Bajo la lluvia

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Saint Seiya ( Shaka x Mu )
Muchos creen que la lluvia es molesta y que arruina el día. Muchos comparan una nube de lluvia con un día de penas y sufrimiento.

Pero yo, hace mucho deje de creer que un día lluvioso y que la lluvia eran algo molesto...

Por alguna extraña razón, ese día había sido el día más difícil y más molesto de todos los días que había tenido en mi corta vida, si corta se puede decir a 20 años. Ese día, había salido aprisa de casa y por lo mismo había olvidado llevar algo tan esencial, en épocas de lluvia, como lo es el paraguas.

Jamás me había gustado mojarme, al menos no cuando voy a clases.

Caminaba refunfuñando solo sabrían los dioses que, por que ni yo mismo me soportaba en momentos así.

Pero como seguramente en uno de esos tantos balbuceos, dije algo que los molestara...hicieron que ese día fuera aun peor, eso lo pensé en ese momento, porque unos minutos después y hasta ahora creo que el día mejoro radicalmente.

Al llegar a una esquina, cuando estaba doblándola, algo paso.

... - sentí mi cuerpo impactar con algo pequeño y ligero -

Auch! - escuche un quejido que me saco de mi aturdimiento -

Estas bien? - extrañamente no me puse a gritarle a la persona con la que me había estrellado, lo que era tan común cuando estaba molesto. Me puse a la altura de esa persona, tratando de ayudarle y asegurarme de su estado. Por ser el más pequeño, el impacto había sido más duro lo que había provocado su caída - discúlpame - pedí al ver al chico. Sé que no era el momento y mas al ver al chico con lágrimas en los ojos, pero...dioses, que ángel se les escapo en ese día. Unos ojos azules como el cielo de primavera; una piel tan blanca como la nieve del ártico; unos labios tan rojos como las rosas de un invernadero; y unos cabellos lilas como el más hermoso campo de lavanda. Dioses del Olimpo si ese era mi último día de vida, estaba agradecido que ese hermoso ángel me acompañara en mi partida.

Achu! - un estornudo, salido de aquel lindo ser, me regreso a la realidad -

Ven te ayudo! - le tome de la mano - Que suavidad! - pensé al sentir su piel contra la mía -

Auch! - se volvió a quejar y sus ojitos hermosos volvieron a lagrimear - me duele! - se quejo ahora y dirigió su otra mano a su rodilla -

Déjame - pedí, para luego inclinarme y subir un poco su pantalón - ven, es mejor ir a un lugar con techo - exprese al ver una herida profunda en su rodilla, al parecer si había sido muy fuerte el choque. Lo más sensato a mi ver, fue cargarlo y llevarlo a un lugar donde esta tormentosa lluvia no nos tocara -

Mi paraguas - su vocecita me hizo creer que en verdad estaba cerca mi hora. Era la vocecita de un ángel -

No lo puedo llevar - le dije con pena, pues aunque quisiera cumplirle el deseo, solo tenía dos manos y estas estaban ocupadas con el -

No importa - se acurruco más contra mí y fue lo único que dijo al respecto -

Camine por un momento, bajo la lluvia de invierno. Era uno de esos días, en los cuales nadie parecía querer acoger a una persona herida.

Al cabo de unos minutos, pude sentir al joven de mis brazos acurrucarse más contra mí. Buscaba calor en ese momento. Me decidí que era mejor llevarlo a mi hogar y cuidarlo yo mismo, en lugar de dejárselo a un médico.

Al llegar, lo primero que hice fue dejarlo reposar en el sofá. Corrí lo más rápido que pude, en busca de una toalla y de paso en la cocina poner agua a calentar. Un buen café, sería bueno para ese momento.

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⏰ Última actualización: Sep 16, 2016 ⏰

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