El mejor pasajero

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-          Oh dios, que haré, no recuerdo si traje las llaves – digo en voz alta casi llegando al internado y revisando mi bolso, mis tacones no me acompañaban mucho, las medias pantis rasgadas me daban un toque de rudeza, mi vestido negro llegaba a medio muslo, un chaleco de lana cubre mis hombros de la fría cadena de mi cartera, y el esmalte negro de mis uñas comienza a descascararse, encuentro las llaves me apego a la puerta con dificultad, tratando de no hacer mucho ruido por si alguien quedaba en el internado y estaba durmiendo… cosa muy poco probable ya que era fin de semana y las chicas desaparecían del lugar quedando solo yo. La ebriedad subia a mi cabeza cada vez que intentaba introducir la llave en la cerradura, tres veces fueron las que intenté abrir la puerta, hasta que milagrosamente entró la llave en esta

-          Si me llegan a pillar en este estado, estoy muerta – digo cerrando suavemente la puerta, siguiendo la idea de no hacer ruido innecesario, subo la escalera hacia el segundo piso afirmada de la baranda con mi mano derecha y con la izquierda tocando el suelo – que hago caminando así? – me pregunté al llegar al ultimo escalón, abrí la puerta doble de vidrio que daba a los dormitorios, junto a ésta hay un sillón pequeño, me afirmo de este y me saco los tacones, es una sala de estar, mas o menos grande

-          Paf! – se escucha cerrar el portón fuertemente, me asomo levemente por el ventanal para mirar quien venia llegando, dejando los tocones tirados al lado del sofá, me asomo sin miedo por el ventanal, ya que estaba oscuro nadie notaría mi presencia desde el segundo piso, y veo entrar a dos personas, una mujer y un hombre muy apuesto, el mira hacia donde yo estaba, provocando que me  alejara con miedo de la venta y la ley de gravedad hiciera efecto en mi cuerpo

-          Mierda!, me vio – digo agachada en el piso y escucho tacones subir la escalera, gateando me escondí detrás de otro sillón, abrace mis piernas y escondí la cabeza entre ellas, rezando para que aquellas personas no entraran en esa sala de estar y me vieran en aquel estado tan deplorable y con un exquisito perfume de trasnoche, alcohol y cigarrillos

-          Será aquí? – pregunta la mujer

-          No, no, es más allá – responde el y escucho nuevamente los tacones avanzar

-          Uff, ok, sigamos – digo gateando hasta la puerta del dormitorio, abro la puerta suavemente, aun en plan de silencio, y me levanto para cerrarla y al darme vuelta, creo ver a alguien en la puerta de vidrio de la sala de estar, pero no le presto importancia alguna y sigo hasta mi cama, el sueño comenzaba a comer mis pies, mis ojos se cerraban solos, tiré la cartera, el chaleco de lana y bajé con dificultad el cierre del vestido que estaba en la espalda de este y los tire al suelo, me saque la panti rasgada, abri las  frazadas de la cama y me acosté entre ellas, el alcohol y el sueño me la ganaron y me desmayé

-          Hey, (--tunombrevaaquí--), oye, despierta, (------....------), oye! – escucho a lo lejos que me gritan, algo me remece, y abro mis ojos lentamente y la veo, mi mejor amiga despertándome

-          Por fin despiertas, llevo casi 20 minutos tratando de levantarte – me dice ella mientras abre el ventanal y recoge mis cosas del piso para posarlas sobre un banquillo a los pies de mi cama y sentándose en el

-          Mmm, porque tan temprano vienes a molestar? – le digo tapando mi cara con las frazadas

-          No te desmaquillaste anoche – me dice apuntando mi cara – la verdad vine a despertarte porque es hora del desayuno, hay pasajeros nuevos, y anoche llegó una pareja, el es muy guapo, tienes que bajar a verle – me dice sacando con brusquedad las frazadas de la cama, haciendo que el frio apuñalara un millón de pequeñas veces mi cuerpo desnudo y me pusiera en posición fetal 

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⏰ Última actualización: Nov 29, 2013 ⏰

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