamente.
-Entonces...¿por qué estás seco? - Me miro. - Perdón... Estamos.
-Ha... Porque si yo quiero no me puedo mojar y pensé que si te dejaba mojada podrías enfermarte.- contesta levemente ruborizado.
Sonrío enternecida al verlo así.
Me levanto, sacudo los pantalones y le extiendo la mano para que se levante.
-Vamos, tenemos que encontrar a los chicos para volver al campamento.- toma mi mano y se levanta.
(...)
Caminábamos en silencio subiendo por un sendero para llegar a la carretera de la cual habíamos caído.
Hace unos minutos atrás Percy me había contado que me había encontrado muerta entre algunos cadáveres, que me había tomado el pulso pero nada. También me contó que luego de que cayeramos y salieramos del río la lluvia y los truenos habían cesado, como si Zeus con eso se hubiera calmado.
Ambas cosas consumían mi mente. ¿Cómo puede ser que esté viva después de que no tuviera pulso? ¿Qué había pasado? Y por último, ¿Qué está pasando? Concuerdo con Percy en lo del dios de los cielos -no puedo decirle padre porque no lo siento después de tanto.-. Siento que él sabe algo, ¿y si él sabía que el minotauro iba a atacarnos? Y si es así, ¿por qué?
-Por un momento pensé que habías muerto.- vuelve a repetir Percy después de tanto tiempo, dejándome ver su espalda mientras camina.
-Pero no lo estoy.
-Pensé que tu eras la de la profecía.- susurra deteniéndose sin darse vuelta.
Me detengo detrás de él apretando los labios.
No quería decirle lo que pensaba porque él ya lo sabía, y porque lo lastimaría.
Me tenso sin saber que decir. Sabía que si abría la boca solitaria nuevamente lo que le dije esa noche, y ya no quería volver a verlo triste.
Por un impulso, no sé de dónde, lo abrazo.
Él atrapa mis brazos y no los suelta.
No sé quién se iría, y eso me enfermaba. No sé lo que los chicos pensaban acerca de mi y eso me enferma. No sé qué es lo que ocultan los dioses o que tipo de juego están jugando y eso me enferma.
Me molesta no saber que está pasando, no sé nada, no entiendo por qué ahora me veían como a un desconocido cuando hace un tiempo era una amiga.
Lo único que quiero hacer es desaparecer y que todo se acabe, aunque eso sea una salida cobarde, y no sólo por eso, sino también porque no quería que alguna de las chicas desapareciera, eso dañaría a todos más que si yo lo hago.Percy se gira y me oculto en su pecho sin dejar de abrazarlo.
Él toma mi mentón y me hace mirarlo.
-No quiero que te vayas de mi lado.- me susurra, pero aún así lo escucho por lo cerca que estamos.
Se inclina más y apoya su frente en la mía.
-Prometeme que no te irás.- susurra mirándome fijamente a los ojos.
Analizo sus ojos verde mar con cuidado. Pongo mis manos en su pecho y contesto:
-Lo siento Percy, pero no puedo prometerte algo que no sé si pueda cumplir.- me aparto de él.- Vamos, hay que seguir.
Comienzo a caminar y por cada paso que daba mi corazón dolía, mi cuerpo se sentía frío y mis piernas pesaban.
(...)
Faltaba poco para llegar a la cima, a la carretera.
El sol comenzaba a asomarse, o mejor dicho Apolo comenzaba a hacer su aparición.
No había hablado nada con Percy después de eso. Ni siquiera he querido mirar hacia atrás, porque no podía o sino me dolería.
Algo comienza a brillar en la lejanía con los rayos del sol, como si si fuera el mismísimo sol.
A medida que me iba acercando la luz se iba desvaneciendo. Llego a unos metros de distancia y me doy cuenta que es mi mochila, la cual se encontraba colgada en una rama. La tomo y reviso lo que hay en su interior. Sentía la respiración de Percy en mi nuca poniéndome la piel de gallina. Dentro de esta había otra nota, pero esta vez no tenía un destello rosa u olía a un pasoso perfume, sino que brillaba como el sol.
Aparto un poco la vista y cierro la mochila para luego colgarmela en el hombro. No estaba mojada.
-¿No vas a leer la nota? - Pregunta Percy cuando había empezado a caminar.
-La leeré más tarde.- contesto.
Él se queda callado y luego siento como sus pasos se hacen presente detrás de mí.
Escucho gritos de guerra, me giro para ver a Percy y ambos comenzamos a correr cima arriba.
A medida que nos acercabamos escuchaba como las voces de los chicos nos llamaban y pedían auxilio.
Llegamos arriba y frenamos de golpe.
Los chicos nos miran raro y luego sonríen.
Nada los estaba atacando, estaban bien.
La primera en reaccionar fue Annabeth quien se acercó a grandes zancadas a Percy, le hizo una llave dejándolo en el suelo, luego lo ayudó a levantarse y lo abrazó.
-Te extrañé sesos de alga.- dice mientras se esconde en su cuello.
-Yo también listilla.- besa su cabeza.
Aparto la vista algo incómoda, cuando me toman en brazos y me hacen girar.
-¡Danielle! -Dice emocionado Jason.- Pensamos que habías muerto.
-Que fe me tienen.
Me deja en el suelo, me abraza y me da un beso en mi cabeza, tal como había hecho Percy con Annabeth.
-Ya Jason, todos queremos algo de Danielle.- dice burlón Leo.
Jason me suelta y se hace a un lado.
Extiendo mis brazos y Leo igual. Ninguno se mueve.
-¿Te vas a mover? -dice él mientras ríe.
-Yo fui la que desapareció no tú, asi que ven.- le digo moviendo mis manos.- Pero si no quieres...- comienzo a bajar los brazos cuando él llega y me abraza.- También te extrañé Valdéz.
Nos separamos, luego viene Piper, después Annabeth - sin la llave, gracias a los dioses- y un asentimiento de cabeza por parte de Nico, pero lo que más llamó la atención de todos fue cuando Luke me abrazó y dijo que me extrañó.
No sabía cómo reaccionar, así que correspondí su abrazo.
Después de ese emotivo momento decidimos seguir con nuestro camino, esta vez, a pie.
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Confesiones de una mestiza [Percy Jackson]
Dla nastolatków'El dolor que siento ahora no lo puedo explicar. Lo amo, y por eso he decidido dejarlo ir. Los amo, y por eso he decidido que me odien, así les dolerá menos mi partida.' 'Te amo Perseus Jackson'