⚫️Bet to love you⚫️ [Septiplier]

Capítulo 2

Minutos después de haber aceptado, ya se estaba comenzado a arrepentir.

—Exactamente, ¿por qué se te ocurrió esto? —le preguntó Mark a Félix, tomándose la cabeza con ambas manos sobre la mesa. Ya no le importaba mucho el año nuevo ahora que tenía problemas más importantes atormentándolo.

—Bueno, siempre bromeo con ustedes dos. Fue lo primero que floreció en mi mente. De todas maneras, no te preocupes —le dio una palmada en el hombro—. No es que quiera que esto pase a mayores, solo que quede como una broma.

—Esto no va a terminar bien —agregó el afligido.

—Coincido con Mark —se sumó Marzia, finalmente dejando salir su disgusto respecto a la tonta apuesta.

—Marzia, en serio. Deja de ser tan aguafiestas. No pretendo que esto termine mal para ninguno de los dos, solo quiero ver qué sucede por curiosidad.

—Nunca pensé que haría algo así por dinero —seguía diciendo en voz baja el hawaiano, mientras que en otro plano la pareja comenzaba a discutir sobre "la falta de moralidad" del sueco y "la falta de sentido de humor" de su novia.

Cortando el conflicto, llegaron los fuegos artificiales. Sin darse cuenta, la hora había llegado, para finalmente recibir el nuevo año.

Los reunidos alzaron copas, deseándose buena suerte los unos con los otros para esta nueva etapa que se aproximaba.

Mark aprovechó la distracción para alejarse. Observaba por la ventana las luces de colores que se alzaban en el cielo. Las verdes le hacían recordar lo que estaba por venir, preguntándose una vez más por qué aceptó.

Tal vez, era el empujón que le faltaba para hacerlo.

Nunca se lo había planteado, pero de alguna manera, Jack le caía demasiado bien. Un pasito más de la gran amistad que tenían. Tal vez había sido una de las razones —inconscientemente— por las que había dejado a su novia hace un tiempo atrás.

«Basta de pensar en eso; no es el momento indicado tampoco»

Se dio vuelta, para acoplarse a sus felices amigos con una sonrisa que era tan solo una cubierta de sus preocupaciones.

La noche transcurrió pacíficamente. No se tocó más "el tema", así que tampoco se repitió la escena de tensión entre la pareja del sueco y la italiana.

Antes de despedirse, el rubio aprovechó el momento a solas con Mark.

—El dinero es lo de menos para mí. Solo, no me defraudes, ¿sí? —le dijo, ya en el umbral de la casa.

—No lo haré, lo sabes muy bien.

Félix sonrió, retirándose y saludando mientras se subía al taxi junto a su novia.

Una vez que el auto arrancó y se alejó, Mark miro hacía dentro de su hogar. Tenía mucho que ordenar y poner en lugar.

«Podrían por lo menos haberme ayudado, ¿no es verdad, amigos? » pensó con una sonrisa amarga.

En fin, ya no había nada que pudiera hacer. Se puso los guantes y agarró la escoba, poniéndose manos a la obra al instante.

Fue menos esfuerzo de lo que creía, después de todo. Suspiró con satisfacción al ver como relucían las cosas en la casa. Como todo se encontraba tan hermosamente limpio y ordenado, no tuvo mejor idea que tomar su teléfono móvil y sacarle una foto panorámica al lugar, para luego enviársela a:

1— Su madre.

2— Jack.

Mientras esperaba por la respuesta de algunos de los dos, preparó un poco de café considerando que ayudaría con su cansancio de una noche sin dormir y limpiar como mucama. Al poco tiempo, su celular sonó.

Con taza en mano, leyó el mensaje.

"Wow, te contrataría para que limpiarás mi cuarto" decía el irlandés, seguido de un "haha".

"Cuando quieras. Estoy dispuesto a ofrecerte mis servicios" respondió sonriendo ante su propio mensaje con el humor que solía manejar cuando se trataba de Jack. "En fin, ¿cuándo sale tu vuelo hacía aquí exactamente?"

"Dentro de un día. ¡Estoy muy emocionado por verlos a todos de nuevo! :D"

Oh, Jack. ¿Por qué siempre tienes que ser así? Tan... Tan... Apretujable.

Pensamientos raros de ese estilo florecieron en Mark. Los alejó rápidamente deseándole un buen viaje al irlandés. Su madre lo felicitó por el buen trabajo de aseo, y él le contestó con un inmenso "GRACIAS MAMÁ, TE ADORO" para luego finalmente apagar el móvil y darse el descanso que tenía tan merecido.