Hay gente que no cree que puedes sentir una conexión con una persona solo con mirarla una vez. Se equivocan. Aun recuerdo aquel día que la vi. Subí a aquel metro como cualquier otro día de aquella época: triste, cabizbajo y derrotado.
Recuerdo que como la mayoría de las personas eche un vistazo a toda la gente que a esas primeras horas de la mañana abarrotaban el metro. Pero ese día había algo diferente. Sin entender porque el montón de gente llamaba mas de lo normal mi atención y mis ojos buscaron nerviosos entre todo aquel gentío la razón de esa fascinación, hasta que la vi...... Estaba sentada en un asiento del vagón de al lado, apenas podía verle el rostro ya que la gente tapaba lo demás. En ese mismo momento como si ella se hubiera dado cuenta también de mi presencia, dejo de leer el libro que llevaba en las manos y giro hacia donde estaba yo. Las miradas se cruzaron durante cinco segundo, en los que pude ver en sus ojos la mismas cosas que sabia que había en los míos. Ninguno de los dos dijo nada, pero no hacia falta porque nos vimos tal y como eramos.
La vi durante una semana cada vez que cogía el metro, y siempre a pesar de la gente que fuera y lo lejos que estuviésemos siempre nuestras miradas se cruzaban. Nunca tuve el valor para ir a hablar con ella y aun me arrepiento de ello. Aun hay noches en que mis sueños me trasladan a esos días, me hacen verla de nuevo ahí sentada. Con su pelo rojo, con su mochila en los pies y con el libro en sus manos. Mirándome con aquellos ojos verdes, sintiendo que nos conocíamos de toda vida. Muchos pensareis que soy un exagerado y muy fantasioso. Puede ser. Pero aun a día de hoy no consigo recordar su cara y sin embargo sé que la recordare siempre.....
