Soy Natsu Dragneel, un chico normal, común y corriente, de 18 años, va al colegio, tiene amigos y blah blah blah. Siempre es la misma rutina, levantarse, cepillarse los dientes, maldecir, vestirse, ir al colegio, apenas hacer tareas, escuchar las peleas de tus padres, bañarse, y dormir.
Realmente no hay mucho que decir de mi vida, apenas me he interesado en cosas que normalmente a un chico de mi edad le gustaría hacer. Tengo mis amigos, tengo una novia llamada Lisanna, tengo una mascota. No pido nada más, sin embargo a pesar de los pocos problemas que tengo en mi vida, todos los días, es decir los 365 días del año, todos los malditos días de mi vida, siempre he sentido una gran pesadez en mis hombros. Es algo a lo que llamo vació, le he hablado sobre ello a mi madre, me llevó al psicólogo con intenciones de ayudarme. Me explicó que tenía problemas de estrés. Pero había algo que me alteraba, ¿estrés de qué? Mi vida no es complicada, es simple, y sigo sin tener una respuesta clara y coherente (exacta) en cuanto a mi fastidioso problema. Después de las repetidas y constantes visitas al psicólogo, no tuvo más opción que recetarme unas pastillas anti-depresivas, las cuales fueron una pérdida de tiempo y dinero, ya que estas nunca funcionaron. El psicólogo al saber de que el sentimiento de pesadez seguía presente, le recomendó a mi madre, a que me ingresara a un centro de rehabilitación. Y hoy en día, constantemente voy al centro de rehabilitación para tomar diferentes terapias en busca de mi personalidad, felicidad, mi verdadero yo. Y de una buena vez quitar este gran peso de mis hombros.
Estaba tan sumiso en mis pensamientos que nunca me percaté que cierto chico me estaba hablando, y yo con tranquilidad lo ignoraba.
–Perdón, ¿qué dijiste? ve desde el principio, te estuve ignorando todo este tiempo.
–Rayos Natsu, cuando te pones así solo me dan ganas de patearte y lanzarte un tacho de basura a la cabeza.
–Oh vamos no es para tanto Gray.
–Como sea, faltan 30 minutos para que comiencen las clases, será mejor que apresuremos el paso antes de que las puertas del colegio se cierren y el maestro no nos deje entrar en su clase. Recuerda que la última vez el maestro nos regañó y nos advirtió que si llegamos tarde la próxima vez que tengamos clase con él, nos iba a patear el trasero.
Hice caso a las palabras de Gray, para no tener que volver a escuchar sus quejas.
–¿Realmente le crees a ese viejo?
–No seas confiado Natsu, quién sabe a lo que es capaz de hacer ese vejestorio.
–Tsk.
Mire a los lados hasta que vi a una peli-blanca con un chico rubio en un callejón, estaban a punto de tener sexo. La chica tenía las bragas ya en el suelo, la falda estaba arriba, dejando ver un poco su intimidad, estaba contra la pared y el chico a pocos segundo de bajar el cierre de su pantalón y sacar su miembro. Mientras se besaban desesperadamente, pude ver el perfil de aquella chica a la cual estaba a punto de ser follada. Me di cuenta que era mi novia Lisanna.
Paré en seco, y observé, el chico la estaba follado a más no poder, me causaba repugnancia, Lisanna gemía y gemía, mientras que el chico intentaba callarla con salvajes besos, mientras la follaba profundamente. Me fijé que Lisanna no demostraba ninguna expresión de dolor, solo puro placer y deseo de tener más sexo. Eso solo significaba una cosa...no era su primera vez. Ella pedía a un tono audible, que quería más, quería más fuerte, más rápido. El rubio le hizo caso mientras agarraba más fuerte las caderas de Lisanna y aumentaba el ritmo, logrando que el cuerpo de Lisanna se deslizara de arriba hacia abajo en la pared. Esta comenzó a desesperarse, se quitó la blusa y el sostén, ofreciendo sus pezones para que el rubio los chupara, él con mucho gusto, lo chupó, lamió y mordisqueó, el los disfrutaba como si fueran chupones, esos dos estaban disfrutando demasiado el momento, que nunca se percataron de mi presencia. Vaya perra con la que estuve todo este tiempo.
–Oye ¿por qué te detienes?
Gray estaba a unos cuantos metros delante de mí, caminó hacia donde yo estaba y confundido observó hacia donde yo observaba, y de ahí se dio cuenta que Lisanna estaba siendo follada como perra en celo, de manera brusca y desesperada.
–Uy, hermano, no se ni qué decirte.
–Tu tranquilo.
Comencé a caminar en dirección hacia los dos tórtolos, y para llamar su atención comencé a aplaudir de manera lenta y un poco escandalosa.
–Pero qué tenemos aquí, a mi novia, y aun chico que parece ser de otro colegio, follando en un callejón.
–Espera Natsu.
–¿Qué quieres explicarme? ¿Que todo este tiempo andabas en celo y que solo me querías por interés de sexo? Créeme no me sorprende de ti.
–Déjame explicarte.
–Oh no te tomes el tiempo, sigue con tu juego. Yo me voy al colegio, y espero nunca más volverte a ver.
Y sin más que decir, fui al colegio, tal como aclaré Lisanna no se presentó ante mi, en ningún segundo, me dejó tranquilo todo el día. Como yo le había ordenado. Al fin sentía libertad, siendo honesto nunca me interesé verdaderamente en ella, solo salía con ella por pena.
Al finalizar las clases fui al centro de rehabilitación, esta vez sentía ganas de conocer un poco más a mis compañeros de terapia, sin embargo había uno que me llamaba la atención, al entrar a la blanca habitación para la terapia, divisé al hombre que estaba buscando, este estaba de espaldas en una de las esquinas de la habitación, toqué su hombro y este dijo "¡No he hecho nada!" Lo tranquilicé como pude y entonces el me entregó un frasco lleno de pastillas diciéndome que estas eran mejores que los anti-depresivos. Guardé el frasco y dejé al hombre solo durante la terapia, había entendido por qué el recibía un trato especial.
Llegué a mi hogar y en la entrada de mi casa se encontraba Lisanna, esperándome con una mirada 'inocente', con solo verla me había amargado el día, se apegó a mi, e incluso intentó seducirme, harto de sus intentos de seducción, logré despegarme de ella y cerrar con seguro la entrada de mi casa. Cansado y cabreado, entré a mi cuarto y observé el frasco que me entregó el hombre, no era mala idea probar, tomé una de las pastillas y me recosté en mi cama. Después de unos segundos mis párpados se sentían pesados, por lo que me había quedado dormido.
JE LEEST
Mi Chica Perfecta
RandomNatsu Dragneel un hombre de 18 años se considera "el hombre más afortunado" por que se encuentra con la "mujer perfecta" con la mujer que siempre ha deseado. Que siempre ha anhelado. Su chica perfecta...Lucy Heartfilia. Sus almas unidas por el dest...