El Caso de los personajes perdidos

PAUSA PARA PENSAR

-Sus periódicos.-dijo un botones entregándole a Sadie un gran taco de periódicos atados.

-Gracias.-le dijo Sadie cerrando la puerta con cuidado.-Pepe, tus periódicos.

-Déjalos sobre la mesa.-la pidió revisando sus notas mientras movía su pipa de un lado al otro de la boca.

-La verdad es que no sé para que los has pedido si yo ya te traje unos.-dijo tirándose en una cama agotada.

-No te tires así, vas a romperla y dudo que pueda pagarla.-la regañó Pepe cogiendo los periódicos.

-Tu hija es Patricia, no yo.-le dijo cansada.

-Pero se porta mejor que tú.-la aseguró hojeando los periódicos. Sadie resopló mientras Raquel y Patricia entraban por la puerta.

-No hay cobertura ni wifi todo el edificio y están empezando a sacar velas ya que varias habitaciones se han quedado sin luz.-informó Raquel mientras Patricia traía una caja con velas.

-Nos han dado estas en recepción mientras se preparaba para un apagón-dijo Patricia dejándolas sobre la mesa. Pepe asintió mientras empezaba a hojear por encima los periódicos.- ¿Me has escuchado?-preguntó mientras su padre pasaba las páginas.-Vamos, si ya te los has leído en la oficina.

-Esta es una editorial distinta, y como tal da un punto de vista distinto y vienen algunas noticias que en el otro no vienen, como esta, "Multimillonario del desodorante muere a sus noventa y siete años en la cama de un infarto, dejando un extraño testamento que tiene órdenes de no ejecutarse hasta haber pasado una semana y media tras su muerte y diciendo que en caso de estar locos o tener alguna deficiencia mental sus herederos no obtendrán nada y se pasara al siguiente heredero o familiar."-leyó en voz alta.-Hay que admitir que es una noticia interesante dónde las haya, que no estaba en el otro periódico y pasó hace dos días. ¿Y sabes lo mejor de todo? Los únicos que saben quiénes heredaran el imperio de este hombre, son su hijo y su hermano. Para hacer esto, tienes que ser un millonario excéntrico.-dijo y pasó la página.-Anda, la cartelera.-dijo curioso.

-Bueno, dejando aparte los periódicos, propongo descansar, hemos andado mucho hoy.-propuso Raquel cansada sentándose en el borde de una cama.

-Apoyó la moción, ¿cuál es nuestra habitación? ¿O vamos a dormir en esta?-dijo Sadie sentándose nerviosa.

-Iron Man nos ha dado esta habitación y otra al final del pasillo. En esta dormiremos Patricia y yo y vosotras podéis quedaros con la otra.-dijo dejando los periódicos a un lado.-Pero hasta que llegue la hora de acostarse propongo reunir ideas y datos.

-¿Quieres hacer una tormenta mental?-dijo Raquel divertida mientras Patricia se tiraba en la cama agotada.

-Sí, algo así. Qué pena que no tenga mi pizarra.-se quejó Pepe.-Bueno, tendremos que apañárnoslas.-dijo y las chicas se sentaron en los bordes de las camas para quedar enfrentadas.- ¿Qué es lo que sabemos a ciencia cierta hasta ahora?-dejo caer.

-Veinte personas creen al cien por cien que son personajes de libros y películas.-dijo Sadie.

-Pero como hemos comprobado, aún tienen restos de su antigua vida y trabajos.-dijo Pepe y Sadie y Patricia lo miraron sin entender, en cambio Raquel sonrió.

-Sam por ejemplo recuerda haber trabajado sirviendo tés, pero tiene bloqueados los recuerdos.-aclaró Raquel.

-También sabemos sus nombres, y que por ahora no tienen ninguna relación entre ellos. Ni se conocen, ni son familiares o amigos.-añadió Patricia.

-Tiene que haber algo más.-dijo Pepe pensativo juntando piezas en su cabeza.

-Son un grupo heterogéneo de distintas edades y sexos.-añadió Sadie. Y Iron Man está forrado, como su personaje, ¿no es curioso?-dijo Sadie y Pepe se puso tensó.