Mi nombre es Rin, tengo 16 años y... ¿Qué más puedo decir?... Mi vida es una mierda. Desde los 10 meses mis padres me abandonaron en este orfanato. He visto a mis amigos partir, a mis conocidos, a los únicos que se han preocupado por mí, pero lo que más me ha dolido... Fue la partida de mi primer amor. Todos se han ido... ¡Y yo soy el único maldito que sigue aquí!
Mis padres lo único que me han dado ha sido sufrimiento, si me iban a abandonar... ¡¿Por qué no mejor usaron condón?! En vez de traer una persona a la miseria, en vez de traer una persona a una vida sin sus padres, si es así... ¡¿Para qué me tuvieron?! Esos señores... Esos señores...
-Ojalá hayan muerto. -Dije. No me di cuenta de lo que había dicho, ni por qué lo dije, pero eso es lo que en verdad pensaba, "Ojalá hayan muerto", eso es lo que en realidad quería, que ellos sufrieran, que sufrieran todo por lo que yo había pasado, ellos no sabían que era ser "Un hijo no deseado", a un niño al que le hace falta sus padres... Esa sería el mior por el cual pude haber pasado, pero, por supuesto, ya no soy un niño, ya no me importa que nunca les haya interesado, ya no soy tan ingenuo como para todavía pensar que todo fue una confusión, que volverían en cualquier momento; para un niño de tan sólo cinco años es mucha información que asimilar, mucho dolor que afrontar.
-Perdón, ¿Dijiste algo? -Jesús, un chico alegre, dos años menor que yo. Estábamos juntos en ese momento, pero de repente hubo un silencio y fue cuando me puse a pensar. Él era mi único amigo, pero por más que intentara no encariñarme con alguien me fue imposible, ya no quería sufrir que otra persona se fuera de mi lado.
-Ojalá hayan muerto. -Volví a decir en un tono más alto, para que pudiera escucharme. No podía ocultarle nada, de alguna manera sentía la necesidad de contarle todo a alguien, me hacía sentir mejor.
-¿Quiénes? -Preguntó mientras seguía ojeando su libro, supongo que estaba estudiando, me contó que pronto tendría un exámen importante y tenía que estudiar.
-Mis padres. -Respondí en seco. Pasaron los segundos y él no respondía, mejor así, no tenía muchas ganas de hablar sobre eso.
-¿Por qué? Ellos te han dado la vida. -No sé cómo era que tenía tanta tranquilidad, en ningún sólo momento lo he visto enojarse o alzar la voz.
-Es mejor no vivir a tener una vida como la mía. -Afirmé, no sabiendo lo que me vendría. Escuché un fuerte azote un poco ensordecedor, dirijo mi mirada hacia Jesús y ahí estaba él, había tirado su libro al suelo y se dedicaba a mirarme con desprecio, algo que jamás había visto en él.
-¡¿¡¿UNA VIDA COMO LA TUYA?!?! ¡¿¡¿SABES QUE TODOS ESTAMOS PASANDO POR ESO?!?! -No pude responder, estaba impactado, jamás lo había visto así, era un chico tranquilo. -Esos niños de allá... -Señaló a unos chiquillos corriendo y jugando. -Esos otros chicos...- Señaló a unos chicos que estaban tocando la guitarra, para luego volver a proseguir. -Yo...- Se auntoseñalo. -¡¡¡Todos estamos pasando por lo mismo que tú!!!, Y sin embargo... ¡¡¡Nosotros no le deseamos mal a nuestros padres por habernos abandonado!!! -Cogió el libro y se fue hecho una mierda. Sabía que la había cagado, para que él se pusiera así... Debió ser la cagada más grande del mundo. Luego iré a pedirle perdón, por ahora... Sólo quiero dormir. Me recargue sobre el muro que tenía detrás, cerré los ojos y con el tiempo me dormí.
Escuché que alguien decía mi nombre dulcemente, todo se tornó de un blanco cegante y entre toda aquella luz blanca que parecía infinita pude distinguir la silueta de una chica, su distintivo cabello dorado como el oro y su piel blanca como la nieve. Evangeline. Ella estaba sonriendo mientras acariciaba mi cabeza con sus suaves y finos dedos. La extrañaba muchísimo. Empecé a escuchar otra voz, que al igual que Evangeline mencionaba mi nombre. Su imagen comenzó a verse borrosa, desaparecía junto con los pocos segundos que nos quedaban para estar juntos. La otra voz se iba intensificando mientras que Evangeline desaparecía antes mis ojos con una sonrisa. Espero que estés bien, y como si pudiera saber mi deseo de sentirla conmigo, posó sus labios en mi frente y se fue dejando ningún rastro. Fue ahí cuando la infinidad blanca se volvió oscura y escuche el grito de la segunda voz.
-¡Rin! -Desperté y abrí los ojos de un golpe, visualicé a Rosa, una linda chica de 13 años, casi siempre le ayudaba a la monjita encargada del orfanato a hacer algunas cosas. Estaba encima de mí con una cara de susto.
-¿Q-que pasó? -Pregunté asustado.
-Ah... -Resopló con alivio. -Pensé que estabas muerto. -Se sentó en el piso junto a mí y se recostó en la misma pared en la que yo lo había hecho.
-Jeje... Sólo estaba dormido. -Me excusé mientras me rascaba la cabeza.
-Pues vaya sueño más profundo. -Rió un poco y yo sonreí.
-Si dormimos es mejor que durmamos bien. -Dije con alegría.
-Jeje, tienes razón. -Mencionó con una sonrisa y de un momento a otro la quitó. Ninguno de los dos hablaba, formando, así, un silencio un tanto incómodo, hasta que ella volvió a hablar. -Mrs. Johana quiere hablar hablar contigo. -Quedé un poco impactado por lo que dijo.
-¿Ha-hablar conmigo? -Ella asintió. -¿Para qué?
-Es una sorpresa. -Sonrió mientras sacaba su lengua, dándole un aspecto tierno.
-Muy bien... -Me levanté. -Gracias por avisarme. -Agradecí y luego empecé a caminar, dejando atrás a Rosa. Al poco tiempo llegué a la oficina de la monjita Johana, encargada general del orfanato, y trague saliva con un fuerte y sonoro "Glup". Toqué dos veces y al poco tiempo me abrieron la puerta, detrás de ella estaba una muchacha con el típico atuendo de una monja y su sonrisa hogareña, ella fue la madre que nunca tuve.
-Pasa, te estaba esperando. -Dijo haciéndose a un lado y dejándome pasar. Tras haber pasado cerró la puerta y se sentó en una de las dos mesas de su escritorio. Con una seña me invitó a tomar asiento, cosa que yo accedí. Una vez sentado, ella me vio con sus hermosos ojos color verde y una sonrisa se apoderó de su rostro. -Has crecido mucho. -No me dio tiempo de contestar, puesto que sujeto mis manos por encima del escritorio y con sus ojos brillosos a causa de querer derramar sus lágrimas prosiguió. -Serás adoptado, vendrán por ti mañana en la mañana.
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Hola, hola. Aquí de nuevo con mi nueva historia, es mi primer yaoi y... Espero que les guste. Ahorita no van a entender la conexión entre el título y la historia, pero en el próximo capítulo iré aclarando las cosas. Espero que me haya salido bien el nuevo sistema de diálogo que le puse, pues, es la primera vez que lo uso, los que han leído mis historias anteriores comprenderán. Bueno... Gracias. Comenten, voten y síganme. Bye!!! :P
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Maldita Riqueza (Yaoi/gay)
RomanceMierda... ¿Por que tiene que ser así? Llevo casi toda mi vida en este maldito lugar, mis padres me han abandonado, fui un hijo no querido, al cual lo dejaron en un lugar para los hijos "No deseados", he visto como personas se han ido y como otras pe...