03. Miedo Agotador

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No podía creer que apesar de que una persona no quiera hacer algo del todo, lo termine haciendo de una u otra forma, y no por su propia voluntad, sino porque esa persona sea capaz de cambiar su decisión drásticamente. Así éramos yo y Shawn.

Por más que yo no quisiese ir al gimnasio todos los días, él había optado por obligarme a hacerlo y esa sería mi rutina a partir de ahora, ir todas las mañanas al gimnasio.

No es que odiara hacer ejercicio, porque es una gran forma para distraerte de cualquier preocupación, pero ese sentimiento florece cuando te acuestas tarde y te obligan a pararte temprano para asistir. Lo peor era que él sabía que odiaba pararme temprano.

-Te ves más hermosa estando molesta, ¿lo sabías? -dijo Shawn a mi lado cuando ya estuvimos llegando al lugar que se convertiría en mi pesadilla por varios días, rodé los ojos riendo falsamente.

-Cállate -susurré entre dientes. Él rió y besó mi nariz provocando que la arrugara -Para de hacer eso, me da cosquillas.

-Uh, no lograrás que pare -y dicho aquello, comenzó llenar todo mi rostro de besos y traté de alejarme de él, pero se me hacía imposible gracias a su agarre en la parte baja de mi espalda.

-¡Shawn, por favor! -chillé comenzando a privarme de la risa, él también lo hacía.

Debía odiarlo por esto, pero sin embargo no lo hacía, porque él estaba tratando de animarme y por más que yo no quisiera hacerlo, lo estaba logrando, estaba logrando hacerme reír como una retrasada sin importar el montón de personas que nos estuviesen viendo ahora. Su maldita inocencia había logrado que mi molestia se transformara en diversión, de una manera notoriamente repentina.

Tomó mi mano y nos adentramos juntos al lugar, Shawn saludó a una gran masa de personas, a las cuales me presentaba como su novia, y luego ambos entramos a la zona donde se ubicaban todas las máquinas.

Admito que estaba haciendo el intento por divisar una máquina de ejercicio fácil para mí. Opté por dirigirme a la caminadora y así lo hice. Shawn me miró con reproche.

-Ignoraré que escogiste lo más fácil sólo porque no querías venir, Kyara -regañó apuntándome con el dedo índice, le miré con una ceja alzada y la encendí colocándola a un ritmo no tan rápido, lo suficiente como para trotar unos extensos minutos hasta sentir como mis músculos se tensan.

Observé a Shawn sentarse en la banco press, para trabajar pectorales y tríceps. Sonreí al verlo trabajar tan duro, él adoraba tener una buena imagen de sí mismo, o como siempre decía, quería tener una buena imagen para mí.

(...)

Luego de una hora de ejercicios, ya estábamos juntos en el departamento de Shawn, yo estaba en su cuarto sentada en su cama esperando a que terminara de ducharse, luego de haberlo hecho yo.

Debía admitir que el tiempo de ejercicios que tuve fue lo suficientemente entretenido como para ser verdad, hice reír tantas veces a Shawn que las pesas casi caían sobre él por volverse débil gracias a la risa. Incluso, hubo un momento en el que me resbalé y casi me caigo de la caminadora, si no fuera porque un chico llegó rápido a agarrarme me hubiese caído como una vaca retrasada. Claro, sin descartar los instintos asesinos de Shawn al verlo tan cerca de mí.

Escuché la ducha apagarse y me imaginé a Shawn secando cada parte de su cuerpo y... No, basta, Dios aparta todos esos pensamientos de mí.

Innocence »Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora