Te he echado de menos

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Mientras caminaba, Clarke iba pensando en qué le iba a decir. Él la atacaría? Estaría a la defensiva?
Seguramente sí. Era Bellamy. Y ella lo había herido mucho.

Debía haberse quedado. Debía haber sido valiente, como lo fue él.
Sin embargo, decidió ser cobarde y egoísta por primera vez en su vida, y por ello había perdido a su mejor amigo. Se merecía que la tratara mal.

Pero ella ya se había disculpado y no sabía qué más hacer, salvo mantenerse a su lado a pesar de su desprecio y  demostrarle que no lo volvería a dejar solo, incluso aunque él ya no disfrutara de su compañía.

Era duro, pero sabía que lo acabarían superando. Tenían que hacerlo. Ella no podía plantearse sobrellevar todo aquello si él no estaba a su lado.

Le necesitaba. Se necesitaban.
Sabía que él también la echaba de menos. Podía verlo escondido tras todo ese odio de su mirada.

Según se aproximaba a él lo observó. Se veía tan abatido. Parecía soportar el peso del mundo sobre sus hombros.

Cuánto más cerca estaba, empezó a notar que los nervios se apoderaban de su estómago. Tenía que solucionar todo aquello ya o se volvería loca.
Tenía que concentrarse en encontrar a Luna y eliminar a ALIE y no podía hacerlo porque no paraba de pensar en él.

Cuando llegó a su lado, y antes de que pudiera encontrar las palabras ensayadas, él la miró brevemente y le dijo -déjame adivinar, vienes a arreglar las cosas. Wanheda, la pacificadora- dijo con una mezcla de indiferencia y tristeza, aunque Clarke pudo leer entre líneas que era su dolor el que hablaba. De todos modos, estaba claro que no estaba por la labor de solucionar aquello.

Odiaba que la llamara así, le dolía profundamente cuando usaba ese apodo que sus enemigos le habían puesto. Solo quería volver a ser su princesa, y el pensamiento la sorprendió. Reuniendo valor, respondió -solo vine para ver si estabas bien- contestó, cautelosa.

-No necesito tu ayuda- la interrumpió, serio, mientras le dirigía una mirada llena de resentimiento.

Al final, todas las frases planeadas en su cabeza se esfumaron. Se quedó muda, sin saber qué decir. Así que decidió que lo mejor sería quedarse con él, aunque era obvio que no la quería alli. Miró al mar, y deseó que todo aquello pasara pronto y recuperarlo. Se moría por darle un abrazo y que él la abrazara con fuerza.

Bellamy miró más allá de Clarke, hacia la hoguera, y se sorprendió diciendo -Clarke, la he perdido- había un deje de súplica en su voz. Maldita sea, la necesitaba, aunque no quisiera admitirlo en ese momento.

En la playaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora