Narra Gabriela
Me levanté cuando sonó la alarma de mi celular.
Hoy no faltaremos a las clases.
Me cambié de ropa a una camisa dorada con las letras "Smile" en blanco, unos shorts blancos y unos converse dorados. Me gustaba combinarme al igual que a mi novia. "Mi novia"... ¿Por qué suena tan bien?
Fui a la cocina luego de cambiar los cuadernos que había en mi mochila, abrí la nevera y noté que no había nada para cocinar, estaba vacía. Con el ceño fruncido me acerqué a los muebles sobre la cocina con la esperanza de que hubiese algo como pan o cualquier cosa comestible. Sólo había una bolsa de pasta por la mitad, no recordaba haberla abierto... Pero en fin, no había qué comer.
Nota mental, ir al supermercado.
Decepcionada de no poder despertar a Jennifer con el desayuno en la cama me acerqué a la puerta y la abrí lentamente para observar si estaba durmiendo aún, efectivamente lo estaba. Entré y me acerqué a la esquina de la cama donde estaba ella con un brazo y parte de la pierna colgando, se veía muy tierna cubierta entre la sábana hasta la cabeza. Levanté un poco la parte que envolvía su cabeza y pude apreciar que estaba despeinada con unos mechones en el rostro, tenía la boca entreabierta, sonreí ante su belleza y maldije para mis adentros por tener que despertarla, me incliné a su altura.
-Jennifer.- murmuré moviendo un mechón de su cara. Ella se removió e hizo un quejido. -Levántate.- pedí divertida. Ella negó con la cabeza y volvió a repetir el quejido pero un poco las alto. -Hay que ir a la escuela.- reí.
-Maldita sea.- susurró abriendo un poco los ojos y sonriendo cuando se encontraron con los míos. Luego bajó a ver mi cuerpo. -Te ves bien.- dijo somnolienta. Yo me sonrojé.
-Voy a salir para que te cambies.- me dispuse a levantarme y me di la vuelta pero una mano me detuvo de irme y voltee a verla.
-Espera...- pidió con la voz ronca. -Tengo algo para ti.- hizo lo que pudo para levantarse con la pereza que se notaba que tenía y, aún sosteniendo mi mano, se inclinó a su mesita de noche abriendo la primera gaveta para sacar una carta que me entregó en la mano que no estaba sosteniendo. Miré a Jennifer con curiosidad y luego vi la carta.- Ábrela en otro momento, no ahora.- aclaró. Asentí y con la cabeza y soltó mi mano.
-Por cierto.- dije antes de irme de la habitación. -No hay nada que cocinar, tenemos que ir de compras.- ella sonrió y asintió.
***
-Te llevaré en mi auto.- avisó con voz autoritaria cuando me vio abrir la puerta. Me giré para verla y negué con la cabeza.
-Puedo conducir y lo sabes, no es necesario que hagas eso.
-Pero quiero hacerlo.- se encogió de hombros y caminó hacia mí. Casi me muero cuando la veo caminar con aquellos shorts negros tan ajustados.
-¿A quién estás buscando impresionar?- señalé su ropa. La camisa era dorada, igual que la mía.
-Sólo necesito la atención de una persona.- sonrió. Yo bajé la mirada sonrojada.
-C-como sea...- tragué saliva. Estaba muy cerca de mí.- Puedo ir sola.- ella negó con la cabeza y me tomó por las piernas con una mano y con la otra rodeo mi espalda para así cargarme como a una damisela.
-Irás conmigo y punto.- batallé para que me soltara pero ella no se inmutaba. -Soy tu novia y con gusto te llevaré a donde necesites.- se inclinó a donde estaba mi rostro y me miró decidida.
-¡Pero yo tengo un auto!- insistí.
No quiero ser una dependiente ni nada parecido.
-Sin discusión.- caminó conmigo entre sus brazos por la puerta y la cerró con un gracioso movimiento de cadera.
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Cálida como el sol. (Yuri)
RomanceContinuación de "A su lado no hace frío" pero con una historia diferente... Sus respectivas hijas. Jennifer era orgullosa, hermosa, para nada humilde y segura de sí misma. No dudaba en decir su opinión sin importar las consecuencias. La rebeldía era...