Allí estaba ella, aunque siempre hermosa tierna y alegre, carente de algo...De repente llego él, la vio de lejos, hizo un cuadro con sus manos apuntando hacia ella y con el pulgar y un lápiz la midió tal cual lo haría un artista de profesión. Luego de analizarla detenidamente y medirla de diferentes maneras, suspiró, y dijo con la voz de alguien que va a hacer algo que le encanta, algo así como un niño cuando va a jugar lo que le gusta;
-Puede que sea un dibujo hermoso pero carente de algo, carente de color.
Puso su morral en el suelo y de él sacó una caja repleta de creyones, pinturas y pinceles. Sin siquiera preguntar tomó una gran brocha gorda y de tres largas pinceladas pintó su cielo de un hermoso azul, sacó un montón de bolitas de algodón y las fue pegando como nubes sobre el cielo pintado. Con un amarillo reluciente pintó su sol, dijo que así sus días siempre estarían iluminados.
Luego de pintar un hermoso trasfondo empezó con ella, utilizando los creyones con la punta mas fina, parecía con miedo a salirse un milímetro de las lineas.
Empezó con sus rabias, las cuales pinto de un hermoso tono de verde, dijo que así cuando estuviera molesta se sentiría en un bosque, siempre tranquilo, siempre callado, y se calmaría.
Pintó sus tristezas de rosa, dijo que así parecerían un montón de maripositas que saldrían volando apenas aparecieran.
Sus temores los pintó de un sin fin de colores, así le recordarían la cara de un payaso y solo le quedaría reírse de ellos.Luego que terminó con todas y cada una de sus emociones, empezó con ella físicamente, colocando cada color y haciendo cada trazo justo donde correspondía, y así siguió y siguió hasta llegar a su rostro y una vez allí jugó como quiso. Sus ojos los pintó de una mezcla de colores, así serían únicos e inigualables. Pintó sus delgados labios con un hermoso tono de rosado pastel y dibujó con ellos una enorme sonrisa, así como la de un niño en la mañana de navidad. Sus mejillas las pintó de un raro tono de rojo y casi no podía distinguirse entre euforia, pena o vergüenza.
Una vez terminado su trabajo dio tres pasos para atrás y con sus manos hizo el mismo cuadro que había hecho al llegar y tras un largo suspiro de orgullo exclamó:
-Mi gran obra abstracta!
Se echó un vistazo a sí mismo y se dio cuenta que su ropa estaba salpicada de pintura. sacó un pañuelo de su bolsillo y se disponía a limpiarse pero con mucha rapidez ella lo detuvo, lo miro directo a los ojos y carcajeó, como teniendo una travesura en mente.
Sin pincel alguno, solo con la ayuda de sus manos comenzó a regar la pintura salpicada, no lo hacia precisa, coordinada ni sutilmente, solo agregaba un montón de colores por todos lados. No respetaba las lineas y pintaba sin coordinación, pero reía tanto al hacerlo. Solo se divertía mientras ponía los colores por aquí y por allá.
Después, cuando quiso colorear su rostro, se dio cuenta que por si solo éste ya había tomado color. Sus ojos brillaban como si fueran de cristal, sus mejillas estaban aún un poco mas sonrojadas que las de ella y su sonrisa dejaba ver unas arruguitas al final de sus ojos y unos holluelos en sus mejillas.
Él nunca se imaginó que al pintarla, podía también llenarse de color, nunca pensó que seria recompensado por hacer algo que amaba.Se lanzó sobre ella abrazándola con todas sus fuerzas y ni siquiera le dio el tiempo de poder extender sus manos y al oído le susurro un tierno:
-gracias...
Y así permanecieron, inertes, inmóviles, plasmados sobre aquel gran lienzo y aunque sin movimiento alguno la pintura nunca dejó de estar llena de vida. Aún hoy sigue reluciendo como si fuese el primer día y todo aquel que esta carente de color y fija sus ojos en la hermosa pintura, su rostro por sí solo se pinta, así como el del artista, ojos de cristal y sonrisa bondadosa.
Y solo por mirar un momento aquel gran dibujo, aquella magnifica pintura, aquella gran obra abstracta.

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Mi gran obra abstracta
Short StoryQue bonito seria que al pintar el mundo de alguien, nosotros también dejasemos de estar a blanco y negro...