Vita nuova

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Detúveme junto al mar inmemorial
hasta que el rocío de la olas cara y cabellos empapara;
los rojos fuegos luengos del día agonizante
ardían en el Oeste; soplaba el viento horrible
y huían hacia tierra clamorosas gaviotas:
«¡Ay!» grité, «mi vida llena está de dolor,
¿quién puede cosechar fruto o grano dorado
de estos páramos que sin cesar duramente trabajan?»

Mis redes se abrían enormes con roturas y fallas;
sin embargo, como un último esfuerzo,
en el mar arrójelas y aguardé el final.
Entonces, ¡oh, gloria súbita!
de las aguas negras de mi pasado torturado
vi el esplendor argénteo de blancos brazos ascender.

Poemas de Oscar WildeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora