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El castaño volvió a tocar la puerta de la habitación de su hermana.

—Hey Mabs, se que me quieres abrazar la cara, con una silla, muy fuerte... Pero debes bajar a comer, nuestros padres se van a preocupar y yo aun quiero arreglar las cosas.

No obtuvo respuesta, solo un gran silencio. Preocupado, toco la puerta una vez mas.

Mabel era muy valiente, pero a la vez muy cobarde.

—¡¿Mabel?! Esto no es divertido, he—Recargo su cabeza a la puerta y suspiro—Sino abres, iré por nuestros padres, y no quiero que esto termine.—la puerta se abrió de golpe.
—¡Vamos a comer hermanito!—Tomo al castaño de la mano y bajaron al comedor.

(...)

Cuando terminaron de comer, los gemelos estaban dispuestos a retirarse de la mesa.

—¡Hey! No nos han contado como se la pasaron estas vacaciones. Aunque no fueron todas en si, deben tener una anécdota o algo así.—hablo el padre de los gemelos. Ambos voltearon de nuevo hacia sus padres, un poco... Asustados.

—B-Bueno, fuimos de pesca con nuestros Tíos, y... Vimos toda la serie de Patotective, y alguna otra cosa al azar... ¿Verdad Dipper?

—He... S-Si, eso~

Los padres los miraron un poco preocupados, pero les creyeron.

—Bien, dentro de lo que cabe, se la pasaron bien. Pueden retirarse.—dijo relajado su padre.

Los gemelos les dieron la espalda y subieron las escaleras.
Dipper siguió a Mabel a su habitación y entró con ella.

—Mabel, por favor, hablemos.
-—¡Claro hermanito!
—Oh vamos, quiero que arreglemos las cosas...
—Bien, dime... ¿Wendy no te dio su número de teléfono? Creo que lo tengo por aquí.
—¡Mabel, es enserio!
—Tan enserio como que soy tu capricho.
—Perdóname por eso, de verdad no quería herirte...
—Ni quirí hiriti.—imito la castaña.

Sin pensarlo, el castaño se lanzó sobre ella y le plantó un beso, lleno de sentimientos encontrados.

—¡Niños! ¡Su padre y yo saldremos, no tardamos!—Dipper se separo, volteo hacia la puerta y respondió.
—¡Si mamá, los esperamos!

Volvió su vista a su hermana, la cual estaba completamente roja de sus mejillas.
Sonrió de lado y fue a cerrar la puerta.

—No cerraré con seguro, por si nuestros padres vuelven y tengo que ir corriendo a mi habitación—La castaña suspiro y aparto la mirada—Mabel, no creo que seas mi capricho, y si lo fueras, créeme que eres un capricho que dura para siempre.
—¿Qué dices?
—Que—tomo aire nervioso—estoy enamorado de ti, Mabel.

Amor Secreto [Pinecest] #1 (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora