Tu calor es un misterio. En modo cierto. A mí me sana. Cualquier cosa que sea cada vez me atrae más. El principal objetivo si recuerdo los instantes en que te vi sonreír desnuda colgada a mi cuello abarcando con los brazos mi apesadumbrada humanidad, es traer de nuevo tu esencia aquí, si acaso lees un poco ausente y desarticulada, como escondida, intentando no dejar rastro. Y me parece verte sonreír, sorprendida, porque te conozco y hago radiografías en seco de tus más obstinadas manías. No es que todo el tiempo ande urgando en los recuerdos para reproducirte vívida, en carne y hueso, pero sé, donde sea que estés, sin que nadie me hable de ti, que cuando yo con mis trucos de palabrero entrenado doy con gestar mitológicas proesas narrativas, en ti un vendaval se agolpa y se remueven los cimientos, brota bruma de tus ojos y piensas en mí como nunca por nadie lo has hecho.