Crisis de identidad.

0.

Otra vez aqui. Dentro de las cuatro paredes blancas adornadas con estanterias con libros y algunos cuadros.

—Bien...¿Cómo te sientes?.—Ella es la doctora Monroe, mi psicologa.

—Bien.

—Me ha dicho tu madre que empezaras nuevamente el instituto, ¿no es cierto?.— Cruzó sus piernas que estaban rodeadas por una larga falda negra.

—Si. Me aburro mucho en casa y decidí empezar desde 0.

—¿Y el accidente?.— Preguntó preocupada.

—No lo superé. Ser como soy no sirvió. Voy a intentar cambiar, para bien.— Dije mirando mis uñas, estan mordidas y descuidadas.

—Ya has pasado por la edad donde fijas tu personalidad... es normalmente antes de los 15 años, donde comienza la pubertad y todo el tema de encajar en un grupo.— Suspiré.— Si te crees capaz de cambiar para mejor, no te esfuerces en hacerlo, que alguien ya vendrá y te querrá tal y como eres.

Como si fuera tan fácil...

El tiempo transcurrió rapido. El resto de la hora que teniamos cada semana lo dedicamos a hablar de mi mudanza e incluso hicimos juegos didácticos. La doctora Monroe es como una mejor amiga para mí, lo ha sido todo este tiempo.

—Ya ha venido tu madre a recogerte querida, dile que venga un minuto a hablar conmigo antes de que se vallan.— dijo con una sonrisa, que a mi gusto era fingida.

—Esta bién.

Mamá me esperaba afuera y le comuniqué lo que dijo la doctora. Sentí curiosidad por lo que fui a escuchar enves de quedarme en el auto.

Estaba llegando, pero me detube en la puerta al oír unas palabras que me desconcertaron.

—Su hija sufre una crisis de indentidad.— Dijo la doctora Monroe, y sentí que el mundo caia encima de mis hombros.

—¿Me puede explicar que significa eso, doctora?.— Dijo mi madre con cierto nerviosismo.

—Una Crisis de Identidad es un periodo en el que la persona experimenta profundas dudas sobre sí misma, acompañadas de sentimientos de vacío, soledad e incluso baja sensación de existencia.— Hizo una pequeña pausa y mi madre parecia atónita.—Los seres humanos atravesamos varios periodos de crisis a lo largo de nuestra vida, y algunos de ellos, se den a la edad que se den, sirven para ir construyendo lo que somos como personas, pues la palabra crisis significa cambio y el cambio es, casi siempre, la antesala del crecimiento.

Dejé de oir, y solo volví corriendo al auto antes de que me vieran. Luego de unos minutos mamá vino conmigo y el camino a casa fue un total silencio que más que incomodo, era preocupante.