Eterno amor -One Shot MLB-

Engaño y realidad

Durante la noche más fría de París, un rubio se encontraba disfrutando de la vista, intentando olvidar todo el horror por el que había pasado, e intentando recordar lo bueno.

Sin embargo, era imposible, la noticia estaba en boca de todos, y lo recordaría día y noche para el resto de sus días.

'Chica es brutalmente asesinada por el famoso diseñador, Gabriel Agreste'

'Pena máxima para Gabriel Agreste'

'Chica de preparatoria asesinada, aun no se encuentran razones'

Chat Noir presiono sus puños con fuerza, no podía pensar con claridad, llevaba días sin dormir.

¿Sentía culpa? ¿Resentimiento?

No tenía caso pensar en eso, llevaba días sin dormir, después de todo, no tenía a donde ir, su hogar estaba inundado de reporteros. Brinco por los tejados, hasta encontrarse con una pequeña panadería, la cual tenía todos los focos apagados. Sin pensarlo dos veces brinco hacia el balcón del lugar, abrió la ventana y entro.

"Siento entrar a estas horas princesa, pero necesito descansar" -El chico no pudo soportar más, y termino cediendo ante el sueño, quedándose dormido en una esquina de esa habitación.

"Hey niño, tienes que irte"

Chat abrió los ojos ante esa voz, una pequeña criatura roja se encontraba frente a él, los rayos de sol, anunciaban que ya era de mañana.

"Niño, debes irte" -El tono de tristeza de la pequeña era evidente, "Sus padres vienen a su habitación todas las mañanas"

El ruido de unos pasos alarmo al rubio, saliendo rápidamente del lugar. La pequeña kwami tan solo bajo su mirada, tomando su lugar alado de los pendientes.

El chico corrió por los tejados, cuando de pronto su anillo comenzó a sonar. Se detuvo en uno de ellos y dejo salir a su compañero.

"Lo siento amigo, dure lo más que pude"

Adrien le sonrió al pequeño, para dejarlo entrar en su chaqueta y darle del último queso que le quedaba.

"Que vamos a hacer Plagg" -El tono de voz del rubio mostraba preocupación, estaba completamente solo, quizás tenía dinero para sobrevivir, y al ser casi adulto no tendría que ir a una casa de huérfanos, pero eso no le quitaba la soledad que ahora cargaba.

No quería ir a clases, ni siquiera quería pensar que le dirían sus compañeros, el rechazo que recibiría, el odio, el desprecio.
Adrien rápidamente sacudió su cabeza, negando sus pensamientos.

Lo mejor por ahora sería desaparecer un tiempo. Esa misma noche iría a su hogar por las cosas que necesitara, y si era posible, buscaría a su lady para decirle lo ocurrido. Aun si eso significara decir su identidad.

Las horas pasaban, el rubio tan solo pensaba en su padre y lo que sucedió.

¿Cómo paso eso?

Su padre no era un asesino, debió de haber alguna razón, podía ser estricto, mandón, malhumorado, pero jamás un asesino.

El rubio nuevamente con su transformación, recorrió los tejados, pasando por el frente de su escuela. Ahí, para su buena o mala suerte, se encontraban Nino y Alya, parecían no estar de buen humor, osa que preocupo al chico, peor o podía hacer nada. Con el dolor de su corazón se dio la vuelta, y el dejo atrás.

Finalmente las estrellas anunciaron la llegara de la noche, el chico ágil y rápidamente entro a su hogar, tenía poco tiempo y mucho que hacer.

Saco una maleta, y la lleno con un poca ropa, corrió hacia el estudio de su padre, se dirigió a una puerta secreta y saco todo el dinero posible de esa caja fuerte la cual se escondía ahí mismo. Un marco color azul llamo su atención, una foto de su familia. El chico sonrió nostálgico, tomo la foto y corrió nuevamente a si habitación.