Capitulo 4.

3 0 0
                                    

¡ESTO ES EL PUTO PARAISO, TIO!.

Dije en mi mente al ver una estantería repleta de Nutellas, y súper baratas. Tome tres de estas, a la mierda la dieta, seré una patata andante.

En el carrito básicamente la mayoría de la comida era chatarra... por algo estoy rellenita. Fui al mostrador y pase factura, pero mientras eso pasaba...

-Se nota que odiah la nutella – dijo una voz masculina, me voltee hacia él y me quede en shock.

-T-tu – intente decir algo, pero las palabras no salían de mi boca, joder.

- Hola, pikachu – me dijo el con su siempre perfecta sonrisa.

¿Cómo es que Mangel sabe mi nombre?.

-¿M-me conoces? – dije tartamudeando.

-Claro, tiah. Veo tuh videoh, son la ostiah.

Iba a responderle pero la cajera arruino el momento, maldita.

-Señorita, puede recoger sus bolsas por aquí – dijo y me señalo como una pequeña caja en donde, efectivamente, estaban mis cosas.

-Vale, gracias – le sonreí, pero con ganas de matarla – Adiós Mangel, fue un gusto conocerte – dije y le sonreí - ¿me puedo sacar una foto contigo?.

-Poj claro – me acerque a él, saque mi móvil y tome la selfie – Cuídate.

-Claro, gracias – me despedí de el con un beso en la mejilla y fui directo a mi casa. Iba a comprar ropa y cosas de cocina pero me dio pereza, mañana iré otra vez.

Por otro lado no puedo creer que conocí a uno de mis ídolos, y que él me conociera a mí. Dios, esto es la polla.

Entre a la recepción y estaba la vieja ligando con un chaval, asco. Ignore completamente esa asquerosa escena y tome el ascensor. Tres minutos después se abrieron las puertas en mi piso y salí para entrar a mi preciada casa, pero choque con una pared blanda haciendo que yo me cayera al suelo al igual que esa pared, pero me di cuenta de que esa cosa no era una pared porque de repente, esta me estaba hablando.

-Joder, lo siento mucho tía, eres tan pequeña que no te vi – me dijo riendo, pero su comentario no me hizo ni puta gracia.

-¿Y tú quién coño te crees para decirme enana? – alce la vista y no podía creer lo que mis ojos estaban viendo.

- Vale, vale, lo siento por dos. Ven, te ayudo – dijo Rubius mientras me estiraba su mano para que yo la cogiera, a lo que yo accedí algo nerviosa –Ala, pero si tú eres la tía esta de youtube, Pikachu – dijo sonriendo y dándome un cálido abrazo como si fuéramos amigos de toda la puta vida.

-¿T-tú también ves mis videos? – pregunte incrédula.

-Sí, son la ostia – dijo y bajo la vista hasta mis pulseras – y parece que eres una Criaturita, eh? – dijo con cara de violador del bosque.

-Criaturita de corazón – dije riendo.

-¿Selfie? – pregunto sacando su móvil.

- Joder, eso no se pregunta, macho – los dos reímos y nos sacamos una selfie loca – gracias, tío – le dije.

- No es nada, ahora eres mi vecina – lo mire confundida – vivo en el piso de abajo, puerta treinta y tres – lo mire con los ojos como platos esta vez – si necesitas algo, avísame. Adiós, Astrid – se despidió de mi con un beso en mi mejilla y se subió al ascensor, dejándome ahí toda anonada.

Cuando me di cuenta de que estaba parada en medio del pasillo reaccione y entre a mi casa, aun no entendía casi nada.

Deje las cosas sobre el mesón que estaba en la cocina y fui a buscar a Aiden, este estaba dormido sobre su cama, así que fui hasta mi habitación y pensé en todo lo que me paso hoy.

A penas un día en Madrid y ya conocí a mi amor platónico... 

Youtube. (r.d.g)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora