Pasamos una noche tranquila y sin ronquidos, y Janet y yo somos las últimas en levantarnos. Después de cambiarme y de devolver las diferentes partes de mi cama a su lugar, me encuentro en la Sala Común con Lavender y Parvati, quienes acercan sus cabezas para hablar mal de mí con más intimidad. Las esquivo y me siento con Harry, Ron y Hermione (uno a cada lado de Harry, que hace de muro de Berlín) en los sillones.
—McGonagall no te dejó ir, ¿cierto? —pregunta Hermione.
—No —responde Harry.
—Creo que es mejor así.
—Vamos a desayunar, ¿quieren? —propongo, antes de que alguno de los tres saque las garras.
Falta solo una semana para nuestra primera salida a Hogsmeade, que coincide con el día de Halloween. Los profesores ya comenzaron a preparar la decoración para el banquete, y Peeves ya está de ánimo, tratando de asustarnos en cada rincón. Por eso, en el camino a desayunar, cuando una figura sale desde la oscuridad en una esquina y se aproxima a mí, pienso que es Peeves y planeo espantarlo con la mano. Lamentablemente, no es Peeves, sino Lavender, así que debo tratar de mantenerme civilizada.
—¿Por qué no estabas anoche en nuestra habitación? —me pregunta.
—Tengo mis razones —digo, como si no fuera obvio que luego de lo que me hizo no me quiero ni acercar a ella.
—Me preocupa. ¿Estabas en la pieza de los chicos de quinto?
—¡No! ¿Qué piensas?
Ella se encoge de hombros y se va.
Podrías haberte hecho la interesante.
No, Fran. ¿Pero por qué especialmente de los de quinto? ¿Qué insinúa?
...
La mañana de Halloween, todos nos levantamos contentos, incluso Lavender, que lleva un pañuelo negro alrededor del cuello en señal de luto por Winky, su conejo. Ya hacen varios días desde que volví a la habitación de tercero, y me alegré al ver que nadie tocó mi cama en mi ausencia. Hermione me contó que Barbas estuvo los dos días esperando mi regreso, así que todos los días en el desayuno intento conseguirle un premio especial por fidelidad. Hoy será un trozo de pan.
En el Gran Salón hay clima de fiesta (¡y eso que aún no colgaron los adornos de Halloween!), y todos charlan y comen con gran alegría. Todos menos Harry, que intenta no demostrar su disgusto. Aunque no lo consigue. Percy lo nota y se sienta al lado de Harry.
—No te sientas mal —le dice—, Hogsmeade no es ni la mitad de bueno de lo que dicen. La tienda de chascos Zonko es muy peligrosa, las calles están llenas de gente y el correo no tiene nada de especial. La Casa de los Gritos sí merece una visita, pero fuera de eso, no te pierdes de nada.
Ahora Harry tiene la cara de un sabueso.
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Leyla y el prisionero de Azkaban | (LEH #3)
FanfictionGanadora de los WATTYS 2017 // Destacada en Wattpad [Serie "Leyla en Hogwarts": Libro 3] - Libros 1 y 2 en mi perfil. No es suficiente tener un tío loco y arrestado por asesinato. No, la suerte de Leyla no se conforma con eso. Lo que necesita Ley...