Preface.

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No siempre se trata de querer lastimar a alguien si no que a veces se trata de querer no salir lastimado uno mismo, el juego del amor es complicado, y a veces uno sale totalmente herido y algunas veces sin cura o reparación, nunca se me ha ocurrido jugar con el corazón de alguien porque se me hace muy cruel que una persona salga herida por otra, pero de verdad, ¿acaso cuesta tanto trabajo no lastimar a la gente ya sea con palabras, actos u otras cosas?
Mis padres se fueron de viaje a Cansas, asi que estoy con mi hermana mayor, que básicamente no sirve para nada, excepto para loquear con el primero que se le atraviese en el camino, la verdad no es muy impredecible a donde irá o qué hará.
-Cara, voy a salir, regreso al rato- me dijo mi hermana-.
-¿A dónde iras?
-Con unos amigos.
-Pero mamá y papá te dijeron que no podías salir.
-Cara, papá y mamá no están, y tú no les dirás nada, lo sé muy bien.
-¿Cómo lo sabes? Tengo el teléfono en la mano hermana.
-Porque me quieres muchísimo y dudo que quieras causarme problemas.
-No, dudo que tú quieras causarme problemas a mí.
-Ash, ¿vas a restregarme en la cara todo lo que puedas?
-Obviamente que si.
Mi hermana tomo su bolso me arrojo una mirada matadora y se fue.
Me había quedado sola observando televisión. Mi celular vibro.
Mi pantalla tenía un mensaje que decía:
<Hola, Cara, soy Jade, llámame>
Jade es mi mejor amiga desde que éramos pequeñas y tiene como costumbre querer que la llame o llamarme a todas horas, en todo lugar y en cualquier situación.
-¿Hola?-dijo Jade entre lágrimas-.
-Jade. ¿Qué sucede?
-Cara, Jason...me dejo...
Puse los ojos en blanco.
-Jade...el... El se lo pierde nena.
-Te necesito ¿crees que puedas venir?
Separo el celular de mi oreja y miro la hora. 7:16.
-Estaré allá en 10.
-¡Muchas gracias! ¡Eres la mejor amiga!
Cuelgo el teléfono y subo a mi habitación a cambiarme.
Tomo unos Jeans y una sudadera y me hago una coleta.
El teléfono de mi casa suena y bajo las escaleras para contestar.
-¿Hola?
-¡Hola amor! ¿Qué tal las cosas por allá?
-Hola ma. Bien, bastante tranquilo, de hecho.
-¿Y tú hermana?-pregunta papá-.
-Salió, pero no tarda en regresar supongo.
Se escucha un suspiro molesto de mi padre del otro lado del teléfono.
Sé que mi hermana podría asesinarme por decirles, pero prefiero decirles que salió a mentir y dejar que le pase algo malo.
-Oye mamá...Jade llamo. Me pidió ir a verla así que saldré, llevo mi celular, te llamo cuando esté allá ¿de acuerdo?
-Okey amor, con mucho cuidado, maneja despacio ese auto es muy rápido y podría...
-Lo sé mamá. Tendré precaución. Los amo y los llamo en un rato.
-¡Te amamos! ¡Nos vemos en una semana!
Cuelgo el teléfono y salgo.
Sacó el celular y le envió un mensaje de texto a mi hermana.
<Iré a casa de Jade, nos vemos en la mañana, con cuidado>
Tomo las llaves del auto y abro la puerta del garaje.
Mi teléfono vibra y un mensaje de mi hermana aparece en la pantalla.
<Ok. Con cuidado mocosa.>
Guardo el teléfono y subo al coche.
Debo pensar en las mil posibilidades y combinaciones de palabras que le diré a Jade para tratar de calmarla.
Su casa está a tres minutos de la mía, así que no tengo problema en it e incluso pasar la noche allí.
Llego a su casa y estaciono el porche en la entrada.
Jade ya me está esperando en la puerta.
-¡Cara!-grita y corre a abrazarme-.
-¡Hey!-digo abriendo los brazos-.
-Dios...estoy deshecha.
Tiene los ojos rojos e hinchados de tanto llorar.
-Vamos adentro-le digo jalándola del brazo-.
Sus padres están sentados en la sala viendo algún tipo de documental como siempre.
-Buenas noches señor y señora Loren.
-Buenas noches Cara.
Subimos escaleras y en cuanto llegamos a su habitación comenzó a llorar.
-¡No, no, no, no! Por favor no llores.
La abrazo y acaricio su pelo.
-¿Qué hice mal?-dice de manera casi incomprensible.
-Tu no hiciste nada malo, él se lo pierde.
-No, él está muy feliz por allí. Y yo estoy aquí llorando.
-Jade, él es un idiota, eso nunca fue un secreto, en realidad.
-Lo sé, pero amaba a ese idiota.
-Jade, comprendo que lo quisieras mucho, pero...
-¡No!, Yo no lo quería yo ¡LO AMABA! ¿comprendes eso?, claro que no..., tu nunca has amado.
Alzo las cejas y miro al piso.
-Oh por dios, Cara lo siento mucho...yo...
-No, no. Tienes razón, yo no tengo idea de que es "amor" no lo he sentido, así que tal vez yo no soy la mejor persona para hablar de ello.
-No, Cara, de veras perdóname, yo...¡Carajo!, soy una idiota, no debo de comportarme como una imbécil con la única persona que en verdad está para mí, perdón Cara.
-No es nada Jade, solo...creo que deberíamos hacer algo para distraerte del tema ¿no lo crees?
Jade asiente.
-¿Quieres un pañuelo?, desde aquí puedo observar tus mocos escurriendo de tu nariz, y, es bastante asqueroso.
Jade ríe y yo me levanto a sacar un paquete de pañuelos desechables de mi bolso.
-Mira, sé que lo que menos quieres escuchar ahora es lo idiota, egocéntrico y tarado que era Jason, pero, debes considerar el hecho de que tampoco era la persona ideal y que como él habrá varios que rompan tu corazón, pero probablemente también tú lo harás. Y, cuando llegue el momento, llegara la persona indicada para ti.
-¿Y eso cuando rayos será?
-Cuando estés preparada emocionalmente.
-¿Por qué tú no tienes a alguien?
-Pues...
-Es que dios, eres perfecta Cara, eres bellísima, inteligente, carismática, madura y al mismo tiempo sabes ser infantil y tienes humor, sabes alegrar a las personas y escucharlas, pero, simplemente rechazas todo lo bueno que llega.
-Claro que no.
-Oh claro que sí. ¿Qué me dices de Charles Mason?
-Era el típico musculito.
-¿Y Paul Homel?
-Era muy presumido y egocéntrico.
-¿Y Hammond July?
-Pues él... bueno, de acuerdo, para el no tengo excusa.
-¿Lo ves?
-Es complicado.
-No, no lo es, desde que Bradley te rompió el corazón te has negado a todos los chicos que se te acercan.
-Eso no es cierto...
-¿Ah no?
-Bien, puede que tal vez sea cierto, pero, ese es problema mío, concentrémonos en lo tuyo ¿quieres?
--Oh no, tu siempre me has ayudado a mi ¿o no?
-Si...
-Bien, pues es mi turno.
-¿De qué rayos hablas?
-Martes...el martes es la fiesta de Ashley...iremos a esa fiesta.
-Sabes que no me gustan las fiestas Jade...
-¡Intentalo!, hazlo por mí. ¿Si?
-Yo...no estoy segura de ello.
-¡Oh vamos!, saldrá bien, lo juro.
Pongo los ojos en blanco.
Esta chica es imposible. Jade siempre ha sido pasional, y, hasta cierto punto tiene razón con lo de Bradley, pero las fiestas de Ashley Fredson son simplemente insoportables, demasiada gente borracha, chicos follando en cada habitación de la casa de sus padres, en resumen, un completo y asqueroso caos. He desistido de ir durante tres años consecutivos desde que a mi hermano Caleb intentaron drogarlo para intentar algo con él.
-No lo creo Jade.
-Maree ya se fue, nadie intentara lo que intentaron esa vez.
-¡Era mi hermano mayor! ¡MI HERMANO! Y se suponía que ella era mi amiga...
-Superémoslo ¿sí?, comienza a dejar el pasado atrás y vayamos a la fiesta.
-Yo...
-¡Anda¡ Por favor, por favor, por favor, por favor...-Jade se pone de rodillas y comienza a jalar de mis jeans.
-¡Demonios! ¿Si te digo que sí, te callaras y dejaras de jalar de mis pobres jeans?
-Sip.
-Esta bien, iremos.
Jade corre y se sube a su cama a saltar de emoción como una niña pequeña. Me saca un par de risas y me tiro en la cama.
-Bien, ahora, ¿Qué te parece si vamos a cenar algo, pasamos por helado y vemos películas lo que resta de la noche?-le pregunto-.
-¡Perfecto!
Me levanto y ella me abraza.
-Eres la mejor amiga ¿lo sabes?
-Lo sé, lo sé.
Salimos de su habitación y bajamos las escaleras raídamente para que sus padres no hicieran preguntas.
-¿Vamos en auto?
-No, tengo ganas de caminar. ¿tu no?
-Esta bien.
El aire es fresco, pero no helado, el clima perfecto.
Empujo a Jade y comienzo a correr por la calle y ella detrás mio.
-Torpe-me dice brincando en mi espalda, para que la cargara.
-¿A dónde vamos?
-Mmmm, vamos por hamburguesas.
Hambirguesas Chewy son las favoritas de Jade, y nada mejor que una de esas, para compensar su perdida.
-Hola Kyle-digo entrando al local.
-¡Hola Cara!
-¿Y yo no cuento?-dice Jade-.
-¡Vaya!- después de cuánto tiempo aparece la señorita Jade.
-No seas exagerado. No había podido venir.
-¿Y por qué finalmente pudiste? ¿Tu ajetreada agenda se despejo?
-Algo así...
Kyle me mira y asiento.
-Oh rayos, bueno, el era bastante imbécil.
-Lo se ¡demonios!
Kyle, Jade y yo somos uña y mugre, somos mejores amigos desde jardín de niños y todos sabemos nuestros secretos. Somos como una familia, desde hace años.
-Bueno siéntense. ¿Lo de siempre?
-Por supuesto, hoy invito yo-digo mirando a Kyle y alzando mi cartera.
-¡Wow!
-Lo sé, lo sé, ventajas de trabajar.
-¿Por qué rayos trabajas si eres rica?-pregunta Jade-.
-Porque...me agrada. Aparte necesito este tipo de experiencias y recomendaciones para entrar a Yale.
-Exactamente eso iba a decir-dice Kyle-.
Comienzo a reír y le saco la lengua.
-¡Oye! ¿a qué hora termina tu turno?
-En...10 minutos exactos.
-¡Perfecto!, iremos a casa de Jade a ver películas, iremos por helado, frituras y esas cosas y regresamos a tiempo para nuestro pedido y por nuestro otro invitado.
Kyle nos guiña un ojo y entra a la cocina.
Caminamos al autoservicio que está enfrente del local y jalamos la puerta.
-¡Buenas noches!-dice el señor que está detrás de la caja.
-¡Linda noche señor Jeffs!
-¿Llevaran lo de siempre?-dice mientras saca un bote lleno de helado de chocomenta-.
-Oh si-respondo mientras tomo cuatro paquetes de palomitas, varios de gomitas y unos chocolates.
-¿Habra una pijamada?
-Si... algo asi-responde Jade-.
Un grupo de chicos entra al autoservicio. No puedo negar que todos son bastante atractivos, aunque hay uno que llama mi atención en especial.  Sus cejas son bastante gruesas, tiene ojos profundos y pestañas largas. Es casi como el chico perfecto.
-Oye...Cara-dice Jade a lado mio-.
-¿Si?
-Deberiamos irnos, paguemos y vámonos ¿si?
-Saco el billete de mi cartera y pago.
El cajero lo toma, y mira a los chicos con atención.
-Esperame afuera-le digo a Jade-.
-Cara...
-Hazlo-digo con tono firme-.
Jade sale y me mira a través del cristal.
-Creo que ahuyentamos a tu amiguita-dice uno de ellos colocando dos paquetes de cerveza en el mostrador-.
Una clase de escalofrio me reocorre la espalda.
-No en realidad, ¿todo esta bien?-le pregunto al cajero-.
-La...la caja se atasco, solo me tomara unos minutos.
-Lamentable tu situación, parece que tienes prisa.
-La tengo-digo sin querer mirarlo, hay algo en el que causa que mi lengua se atasque y mi cuerpo tiemble.
-¿Acaso tus manos tiemblan?
-Tengo frío.
-Mmm, extraño, a mí no me parece que haya frío. ¡Hey! ¡Alonso! ¿A ti te parece que haga frío?
-No en realidad-dice un chico rubio-.
-¿Y a ti Leyva?
-No Canela.
-¿Bryan?
-No Jos.
-¿Alan?
-Para nada.
-Sus opiniones no fueron solicitadas, por lo tanto, no tienen validez para mí.
-¿Acaso eres una anciana?
-¿Que?
-Hablas como si fueras una mujer de 45 años.
-Oh, lamentó si tratas o, mejor dicho, tratan, solo con chicas que utilizan no saben la diferencia entre aptitud y actitud.
-¿Y quien dice eso? ¿Eh?
-No hace falta decirlo.
-¿Cuál es tu nombre?
-No te interesa.
-Oh claro que si me interesa caramelito.
-No me llames así.
-¿Por que caramelito? ¿Te molesta?
-Vaya...¿acaso todo eso es para ti?-dice un chico rubio que aparece justo a lado del chico de los ojos lindos.
-Tal vez si, tal vez no. Te quedaras con la intriga. Dejelo así señor Jeffs- digo recogiendo mis cosas-.
-¿Tan rápido te vas caramelito?
-Jodete- digo mostrándole el dedo de en medio y salgo.
-Corre-le digo a Jade riendo a carcajadas-.
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Este capítulo va dedicado a la Buchitos de Villalpando, la mejor. ❤️✨

Error perfecto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora