TACIO

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Canela entra el área indecisa. Sus manos sudan, sus piernas tiemblan y sus pies se balancean por el piso nerviosos.

De repente, al ver el contraste entre de las cortas piernas de mi amiga y la altura abismal de Griselda, la idea me parece una locura.

"La va a destrozar" pienso.

Canela no sabe combatir.

Llegó aquí obligada y se especializó en plantas venenosas pues prefería pasar el resto de sus días leyendo a afilando cuchillos.

"La van a matar" vuelvo a pensar.

El entrenador da inicio al combate con una sonrisa sádica que deja ver sus dientes llenos de zarro.  Griselda deja caer al suelo una larga cadena de metal oxidada en las esquinas, como una serpiente sinuosa y letal que se enrolla a los pies de su dueña.

Caigo en cuenta con horror de que Canela no tiene armas. Estudia las flores, jamás se ha personificado un arma.

-¿Acaso se va a defender con una flor?-escucho que se ríe Nadir al otro lado del área.

Un chico pecoso que se compadece de ella desliza un escudo de hierro bajo las cuerdas y Canela lo recoge agradeciendole en silencio.

Griselda hace volar una carcajada desquiciada.

-¿Me pretendes ganar con un escudo,  envenenadora?

Algo que aquí abundan son los dementes. La Academia esta plagada de locos sádicos que entraron para asesinar o suicidas masoquistas que entraron para ser asesinados.

Canela no contesta. Esta tratando de mantener la calma, de darse ánimos, de concentrarse en sobrevivir.

¡Se ha encontrado un cadáver! [Yaoi/Yuri]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora