1: El día que salí de prisión

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-Yo no hice nada, lo juro...- Decía mi nuevo compañero de selda mientras inútilmente intentaba mover los barrotes de aquel lugar, al que apode "agujero", que era la prisión , yo ocupaba la cama de arriba, estaba sentado en una esquina donde daba poca luz. Cuando mi nuevo compañero se cansó de gritarle a los guardias que hacían oídos sordos, me miro, yo lo estaba mirando así que corrí la mirada hacia otro lado, lo escuche suspirar y sentí como se recosto en la cama de abajo.
-Esto es incómodo, quiero mi cama.- Dijo en un tono bajo pero yo por supuesto alcance a escuchar, a diferencia de los otros compañeros de celda que tuve en aquella prisión, durante estos últimos 5 años, este era el más tranquilo, realmente le creí que el no había hecho nada, pero los policías nunca nos creían, o quizás me estaba dejando llevar por la apariencia de niño que tenía aquel sujeto.
-¿Y tu por que estas aquí?- Me pregunto, y pude ver su cabeza asomada por el fino colchón o mejor dicho madera con un poco de algodón, no me di cuenta hace cuanto tiempo el estaba mirándome, hasta que me hablo.
-Yo... Asesine a una persona.- Respondí algo distante y el se subió a la cama en la que yo estaba sentándose a mi lado.
-No tienes cara de delincuente...
-Tu tampoco y sin embargo estas aquí.
-Yo soy inocente- Respondió para su defensa y yo lo mire levantando una de mis cejas demostrando así que no le creía. -No me crees ¿Cierto? Nadie lo hace...Me acusan de un asesinato que yo no cometí.
-Si tu no fuiste, entonces saldrás pronto...- Asegure bajando la mirada.
-¿Y tu como te llamas?- Me pregunto el y pude sentir su mirada sobre mi, era realmente molesto.
-Daesung.- Respondí calmado sin intenciones de preguntarle su nombre, realmente no me interesaba, el permaneció en silencio al lado mío, estuvimos un rato largo así, pero no me importaba ya me había acostumbrado al silencio, aunque el se veía realmente inquieto.
-Kwon Jiyong.- Dijo el guardia golpeando los barrotes para hacer el mayor ruido posible. -Ya puedes irte- Le dijo el policía, y el chico dio un salto para bajar al suelo.
-Te visitaré, no te preocupes- El me sonrió y se fue junto al policía, me quede mirando hacia la dirección en la que se habían ido, no le había pedido tal cosa y no me interesaba volver a verlo, aunque era realmente deprimente, todos venían y se iban, y yo seguía ahí en aquella solitaria prisión.
Durante los primeros tres años mi ahora ex novia YoungMi, solía venir a visitarme, pero no me sorprendería que ella ya haya encontrado a alguien mejor, de hecho me gustaría que así sea, ya que yo no puedo ofrecerle mucho estando aquí encerrado.

Pasaron los días, los meses un año completo y no había vuelto a ver a ese chico llamado Jiyong, si, todavía lo recordaba pero ya no lo esperaba, como todos los días me levantaba temprano y trabajaba por un maldito plato de sopa, que apenas tenía un poco de fideo, bueno eso era lo que comíamos los abandonados, habían algunos que tenían algo de suerte y sus familiares del otro lado les traían ricos platillos, pero yo, la única persona que tenía falleció el mismo día que ingrese a esta prisión y bueno YoungMi, pero ella ya ni se preguntaba como estaba.
Al horario de visita yo lo hice horario de descanso, mientras la mayoría de los prisioneros hablaba con su familia o amigos, yo dormía la siesta en mi celda.
-Kang Daesung... Tienes una visita.- Dijo el guardia antes de que yo pueda cerrar mis ojos, lo mire sorprendido y me levante enseguida, tuve que ir, en ese lugar no se podía decir 'No tengo ganas de recibir a nadie' o el típico 'Dile que no estoy' en aquel lugar tenías que ir a recibir a tu visita si o si.

Llegue a la mesa en donde me esperaba mi visita, un chico de cabellos negros, no sabría su estatura ya que estaba sentado, traía unos anteojos de sol, por lo que no lo pude reconocer, y vestía demasiado elegante.
-¡Hola!- Dijo el emocionado al verme y se puso de pie enseguida para recibirme, lo quede mirando en silencio a lo que el siguió hablando. -¿No me recuerdas? Siento mucho la larga demora de mi visita.- Era el, el chico que hace un año atrás había prometido que vendría a verme.
-No esperaba tu visita, nunca la espere.- Respondí sereno y me senté al frente suyo una vez que el volvió a sentarse.
-Lo supuse, pero no hay quien te visite ¿Cierto?- El dijo calmado y con una sonrisa en su rostro. -Ya, pronto saldrás de este lugar.- Siguió hablando y me entrego una canasta.
-¿Por que haces esto? No quiero salir, no tengo nada afuera.
-Se muchas cosas de ti, y se que eres inocente... Estas pagando por un crimen que en realidad tu no cometiste.
-¿De que hablas? Si lo hice yo, y debo pagar por eso.
-Crees que no tienes nada, pero déjame ayudarte...
-No te metas en lo que no te interesa.- Me levante molesto para retirarme pero Jiyong me agarró del brazo deteniendome.
-Conocí a YoungMi... Es por eso que quiero ayudarte.
-Yo ya no tengo nada que ver con ella.- Le respondí moviendo mi brazo para librarme de su agarre, el me sonrió y agarró la canasta para ofrecermela.
-Lo sé, aceptala, tienes que alimentarte bien porque mañana empezará tu nueva vida.- Dijo obligándome a aceptar lo que me ofrecía, y después sonrió. El tiempo de visita término y tuve que volver a mi celda, no tenía idea de todo lo que había pasado afuera en todo el tiempo que estuve encerrado, ni tampoco de lo que me esperaba una vez que haya salido.

Las horas habían sido una maldita condena, nunca antes me había preguntado cuán lento o rápido pasaba el tiempo, pero ahora quería saber quien era ese tal Jiyong y que quería conmigo, estuve en mi celda hasta que el guardia me llamó, ya era hora de salir de aquel lugar, aunque yo quedará bajo la responsabilidad de Kwon Jiyong, un empresario multimillonario ¿Quien lo diría? Salí entonces, y quien me esperaba afuera no era Jiyong, sino que un hombre vestido de traje, el aire era fuerte y fresco, tanto que me hacía estornudar.
-¿Y Jiyong? - Le pregunté y el hombre sólo me miro y me agarró del brazo para guiarme a donde estaba el vehículo, un auto lujoso color negro.
-Supongo que te refieres al señor Kwon, el no podrá hablar contigo hoy, así que te llevaré a donde vivirás y el pasará por ti mañana. - Dijo el hombre empujandome al interior del auto.
El viaje fue silencioso, mucho no me importó ni tampoco me incomodaba, sólo estaba inquieto, porque tendría que esperar un día más para ver a Jiyong o quizás se desaparecerá por otro año, llegamos a una casa, el sujeto me abrió brutalmente la puerta.
-Vamos, baja, aquí vivirás a partir de ahora.- Me dijo con algo de violencia, salí del coche y lo seguí, cuando entramos había un hombre, era más grande que yo, en apariencia y parecía una persona fría a la simple vista, mire al sujeto que me había traído a aquel lugar como si le pidiera explicaciones con la mirada.
-El es Seung Hyun, compartirán la casa.- Dijo y el otro me sonrió.
-Es un placer, tu debes ser...- Hizo una pausa haciendo un gesto de duda.
-Daesung...- Dije enseguida y el cambio enseguida su expresión.
-Eso... Daesung...
-Bueno, yo me retiró.- Dijo el otro hombre dejándome ahora sólo con Seung Hyun.
-Puedes entrar, Jiyong preparó todo un armario de ropa para ti, así que puedes darte un baño si quieres.- Dijo el dándome la espalda y se alejó tranquilo hacia otro interior de la casa, yo me quede en silencio, no comprendía nada, así que obedeci y me di una ducha, hace mucho tiempo no disfrutaba de agua caliente, perfumes y los lujos de una buena vestimenta "Ya habrá tiempo para explicaciones" fue lo primero que pensé, una vez acostado en aquel cómodo colchón cubierto de sábanas blancas y sobre todo limpias.

~El crimen~ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora