Está llegando

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¡Pronto!
¿No sabes lo que está ocurriendo?
Estás ahí abandonado al ocio, embebido en la ignorancia de tus últimos momentos. Sin ninguna prevención de la realidad que acecha en las sombras del espacio.
¡Ve! Asómate al vacío de la noche. Contempla la densidad oscura del espacio.
Mira bien a lo lejos. ¡Abre tus ojos por Dios! Enfoca tu vista.
¿Qué ves? ¿Estrellas?
Concéntrate en una. La más brillante.

Aguarda, aguarda...

¿Y ahora?

Desapareció.

Así como si nada.

No, no eres tú.

No te ciegues.

Al menos sé consciente de tu realidad en los últimos momentos del Universo.

Que haya al menos alguien que sea consciente de aquello que es y ya no será jamás.

Que haya alguien que vista el luto en sus pensamientos lamentando la terrible desesperanza de no haber ya más futuro.

Realmente ya no está allí aquella estrella. Sigue observando y verás cómo avanza la oscuridad.

Ya no está la más cercana tampoco. Ni la siguiente. Parece que avanzara lentamente. Uno a uno cada sol, cada constelación, cada galaxia.

¿Se ha acelerado tu respiración? Lo sé.
El aliento se entrecorta.
¡No! No dudes. No son tus ojos. Ya no se hallan Las Tres Marías en su recinto infinito. ✨
A la Cruz del Sur no se le ha corrido una de sus puntas. ¡Despierta!
Ya no está, ni tampoco la siguiente.
¡Está llegando! Y tú estás en su camino también.
Se acerca...
Una especie distinta de antimateria lo está devorando todo ante el simple contacto con su Némesis. Pero esta se mueve en las sombras. No destella su furia al infinito expulsando su energía con violencia. Es sombría. Es sigilosa. Esta altermateria extraterrestre desintegra todo a su paso, lo engulle con hambre. Sea materia, sea energía.

En su avance sólo queda el vacío más recóndito del espacio. Silenciosamente acecha.
Uno a uno va consumiendo cada astro. No tardará. Ya no.
Y tú estás también en su camino.
Es inminente.

Una cuarta parte del cielo ha oscurecido en la última hora.
Andrómeda, ya fue devorada. Ves desaparecer ahora ante tus ojos La Vía Láctea poco a poco.

Ni un destello lo advirtió. La destrucción no se manifestó en ningún resplandor cegador. Solo la oscuridad.

Estás solo en este conocimiento. Pero estás en su camino.

Ya las luces de miles de estrellas se han extinguido como frágiles candelas ante un vendaval.

Bien sabes que es verdad.
No hay futuro.
No hay futuro.
Ni para ti ni para ningún ser viviente en el Universo. Están todos en su camino.
Es el final de la vida.
No hay esperanzas de un resurgimiento. La altermateria está arribando. Viene para devorar, para aniquilar, para desintegrar.

Sabes que es cierto, lo has visto con tus propios ojos. No te están mintiendo.

Es más rápido de lo que parece.
Ya no hay luceros en el cielo. La gente comienza a notar la anomalía en el firmamento. Las noticias advierten un fenómeno extraño. Los astrónomos son consultados pero no son hallados.

Tu soledad impide compartir tu pena.
Incertidumbre. Sólo una certeza. Estás en su camino.

¿Habrá un más allá? Te aferras a la esperanza de una nueva vida después de esta, como la gente que reza de rodillas en la intemperie de la noche.  Sus radios de fondo anuncian la entrada al sistema solar de algo indefinido que está acabando silenciosamente con los planetas gigantes y todo a su alrededor.

"Inminente" es la palabra en tu mente.
Tu pecho se comprime. Ya comienzas a experimentar el temor presuroso de quién está siendo cazado. Está cerca. Nada puede hacerse.
No hay esperanzas.
Estás en su camino.

La luna llena brilla fuerte en la bóveda celeste. Pero ya ha llegado a nuestra órbita. Todo se acelera. Porque ella está más cerca.

La gente desespera en las calles. Ya no se ve una esfera. Parece una medialuna. 🌙 Pero todos saben que la ha consumido. La ha devorado.
Pronto ya no se ve. Estaba en su camino.

La desesperación causa estragos.
Eres un mero espectador.
Sabes que sólo puedes temer.
Es inevitable. Es ineludible. Es.
Y ya llegó.

Reportes de montañas derrumbándose al vacío y luego desaparecer.
La Tierra sufre la falta de su satélite. El mar embravece. Pero no demorará mucho. Ya es el final.

Son como esporas en el aire. Como la corrosión, lentamente invade la materia. La gente ve las cosas desvanecerse. Puntos negros en los árboles al azar. Van creciendo. Se forman coladores. Todo es muy rápido aunque parece infinito.

Sin brazos. Arrastrándose pues sus extremidades han desaparecido, corren hombres y bestias despavoridos. No hay sangre, pues se desvanece también.

El terror invade. Estás en su camino.

Y tú te limitas a ver.
Al menos eres consciente ya. Un escalofrío recorre tus nervios.

Personas caminando torpemente sin ojos. Sin rostro. Pájaros cayendo muertos se amontonan. Animales aullando a lo desconocido. Hasta desaparecer.
Todo es vertiginoso. Todo ocurre más rápido de lo que parece aunque parece infinito.

Es la extinción del Universo.

Sabes lo que ha de venir. Yo te lo he dicho.
Rodeará todo cuanto exista, descomponiéndolo molécula a molécula, átomo por átomo.

Las penumbras se ciernen. La luz eléctrica ya no funciona. Tampoco hay comunicaciones. Ninguna tecnología resiste.

Están en su camino.

Ya llegó. Puedes sentirlo. La piel se eriza, la respiración entrecortada. Un nudo en el estómago y el pecho comprimido revelan tu miedo. Tu corazón siente el pánico. La adrenalina pretende que huyas. Pero sabes que no hay dónde. No hay cómo. No lo puedes evitar. Estás en su camino.

Las cosas a tu alrededor comienzan a desvanecerse. Sales a la calle.
Ha devorado la gente, ha devorado tu casa y viene por ti. Estás en su camino.

Quieres rascarte esta picazón que te carcome.
¡Mírate las manos!
¡Ya no tienes tu diestra!
Sientes miles de ciempiés recorriendo tu cuerpo y desesperas. No puedes quitártelos. Es la altermateria.
Estabas en su camino.

Él terror se apodera de tu cuerpo arrumbado en el suelo, pero eres impotente ante esta fuerza de la naturaleza extraterrestre.

Es inevitable. Ya llegó el fin.

Solo queda tu torso y aún sobrevives. Ocurre en un destello, pero lo sientes eterno.

Te cuesta respirar.

La comezón.

La comezón te enloquece y no puedes calmarla. Eres impotente. Este era el camino.

Son los últimos estadios de tu conciencia.

Un flash recorre los momentos más felices de tu vida. Estás preparándote. Estás muriendo. Te estás extinguiendo.

Un último suspiro apaga tu cuerpo y tu mente.

Vacío.

No hay más allá.

Sólo la altermateria continúa devorando la existencia.

Está llegando - Cuentos varios [Completo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora