Ese momento cuando entrás en shock. Cuando no sabés qué hacer o cómo reaccionar. Ese momento donde no podés creer lo que estás viviendo, deseando con todas tus fuerzas que sólo sea una horrible pesadilla. Me quedé quieto repitiendo "no es real, no está pasando" pero lamentablemente así fue.
Miraba a mi tía con los ojos inundados en lágrimas. Ella trataba de calmarme pero la enfermera dijo que lo mejor sería dejarme solo.
Me encontraba en el hospital donde una vez calmado me explicaron bien lo que ocurrió. Sucedía que mi hermanita había desaparecido, no aparecía por ninguna parte. Por lo que me contaron, recibí un buen golpe en la cabeza y me encontraron inconsciente. Empecé a acordarme algo pero no mucho más de lo que me dijeron.
Sentía una presión en el pecho y volví a romper en llanto. Carter era lo que más me importaba desde la muerte de mis padres. Ella me daba fuerzas para seguir adelante y alimentaba mis días con su presencia. La cuidaba como a nadie. Ahora estaba destrozado, no pude protegerla lo suficiente. Me echaba toda la culpa. Me odiaba. Si a ella le llegara a pasar algo jamás me lo perdonaría.
Unos minutos más tarde entró un policía a la habitación. Quería hablarme sobre Carter pero primero me pidió que me tranquilizara y dejara de llorar. Le conté lo que me acordaba de ese horrible día aunque era muy poco.
─ ¿No notaste nada extraño en el camino?
─ Mmm... ─ me quedé pensando un segundo sosteniéndome la barbilla ─ Ahora que lo dice, lo que me pareció más extraño podría ser el hombre que estaba parado en la vereda del frente.
─ ¿Fue la primera vez que lo viste? ─ dijo y empezó a escribir algo en su libreta.
─ No, varios días atrás lo veía en el mismo lugar pero no lo encontraba tan sospechoso como para decir algo.
─ Muchas gracias, Henry. No te preocupés, vamos a hacer todo lo posible ─ asentí mientras se iba.
En la tarde del otro día ya estaba camino a casa con mis tíos. Apoyado en el asiento trasero del auto. Ninguno emitía ruido, parecía un velorio. Para mí sí lo era. Había pasado un día y ya la extrañaba bastante. Nunca estábamos mucho tiempo separados. Imaginaba lo peor aunque jamás perdería las esperanzas.
Pasaron semanas y ninguna noticia sobre ella. Ya se darán cuenta cómo me sentía. Destruido y más solo que nunca. Amigos no tenía, padres tampoco. Mi tía casi nunca se encontraba en casa, se la pasaba trabajando mientras que mi tío se quedaba sentado en el sillón de la sala. Él me trataba horrible, llegó a echarme toda la culpa de lo que había ocurrido con Carter. Sabía que era mi culpa pero escucharlo de otra persona me hacía sentir peor.
Volvía del colegio dirigiéndome para casa. Tomando el camino donde ella había desaparecido porque no tenía otra opción. El sábado se había caído el puente que me permitía evitar ese lugar.
En el árbol más grande de la cuadra llegué a notar gotas de sangre seca. Me acerqué con temor. Al mirar la parte de atrás de aquel árbol, pude observar una bolsa manchada con sangre y una pierna que sobresalía. Olía fatal.
Salí corriendo y llorando sin saber qué hacer. Desesperadamente saqué el celular del bolsillo delantero de mi pantalón. Casi se me cae de lo nervioso que estaba. Rápido llamé a la policía y le expliqué todo lo mejor que pude.
No me atreví a abrirla, no soportaría ver a Carter así. Esperé la llegada de la policía mientras, parado a unos metros, miraba la bolsa fijamente. No pensaba sacarle la vista ni un segundo.
Cuando llegaron me dijeron a través de señales que no me moviera, y fueron corriendo hacia el árbol ensangrentado. A los pocos segundos, apareció una ambulancia. Ellos con cuidado movieron la pierna al interior de la bolsa y ésta fue transportada a la ambulancia.
Un patrullero me llevó a mi casa. Se quedaron hablando con mis tíos y uno de ellos les pidió que fueran a la comisaría. Yo luché para ir pero me dijeron que era mejor quedarme acá. Al escuchar eso, me enojé y me encerré en mi cuarto dando un portazo.
Ya era de noche cuando mis tíos regresaron. Mi tía me explicó que después tuvieron que ir a reconocer el cuerpo y, para mí sorpresa, no era Carter. Las personas involucradas en el caso les comentaron que las probabilidades de encontrarla eran muy escasas. Al escuchar eso comencé a llorar otra vez. No soportaba más no tenerla conmigo. Necesitaba verla sonreír y abrazarla. Sin ella ya no me sentía vivo, ya no tenía ganas de nada.
Semanas más tarde, seguía sin saber de ella. La policía e investigadores habían abandona el caso. ¿Estaba viva, muerta, sufriendo o qué? No podía seguir viviendo más con la duda. Las cosas cambian, el tiempo pasa y jamás volveré a verla.
Escapé al bosque con una soga. La até a un árbol y ajusté mi cuello en ella. Mi vida iba de mal en peor. Perder a Carter fue la gota que rebalsó el vaso. Ya no aguantaba nada más, así que tomé coraje y acabé con mi vida.
. . .
─ Han encontrado a la pequeña Carter Manson. Los médicos informan que su estado es grave pero podrá salvarse. Así concluimos todas las noticias de esta mañana. Espero encontrarlos en la noche. Buenas tardes.