- ¡Es todo por publicidad! Por puta publicidad.
Liam Gallagher, con más años y muchos más kilos encima, fumaba compulsivamente en la misma butaca en la que se había encontrado su hermano mayor el día anterior. Su única ceja habia desaparecido y, sin embargo, fruncía tanto el ceño que parecía que hubiese brotado otra vez para hacer acto de presencia. Estábamos a veintisiete grados y él había llegado a la entrevista con una de sus parcas, un pantalón largo y unos zapatos oscuros que marcaban las nueve y cuarto. Al verlo sentí una oleada de emociones contradictorias. Yo había crecido con sus canciones, con su cara en cientos de revistas y posters que encontrabas a cada paso que dieras en 1998; y ahi estaba ahora. Siempre me había preguntado cómo sería encontrármelo por primera vez. Me preguntaba si algo en mí se dispararía, como cuando se descorcha una botella de champán; o si me temblarían las piernas y me sudarían las manos. Me imaginé mil sensaciones en mil escenarios diferentes. Pero niguna se acercó a lo que sentí en aquel momento. Entró por la puerta y, si yo me había imaginado que el aire enseguida adquiriría una densidad distinta, todo siguió igual para decepción mía. No hubo adrenalina, ni fuegos artificiales, ni guitarras eléctricas sonando por doquier. Frente a mi estaba un tipo normal, vulgar incluso, de esos en los que no reparas al entrar a un pub. Lo primero que pensé es que se había dejado. Es decir, no estaba mal, pero ya no llevaba ese look de "mírame, soy una puta estrella de rock", con fulares, gafas de sol opacas y unas patillas largas. Así que ahí me quedé, con una sonrisa congelada en la cara y una pizca de decepción en mi corazón.
Estaba ahí para realizar una de las entrevistas más importantes de mi carrera y lo sabía. Supersonic iba a ser el legado audiovisual de Oasis, y no sólo eso, sino una obra maestra por lo que había empezado a oír. Y para colmo, el día anterior Noel me lo había contado todo sobre Rose, la hermana que siempre estuvo ahí y cuya existencia jamás salió a la luz. Hasta la noche anterior. Aunque Noel hubiera querido soltarlo todo anoche, me resultó mucho más sencillo entablar una conexión con Liam que con su hermano.
- ¿Por qué sacar ahora lo de Rose? - preguntó Liam, afectado.
Volvió a llevarse el cigarro a la boca, casi con violencia, bajo mi atenta mirada.
- Por qué cojones no podía dejarlo estar, por qué iba a sacarlo todo ahora - apagó la colilla y fijó su mirada en mi por primera vez en toda la entrevista - porque es un miserable y un cabronazo. Por eso.
Me dio la impresión de que Noel había hablado con mucho ciudado de su hermana, como si con simplemente mencionarla pudiera invocarla de alguna manera; y eso parecía aterrorizarlo. Liam, sin embargo, hablaba de ella y se le llenaba la boca; la llamaba como si su voz llevara tatuado su nombre.
- ¿No quieres que hablemos de ella?
- No es eso. Es que esa patata no se merece hablar de ella.
No pude evitar esbozar una sonrisa, pero la borré en cuanto comprobé que mi acompañante seguía serio.
- Bueno, ¿cómo... acabó todo?
- No ha acabado, colega - respondió - Al cabo de unas semanas la sacamos de ahí. Le habían recetado pastillas y al principio no ofreció resistencia en tomarlas. Pero cuando Noel o yo nos íbamos, todo se ponía feo.
- ¿Cómo feo?
- A nuestra madre estaba a punto de darle un ataque de nervios. Rose seguía teniendo una actitud autodestructiva.
Dicho esto, su gesto se contrajo en una mueca de pena y luego apartó la mirada de mi barbilla, donde había estado fija un buen rato.
- ¿Está bien ahora? - me atreví a preguntar.
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(What's the Story) Morning Rose?
Fiksi PenggemarLa vida de Noel Gallagher estaba a punto de cambiar y no lo sabía. Si su idea de una vida normal era compartir habitación con Paul y soportar al mocoso de Liam, que su padre lo maporreara cada día y saltarse las clases en un colegio donde trabajaba...