El se encontraba en un parque, a solas. Ya eran las 9:00 de la noche y todavía no había llegado.
Estaba esperándolo desde las 7:30 de la tarde, la hora en que acordaron para encontrarse. El lo amaba con todo su corazón y ese amor era correspondido. Se amaban ya desde varios meses, a escondidas de todos.Se amaban bajo las sombras, escondiéndose de la vista de los otros.
"¿Por qué no has llegado?"
El no era el tipo de hombre puntual. Siempre llegaba un poco tarde a sus citas, pero no como esa noche. Ya le estaba entrando el frío por los poros y le recorría por las venas. Desde que ha estado amando a ese hombre en secreto, ahora, por primera vez sentía la soledad abrazarlo. Los brazos de la soledad eran incómodos e intolerables. Parecían soltar un olor putrefacto. ¿Así huele la soledad? ¿A putrefacción? Extrañaba a ese hombre, extrañaba a su hombre. No estaba casado y tampoco tenia novia. El era mayor que el que estaba esperando. El estaba estudiando en la universidad, mientras el menor se encontraba en el último año de la superior.
"¿Dónde estas?"
Lo había conocido a través de su mejor amigo, el era el hermano mayor. Desde que lo vio, fue como si un hechizo le entro en su cuerpo como si fuera aire. No recordaba bien como todo transcurrió, pero ocurrió.
Los dos eran muy tímidos para cuando se conocieron en el casa de los padres del mayor. Por arte de magia, días después ya se estaban amando sin conocerse bien. Durante esos meses en que se encontraban amándose escondidos en las sombras, ellos fueron conociéndose y cada vez que se conocían más, más se amaban
"Jamás habías llegado tan tarde. ¿Dónde estas?"
El sabia por que lo había citado esa noche. Le había dicho antes, que cuando le pediría que sean novios formalmente, seria una sorpresa. Ya había pasado casi una semana desde que parecía estar planificando algo. Además, había encontrado un número en su chaqueta. El había llamado, era el número de una floristería. Su amado, había encargado un ramo de rosas amarillas, sus favoritas. Se encontraba nervioso, alfil serian parejas formalmente. Ya eran las 10:00 de la noche y todavía estaba esperando. Cada vez que pensaba en su amado, la piel le ardía.
No era en modo de lujuria, si no de amor verdadero. Su estomago se llenaba de mariposas, haciéndole cosquilla por todo su interior. Su corazón gritaba, cantaba y bailaba de la alegría, por tan solo sentir amor en su interior.
"Sabia que ibas a estar aquí."
El chico miro hacia la derecha lleno de alegría. Pensaba:
"Mi amor... al fin había llegado".
Pero lleno de tristeza se bajo de la nube en donde se encontraba. No era su amado, era su mejor amigo, el hermano menor de su amado.
"Ya me conoces... siempre estaré aquí."
"Si... te conozco... Yo también lo extraño."
"Yo lo amaba..."
"Lo sé"
"El me iba a pedir que seamos novios formalmente."
"Lo sé"
"Pero... nunca llego. El crudo destino, quien fue quien nos presento, fue quien se lo llevo."
"Ya ha pasado un año desde que murió."
'Lo se y lo seguiré esperando... por que... por que todavía lo amo. Hace exactamente un año, en esa noche cuando serian formalmente novios.
El destino comportándose como un joven celoso, decidió que era su tiempo y se lo llevo. El murió en un accidente de auto, mientras iba con un hermoso ramo de rosas amarillas en la mano y un anillo en el bolsillo con una inscripción que decía:
Siempre te amare. "Te amo... yo siempre te amare."
Fin.